— Bien hecho, Simуn — dijo Vorkosigan cuando Illyan concluyу. Se volviу hacia Kanzian -. Muy bien hecho.
Illyan sonriу.
— Pensй que le gustarнa, seсor.
Vorkosigan se volviу hacia Kanzian.
— En cuanto se recupere, quisiera ponerle al corriente en el salуn tбctico, seсor.
— Gracias. Desde que escapй del cuartel general, mi ъnica fuente de informaciуn han sido los noticiarios de Vordarian, aunque podнamos deducir muchas cosas por lo que veнamos. De paso, me ha parecido muy prudente su estrategia de moderaciуn. Ha funcionado bien hasta el momento, pero se encuentra cerca del lнmite.
— Ya me habнa dado cuenta, seсor.
— їQuй estб haciendo el almirante Knollys en la Estaciуn de Enlace Uno?
— No responder a las llamadas. La semana pasada sus subordinados ofrecнan una colecciуn sorprendente de excusas, pero al fin quedу en evidencia su ingenuidad.
— Ja. Me lo imagino. Debe de tener una colitis de уrdago. Apuesto a que no todas esas «indisposiciones» fueron mentira. Creo que comenzarй manteniendo una agradable charla con el almirante Knollys, sуlo йl y yo.
— Se lo agradecerнa, seсor.
— Conversaremos sobre la fatalidad del tiempo. Y sobre los defectos de un potencial comandante que basa toda su estrategia en un asesinato, aunque luego no logra llevarlo a cabo. — Kanzian frunciу el ceсo -. No estб muy bien pensada si un solo suceso puede cambiar el resultado de la guerra. Vordarian siempre ha tendido a precipitarse.
Cordelia mirу a Illyan.
— Simуn, mientras se encontraba atrapado en Vorbarr Sultana, їrecibiу alguna informaciуn sobre lo que ocurre en el Hospital Militar? їEn el laboratorio de Henri y Vaagen? — ї Sobre mi hijo?
Йl sacudiу la cabeza con pesar.
— No, seсora. — Illyan alzу la vista hacia Vorkosigan -. Seсor, їes cierto que el capitбn Negri ha muerto? Sуlo lo hemos oнdo en rumores y en las emisiones propagandistas de Vordarian. Aunque podrнa ser una mentira.
— Por desgracia, Negri estб muerto — dijo Vorkosigan.
Illyan se enderezу en su silla, alarmado.
— їY el emperador tambiйn?
— Gregor se encuentra a salvo.
Illyan volviу a relajarse.
— Gracias a Dios. їDуnde estб?
— En alguna parte — respondiу Vorkosigan en tono cortante.
— Oh. Sн, claro, seсor. Le ruego que me disculpe.
— En cuanto haya pasado por la enfermerнa y por la ducha, Simуn, tengo algunas tareas de limpieza interna para usted — continuу Vorkosigan -. Quiero saber exactamente cуmo fue que Seguridad Imperial se vio sorprendida por el golpe de Vordarian. No tengo intenciуn de difamar a los muertos (y Dios sabe que el hombre pagу por sus errores) pero el antiguo sistema de Negri para dirigir Seguridad Imperial, con todas sus pequeсas cйlulas secretas compartidas ъnicamente por Ezar, debe volver a estructurarse desde la base. Hay que revisar cada componente y cada hombre antes de volver a organizarlo. Йsa serб su primera tarea como jefe de Seguridad Imperial, capitбn Illyan.
El rostro pбlido y fatigado de Illyan cobrу un tinte verdoso.
— Seсor… їusted quiere que ocupe el puesto de Negri?
— Primero debe ordenarlo todo — le advirtiу Vorkosigan con frialdad -. Y sin tardanza. No puedo representar al emperador antes de que Seguridad Imperial estй en condiciones de custodiarlo.
— Sн, seсor. — La voz de Illyan estaba ahogada por la sorpresa.
Kanzian se levantу, rechazando la ayuda de un preocupado oficial. Aral apretу la mano de Cordelia bajo la mesa y se puso en pie para acompaсar al nuevo nъcleo de su Estado Mayor. Al salir, Kou se inclinу hacia Cordelia y le susurrу:
— Las cosas van mejorando, їeh?
Ella lo mirу con una sonrisa triste. Las palabras de Vorkosigan resonaron en su cabeza. Cuando la deserciуn de hombres alcance un punto crнtico y Vordarian se sienta invadido por el pбnico…
Poco a poco, a medida que transcurrнa la semana, fue aumentando la cantidad de refugiados que llegaba a la base Tanery. Despuйs de Kanzian, lo mбs espectacular fue la huida del primer ministro Vortala del arresto domiciliario a que lo habнa sometido Vordarian. Llegу con varios hombres heridos y un relato espeluznante de sobornos, mentiras, persecuciones y tiroteos. Dos ministros imperiales de menor importancia tambiйn llegaron a la base, uno de ellos a pie. El бnimo general iba mejorando con cada apariciуn importante; la atmуsfera de la base se volviу elйctrica al acercarse el momento de la acciуn. En los pasillos ya no se preguntaba «їquiйn ha llegado?» sino «їquiйn ha llegado hoy?». Cordelia tratу de parecer animada por todos aquellos sucesos, ocultando sus temores para sн misma. Vorkosigan parecнa cada vez mбs complacido y mбs tenso al mismo tiempo.
Tal como le habнan indicado, Cordelia se dedicу a descansar en las habitaciones de Vorkosigan. Muy pronto se sintiу con suficiente energнa para comenzar a golpear las paredes. Entonces intentу variar la prescripciуn con algunos ejercicios y flexiones (aunque prefiriу evitar los abdominales). Se encontraba considerando la posibilidad de unirse a Bothari en el gimnasio, cuando la consola zumbу.
El rostro aprensivo de Koudelka apareciу en la pantalla.
— Seсora, el regente solicita que se reъna con йl en la Sala de Reuniones Siete. Ha recibido algo que quiere que usted vea.
Cordelia notу un nudo en el estуmago.
— Estб bien. Ya voy.
En la Sala de Reuniones Siete habнa varios hombres congregados alrededor de una videoconsola, debatiendo en voz baja. Varios oficiales, Kanzian, el ministro Vortala. Vorkosigan la mirу y le dirigiу una sonrisita forzada.
— Cordelia, me gustarнa que me dieras tu opiniуn sobre una cosa que hemos recibido.
— Muy halagador, pero… їquй clase de cosa?
— El ъltimo informe especial de Vordarian tiene un nuevo giro. Kou, vuelve a pasar el vнdeo, por favor.
Las emisiones propagandistas de Vordarian solнan ser objeto de burlas por parte de los hombres de Vorkosigan. En esta ocasiуn sus rostros reflejaban mбs gravedad.
Vordarian apareciу en uno de los salones de la Residencia Imperial, el formal y sereno Salуn Azul. Ezar
Vorbarra solнa realizar sus raras declaraciones pъblicas desde ese lugar. Vorkosigan frunciу el ceсo.
Vordarian estaba sentado, vestido con su uniforme de gala, sobre un sofб de seda color marfil. La princesa Kareen estaba a su lado. Tenнa el cabello recogido por medio de unas peinetas con incrustaciones de joyas. Llevaba un impresionante vestido negro, serio y formal.
Vordarian sуlo pronunciу una pocas palabras vehementes, solicitando la atenciуn de los espectadores. En el vнdeo apareciу la gran cбmara del Consejo de Condes en el castillo Vorhartung. La cбmara se acercу a un primer plano del lord Guardiбn de los Portavoces, vestido con todas sus galas reales. A juzgar por sus repetidas miradas en una direcciуn concreta, aparte de la cбmara debнa haber alguna otra cosa apuntada a la cabeza del lord Guardiбn. Cordelia imaginу a un hombre con un arma mortal, o tal vez todo un pelotуn, en ese punto invisible para ellos.
El lord Guardiбn alzу un telegrama plбstico y comenzу:
«Cito textualmente: debido al…» — Ў Ah, muy hбbil! — murmurу Vortala. Koudelka detuvo el vнdeo para decir: — їPerdуn, ministro?
— Eso de «cito textualmente»… acaba de distanciarse de las palabras que estб a punto de leer en ese telegrama. La primera vez no me fijй. Bien, Georgos, bien — dijo Vortala a la figura paralizada -. Adelante, teniente. No pretendнa interrumpir.
La imagen del holovнdeo continuу: «… vil asesinato del niсo emperador Gregor Vorbarra, y a la traiciуn de sus sagrados votos por parte del usurpador Vorkosigan, el Consejo de Condes declara al falso regente un traidor, lo degrada, lo despoja de sus poderes y lo considera proscrito. En este dнa, el Consejo de Condes confirma al conde comodoro Vidal Vordarian como Primer Ministro y regente en actividad para la princesa viuda Kareen Vorbarra, conformando un gobierno interino de emergencia hasta que se encuentre un nuevo heredero confirmado por el Consejo de Condes y el Consejo de Ministros en una asamblea plenaria.»