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– Con agujeros -dijo Paolo Sylvino.

– Agujeros. Aberturas evanescentes en el hiperespacio… o, más exactamente, universos paralelos con diversas curvaturas o trayectorias. Ultraespacio es la palabra que preferimos nosotros. En forma elemental la idea anda por ahí en la Tierra desde Einstein. Aunque me aventuro a sugerir que ustedes tienen que recorrer un largo camino para llegar a la forma de hacerlo. Ustedes encuentran un camino en la espuma cuántica y luego horadan un túnel en el espacio-tiempo, y lo flexibilizan con el uso de ciertos materiales… exóticos. Nosotros estamos trabajando en este problema desde hace siete millones y medio de años.

”Éste era el encuadre: sabíamos que en el núcleo había un agujero negro de aproximadamente 1,4237 millones de masas solares, y que esto estaba perfectamente verificado. Como ustedes saben, la energía contenida en el remolino central es estupenda, pero totalmente insuficiente para conducir una galaxia. La verdadera fuente de energía era otra. Y ésa era la recompensa que buscábamos. Mientras preparábamos nuestra fuerza de ataque inicial enviamos sondas de reconocimiento al núcleo galáctico a intervalos de más o menos un millón de años. Muchas misiones se perdieron. Las que volvieron traían los sensores anulados. De una u otra manera las preparaciones para el ataque insumieron 437 millones de años. Entonces hicimos nuestro juego. Adviértase que actualmente en la Tierra lo único que tenemos son organismos visibles al ojo desnudo.”

El portero de Marte se sentó, se reclinó en el respaldo de la silla y cruzó las garras detrás de la cabeza. Continuó con aire pensativo:

– Nadie pensó que esta acción fuera un… “error”, exactamente. Todos estaban perfectamente convencidos de que era algo que teníamos que hacer. Pero las consecuencias fueron un poco extremas. Después de tan larga preparación, la realización de la Fuerza de Ataque Inicial contra el Poder del Núcleo sólo duró nueve segundos.

”Nuestra flota… fue enviada de vuelta. En su totalidad. Y supimos que habíamos perdido, pero tuvimos que esperar otros 300.000 años para averiguar por qué. Fue una época de gran ansiedad. Esperábamos intrincadas represalias… día tras día, hora tras hora…

”Como unidades militares nuestras naves habían quedado neutralizadas en el primer milésimo de segundo de su aparición en el núcleo, pero sus sensores estaban intactos y habían recogido gran cantidad de información. Gran parte de ella era sumamente deprimente, desde el punto de vista marciano. El núcleo galáctico por cierto había sido investigado. El anillo circundante artificial había sido instalado, según nuestras mejores estimaciones, setecientos cincuenta mil millones de años atrás. Había una especie de fuerza externa de seguridad vigilando el Anillo. Nada más. Una fuerza de… portería. Estacionada allí por entidades que más tarde llamaríamos los Perros del Infinito. Su fuente de energía estaba más allá de la entrada del agujero negro. Usaban energía del universo muerto. Además, más allá del Anillo detectamos lo que sólo podría describir como un hangar de cometas. Nuestro equipo identificó la firma de nuestro propio Cometa Alfa entre los cometas estacionados allí.

”La moral estaba muy baja. Casi nihilista. Los marcianos comenzaron a creer, con diversos grados de convicción, que eran meras simulaciones en un universo determinista de computadora. Volvieron a dividirse. La gente del Miedo. La Gente del Pánico. El planeta estuvo asolado por guerras espasmódicas, azarosas, interminables. Nosotros comenzamos a obtener cierta información. Nos enteramos de que los Perros del Infinito habían engendrado vida en Marte (y en la Tierra, en Júpiter y en Ceres) con ciertos propósitos. Éramos un basuraclass="underline" eso éramos, un basural. Eso es todo. Un basural.

– ¿Un basural, señor? -preguntó Incarnacion.

– Sí, basural. En la Tierra, ¿los rinocerontes machos convierten el borde de una laguna en un sumidero? ¿En la isla de Colón, La Española, el Caribe forma líneas de moluscos en la orilla de un río? ¿Para marcar territorio? Eso es un basural. Y en eso nos habíamos convertido. En un mensaje de los Perros del Infinito a un poder de Tipo R llamado los Atacantes del Centro, que dicen: No se acerquen. Entonces aprendí que tanto el Infinito como el Centro son simplemente mandaderos de la agencia Tipo 1 llamada Resonancia. Que a su vez rinde tributo a un imperio Tipo J llamado Tercer Observador. Que a su vez…

Con voz cada vez más débil, el portero de Marte dejó caer su cabeza en forma de hoz sobre el pecho. Luego se incorporó nuevamente y dijo:

– Todos sabían que el único camino digno era el suicidio planetario. En realidad ése es el destino habitual de los mundos Tipo V en esta fase. Luego empezaron a oírse voces más audaces. Nunca se había tratado de ganar o perder. De lo que se había tratado era de la gloriosa autonomía de la autoridad marciana. Sucedió que el siguiente plan de batalla de Marte implicaba emplear fuerzas Kamikaze y no era diferente del suicidio.

”Aplicamos una treta de guerra. Fingimos la autoaniquilación y condujimos toda la operación subterráneamente. Tenía que resultar creíble. Anulamos nuestra atmósfera y paralizamos nuestro núcleo, que también le dijo adiós a nuestra magnetosfera. Lo que ustedes ven allá afuera, esas llanuras y esos valles rojos en la alfombra de ripio yodado, todo eso es maquillaje. Bajamos al subsuelo y esperamos.

”Nos abocamos a una reforma armamental en planes de cinco millones de años cada uno. La moral estaba alta: fuertemente idealista. Un solo golpe. Un solo golpe, ése era nuestro lema, íbamos a convertir esa cueva en un depósito de armas. ¿Y cuál sería el proyectil? Comenzamos a trabajar en un tipo de armamento estrictamente ilegal basado en el hueco de un falso vacío. Una burbuja de nada que se expandiría a la velocidad de la luz. Los grandes vacíos, los grandes desiertos sin estrellas que tanto los intrigan: son los lugares del despliegue del incauto vacío falso. O el accidente del vacío falso. De allí los innumerables universos vacíos que pueblan el Ultraverso. Si pudiéramos detonar este arma dentro del horizonte de acontecimientos del agujero negro del núcleo… bien, confiábamos en crear una gran impresión cuando llegara el momento de nuestro segundo rendez-vous con el Infinito. Esa acción reordenaría todo el Ultraverso. Concebiblemente con ventajas para Marte.

”Sabíamos que la utilización del falso vacío era en sí misma exquisitamente peligrosa: el campo sería terriblemente vulnerable para el que huía. Fue en esa época que me construyeron y me emplazaron, aquí, en una armazón de ultrium puro (un elemento que no se encuentra en los cuadros periódicos de ustedes), esperando una activación y un eventual viaje. Por suerte lo hicieron. Porque iba a quedarme solo para pensar en la impresionante prepotencia del Poder I. Olvídense del Infinito y del Núcleo. Olvídense de la Resonancia y del Tercer Observador. Esto venía de mucho más arriba.

”El aparato estaba listo. Lo único que quedaba por hacer era agregar el dígito final de su algoritmia. El planeta entero contenía el aliento. En este instante comenzaría la guerra. Las preparaciones que habían ocupado medio trilenio darían fruto ahora… La Rebelión del Esclavo Marciano, como yo la denominé, terminó en un trillonésimo del tiempo que le lleva a la velocidad de la luz cruzar un protón. Ese fue el tiempo que llevó la extinción de la vida en todo este planeta. El Poder I había impuesto la censura cósmica a la materia. Dispuesta para formar la configuración prohibida, la materia recibió instrucciones de destruirse a sí misma. Esto sucedió hace 570 millones de años. Ustedes apenas comenzaban con el Cámbrico. Yo me preparé para la espera.