— їQuiйn ha dicho que Kou no se convierta en general algъn dнa? — dijo con suavidad. Exhalу un suspiro -. Sн, todavнa lo quiero. Pero… creo que tengo miedo de que vuelva a herirme.
Cordelia lo pensу unos momentos.
— Es probable. Aral y yo siempre estamos hiriйndonos.
— ЎOh, ustedes dos no, seсora! Parecen tan, tan… perfectos.
— Piensa, Drou, їte imaginas cуmo se siente Aral en este momento, debido a mis actitudes? Yo sн.
— Oh.
— Pero el dolor… no me parece motivo suficiente para dejar que la vida pase de largo. Cuando uno estб muerto no siente dolor. Al igual que el tiempo, el dolor pasarб de todos modos. La pregunta es, їcuбntos momentos gloriosos eres capaz de arrebatarle a la vida a pesar del dolor?
— No estoy segura de entender eso, seсora. Pero… tengo una imagen en la cabeza. Kou y yo estamos en una playa, los dos solos. Es muy agradable. Y cuando йl me mira me ve, realmente me ve, y me quiere…
Cordelia frunciу los labios.
— Sн… eso es suficiente. Ven conmigo.
La joven se levantу obedientemente. Cordelia la condujo hasta el salуn, obligу a Kou a sentarse en un extremo del sillуn, sentу a Drou en el otro y se acomodу entre los dos.
— Drou, Kou tiene algunas cosas que decirte. Como al parecer vosotros dos hablбis idiomas diferentes, me pidiу que actuase como intйrprete.
Avergonzado, agitу las manos en seсal negativa.
— Eso significa: «Prefiero malgastar el resto de mi vida antes que mostrarme como un tonto durante cinco minutos.» No le hagas caso — dijo Cordelia -. Ahora veamos, їquiйn comenzarб?
Hubo un breve silencio.
— їOs he dicho ya que tambiйn estoy interpretando el papel de vuestros padres? Creo que comenzarй por ser la madre de Kou. Bien hijo, їya has conocido algunas muchachas bonitas? Tienes casi veintisйis aсos, їme comprendes? Yo vi ese vнdeo — agregу en su propia voz mientras Kou tosнa -. Tengo su mismo estilo, їeh? Y Kou dice: «Sн mamб, hay una joven ideal. Joven, alta, inteligente…» Y la mamб de Kou dice: «ЎPerfecto!» Entonces me contrata como intermediaria. Luego voy a ver a tu padre, Drou, y le digo: «Hay este joven teniente imperial, secretario personal del lord regente, hйroe de guerra…» Y йl exclama: «ЎNo necesito nada mбs! Lo aceptamos. Es perfecto.» Y…
— ЎCreo que dirнa algo mбs que eso! — la interrumpiу Kou.
Cordelia se volviу hacia Droushnakovi.
— Lo que Kou quiere decir es que teme que tu familia no lo quiera porque es un invбlido.
— ЎNo! — exclamу Drou indignada -. ЎEso no es…!
Cordelia alzу una mano para interrumpirla.
— Como vuestra intermediaria, permitidme. Kou, cuando una hija ъnica y adorada seсala y dice con firmeza: «Papб, quiero a ese hombre», un padre prudente sуlo responde: «Sн, cariсo.» Tres hermanos mayores ya pueden resultar mбs difнciles de convencer. Si la hace llorar, puede enfrentarse con un serio problema en un callejуn. Por eso supongo que aъn no te has quejado ante ellos, їverdad, Drou?
Ella contuvo una risita.
— ЎNo!
Kou parecнa amilanado por esta nueva posibilidad.
— Como verб — prosiguiу Cordelia -, si se esfuerza todavнa podrб evitar la venganza fraternal. — Se volviу hacia Drou -. Sй que se ha portado como un tonto, pero te aseguro que es un tonto educable.
— Yo dije que lo sentнa — se quejу Kou.
Drou se puso tensa.
— Sн. Varias veces — observу con frialdad.
— Y йste es el quid de la cuestiуn — dijo Cordelia lentamente, con el rostro muy serio -. Lo que Kou quiere decir, Drou, es que no lo siente en absoluto. Que el momento fue maravilloso, que tъ estuviste maravillosa, y que desea hacerlo otra vez. Y otra, y otra, solamente contigo, para siempre, con toda la aprobaciуn de la sociedad y cuantas veces quiera. їEs asн Kou?
Kou pareciу sorprendido.
— Pues… Ўsн!
Drou parpadeу.
— Pero… Ўeso era lo que yo querнa escuchar de ti!
— їEn serio? — Йl la espiу por encima de la cabeza de Cordelia.
Este sistema del intermediario tiene su gracia. Pero tambiйn tenнa sus lнmites. Cordelia se levantу y mirу el cronуmetro. Su sentido del humor desapareciу.
— Todavнa os queda un poco de tiempo. Se pueden decir muchas cosas en poco tiempo, si utilizбis palabras breves.
18
En el caravasar las horas previas al amanecer no eran tan oscuras como la noche en las montaсas. En el brumoso cielo nocturno se reflejaban las luces ambarinas de la ciudad. Los rostros eran borrosos y grises, como las fotografнas mбs primitivas. Cordelia tratу de no pensar: Como los rostros de los muertos.
Despuйs de descansar unas horas, lavarse y comer, Alys Vorpatril todavнa no se sentнa muy fuerte, pero podнa caminar sola. La casera le habнa proporcionado unas ropas sorprendentemente sobrias: una falda gris larga hasta la pantorrilla y unos jerseys para protegerse del frнo. Koudelka habнa cambiado sus prendas militares por un pantalуn ancho, zapatos viejos y una chaqueta para sustituir la que habнan utilizado con fines obstйtricos de emergencia. Йl llevaba al pequeсo Ivбn, envuelto en un paсal improvisado y bien abrigado, completando el cuadro de una pequeсa y tнmida familia que trataba de abandonar la ciudad. Se suponнa que se dirigнan al campo, donde vivнa la familia de la esposa, antes de que se iniciaran las luchas. Cordelia habнa visto pasar a cientos de refugiados como ellos en su camino hacia Vorbarr Sultana.
Koudelka inspeccionу al pequeсo grupo y frunciу el ceсo ante el bastуn de estoque que llevaba en la mano. Aunque sуlo parecнa un bastуn, la madera fina y pulida y el puсo tallado no parecнan adecuarse a su nivel social. Koudelka suspirу.
— Drou, їpuedes esconder esto de alguna manera? Resulta muy llamativo con esta ropa, y me resulta mбs un estorbo que una ayuda con el bebй en los brazos.
Droushnakovi asintiу con un gesto, se arrodillу para envolver el bastуn en una camisa y lo metiу en el bolso. Cordelia recordу lo que habнa ocurrido la ъltima vez que Kou habнa llevado ese bastуn en el caravasar, y observу las sombras con nerviosismo.
— No creo que a estas horas haya mucho peligro de que alguien nos ataque. No tenemos aspecto de ser personas ricas.
— Algunos serнan capaces de matarla por sus ropas — replicу Bothari con displicencia -, ahora que se aproxima el invierno. Pero estб mбs tranquilo que de costumbre. Las tropas de Vordarian han estado recorriendo el barrio en busca de «voluntarios» para que los ayuden a cavar esos refugios antibombas en los parques de la ciudad.
— Nunca creн que llegarнa a alegrarme de que exista la esclavitud — gimiу Cordelia.
— De todos modos, es una tonterнa — dijo Koudelka -. Destrozar todos los parques. Aunque llegaran a tiempo, no lograrнan albergar a tanta gente. Pero resulta impresionante, y lord Vorkosigan aparece como una imagen amenazadora en la mente de las personas.
— Ademбs — Bothari se levantу la chaqueta para mostrar el reflejo plateado de su disruptor nervioso -, esta vez tengo el arma apropiada.
Entonces no habнa mбs que decir. Cordelia abrazу a Alys Vorpatril y йsta le susurrу al oнdo:
— Dios te ayude, Cordelia. Y que Dios pudra a Vidal Vordarian en el infierno.
— Ve tranquila. Nos veremos en la base Tanery, їde acuerdo? — — Cordelia se volviу hacia Koudelka -. Vivid, y de ese modo confundirйis al enemigo.
— Lo… lo intentaremos, seсora — dijo Koudelka.
Con expresiуn solemne, hizo la venia a Droushnakovi. No hubo ironнa en su gesto militar, aunque tal vez reflejу un ъltimo dejo de envidia. Ella le respondiу con un ligero movimiento de cabeza. Ninguno de los dos quiso aсadir mбs palabras a ese momento. Los dos grupos se separaron en la oscuridad. Drou permaneciу mirando hasta que Koudelka y lady Vorpatril desaparecieron de la vista, y entonces se uniу a los demбs.