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Para algunos comentaristas, como Faren Miller de Locus, CETAGANDA es una obra menor dentro de la serie. Es un juicio posible si se compara esta novela con algunas de las mбs recientes de la serie, por ejemplo BARRAYAR o DANZA DE ESPEJOS, y sobre todo si se mantiene un criterio de «trascendencia» que no comparto. Es cierto que CETAGANDA carece de la riqueza de un personaje como Mark, el clon de Miles y eje de DANZA DE ESPEJOS. Pero nadie puede negar que CETAGANDA mantiene la riqueza de una narraciуn de aventuras y una trama casi policial ambientada en una sociedad extraсa y un tanto incomprensible al igual que ocurrнa, por ejemplo, en BARRAYAR.

Dйjenme reivindicar, de pasada, el aspecto lъdico de leer una buena novela policнaca con una ambientaciуn social y tecnolуgica tнpica de la ciencia ficciуn. Porque eso es lo que se encuentra en CETAGANDA, a la que un editor mбs atrevido hubiera titulado, por ejemplo «Ocho sбtrapas» recordando agresivamente a esos «Diez negritos» de Agatha Christie.

Gracias a la ingenierнa genйtica, el imperio de Cetaganda estб regido por dos clases hegemуnicas: los imperiales haut y los militares ghem, que recuerdan en cierta forma a los samurais y shoguns del Japуn clбsico. Йse es el entorno social, extraсo y poco conocido de los protagonistas, donde transcurre la acciуn. Una acciуn que tiene mucho de intriga policial y de novela de espнas.

Miles y su primo Ivбn, como representantes diplomбticos del imperio de Barrayar, han de asistir al funeral de la recientemente fallecida emperatriz del imperio de Cetaganda. En un entorno social ajeno y extraсo, Miles se involucra (digamos que involuntariamente…) en la polнtica interna de Cetaganda. Deberб actuar con la inteligencia de un experto detective y con la paranoica habilidad de un consumado espнa para resolver un misterioso asesinato y, en definitiva, anular un complot que amenaza la continuidad de todo el programa genйtico de Cetaganda y cuyas consecuencias tambiйn pueden perjudicar a Barrayar.

En realidad, cual nuevo Sherlock Holmes de la galaxia, Miles acaba asumiendo la misiуn (que nadie le ha encomendado, por cierto…) de desentraсar un enigma que pone en peligro a todo un imperio. Casi nada.

Si es la primera vez que se acercan a las aventuras de los Vorkosigan, les darй, para terminar, la mбs calurosa bienvenida al maravilloso mundo del «bajito» Miles. Si son ustedes lectores asiduos de la serie, reconocerбn conmigo que Lois McMaster Bujold lo ha logrado otra vez. Pasen y diviйrtanse de nuevo.

Cetaganda

A Jim y Toni

1

— Cуmo era? «La diplomacia es el arte de la guerra llevado a cabo por otros hombres» — preguntу Ivбn— o al revйs? «La guerra es la diplomacia…»?

— «Toda diplomacia es una continuaciуn del arte de la guerra por otros medios» — recitу Miles-. Chou En Lai, siglo XX. Tierra.

— Ey, quй eres? Un diccionario de citas ambulante?

— Yo no, pero el comodoro Tung sн. Colecciona Dichos de Antiguos Sabios Chinos y me obliga a memorizarlos.

— Y el viejo Chou, era diplomбtico… o soldado?

El teniente Miles Vorkosigan meditу la respuesta.

— Supongo que fue diplomбtico.

Los cinturones de seguridad de Miles lo sujetaron: se estaban encendiendo los cohetes. El vehivaina personal donde viajaban йl e Ivбn, uno frente al otro en solitario esplendor, se inclinу hacia un costado. Los dos asientos ocupaban los lados del corto fuselaje. Miles estirу el cuello para echar un vistazo por encima de los hombros del piloto: querнa ver el planeta que giraba mбs abajo.

Eta Ceta IV, corazуn y mundo madre del floreciente imperio cetagandano. Miles estaba seguro de que ocho planetas desarrollados y el mismo nъmero de dependencias aliadas y gobiernos tнtere podнan ser definidos como un imperio extenso segъn los parбmetros de cualquier observador. Claro que eso no significaba que los ghemlores cetagandanos no quisieran expandirse un poco mбs, a expensas de sus vecinos, a ser posible.

Pero a pesar de la gran extensiуn del paнs, las naves militares cetagandanas sуlo podнan pasar de una en una en los saltos de agujero de gusano. Como todo el mundo.

El problema era que algunos tenнan naves enormes, mierda.

La irisada lнnea nocturna se deslizaba a lo largo del borde del planeta mientras el vehivaina personal seguнa recorriendo las уrbitas que lo llevaban de la nave correo imperial de Barrayar, que acababan de dejar, a la estaciуn de transferencia cetagandana que los esperaba mбs abajo. La noche tenнa un brillo impresionante. Los continentes estaban baсados con una lluvia de motas luminosas, como iluminados por las hadas. Miles tenнa la impresiуn de que era posible leer bajo el brillo de aquella civilizaciуn, como bajo la luz de una luna llena. Barrayar, el planeta madre que compartнa con Ivбn, se le antojaba de pronto como una vasta tela absolutamente negra, con sуlo algunas chispas de ciudades aquн y allб. El bordado de alta tecnologнa de Eta Ceta era claramente… barroco. Sн, una esfera con demasiada ropa encima, como una mujer recargada de joyas. De mal gusto, pensу Miles, tratando de convencerse a sн mismo. No soy un patбn provinciano. No me dejarй impresionar. Soy lord Vorkosigan, noble y oficial.

Claro que el teniente lord Ivбn Vorpatril tambiйn lo era, pero eso no llenaba de confianza a Miles. Mirу a su primo, que tambiйn estiraba el cuello, los ojos бvidos, los labios entreabiertos, bebiendo la imagen de su destino, allб abajo. Por lo menos, Ivбn tenнa el aspecto de un oficial diplomбtico: alto, de cabello negro, atildado, una sonrisa fбcil siempre marcada en su atractivo rostro. El uniforme verde de fajina le sentaba de maravilla. La mente de Miles se deslizу, con la insidiosa facilidad de las malas costumbres, a una comparaciуn llena de envidia.

Miles tenнa que hacerse los uniformes a medida, y en lo posible trataba de disimular los graves defectos de nacimiento que tantos aсos de tratamientos mйdicos habнan intentado corregir. En realidad, deberнa dar gracias de que los meds hubieran conseguido tanto con tan poco. Despuйs de toda una vida de enfermerнas, medнa un metro cuarenta, era jorobado y de huesos frбgiles, pero todo eso era mejor que tener que esperar a que otra persona lo arrastrara de un lado a otro sobre un carrito de cuatro ruedas. Claro, claro…

Sн, ahora podнa estar de pie, caminar, correr si era necesario, con los hierros en las piernas y todo. Seguridad Imperial de Barrayar no le habнa contratado por su belleza, gracias a Dios, sino por su inteligencia. Sin embargo, se le ocurriу la morbosa idea de que lo habнan mandado a ese circo para que la imagen de Ivбn destacara en comparaciуn con la suya. SegImp no le habнa dado ninguna misiуn interesante en Cetaganda a menos que el cortante «Ўy no te metas en lнos!» de Illyan, jefe de Seguridad, pudiera considerarse un encargo secreto.

Por otra parte, tal vez habнan mandado a Ivбn sуlo como figurнn, para que Miles pareciera en comparaciуn mбs inteligente. Esta idea lo confortу.

Ahн estaba la estaciуn de transferencia orbital, justo a tiempo. Ni siquiera el personal diplomбtico bajaba directamente a la atmуsfera de Eta Ceta. Hubiera significado una trasgresiуn de la etiqueta, y seguramente merecerнa una advertencia administrada con fuego de plasma. Sн, Miles tenнa que admitir que la mayorнa de los mundos civilizados tenнa reglas similares, aunque fuera sуlo para impedir contaminaciones biolуgicas.

— Me pregunto si la muerte de la emperatriz viuda se debiу a causas naturales… — dijo Miles, por decir algo. Despuйs de todo, no podнa esperar que Ivбn tuviera una respuesta para eso-. Fue tan repentina…

Ivбn se encogiу de hombros.

— Era una generaciуn mayor que el Gran Tнo Piotr y eso que йl era viejo de solemnidad. Me ponнa muy nervioso cuando era chico. Lo que dices es una atractiva teorнa paranoica, pero no lo creo.

— Lamento decir que Illyan estб de acuerdo contigo, o no nos habrнa dejado venir a nosotros. Hubiera sido mucho menos aburrido si el muerto fuera el emperador, en lugar de una ancianita balbuceante.

— Pero entonces no estarнamos aquн — seсalу Ivбn con una lуgica aplastante-. Estarнamos de guardia en un puesto defensivo mientras las facciones de los candidatos discutнan el problema de la sucesiуn en una gran pelea. Esto es mucho mejor. Viajes, vino, mujeres, canciones…