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— Disculpe usted — dijo Yorreedi-. No lo habнa visto antes.

— En serio? — preguntу Benin. El tono implicaba: Que extraordinario-. Adelante. — La mano cayу a su lado con amabilidad.

Vorreedi levantу el arma y la examinу con cuidado: entre otras cosas, se fijу que el dispositivo de seguridad estaba puesto antes de entregarla con gesto amable a Benin.

— Le devuelvo el arma con sumo gusto, ghemcoronel — siguiу diciendo Miles-, a cambio de la informaciуn que usted pueda deducir de ella. Si al final resulta proceder del Jardнn Celestial, no serнa de gran ayuda, pero si Ba Lura la consiguiу en su viaje… tal vez eso nos revele mucho. Usted puede investigar algo asн mucho mбs que yo. — Miles hizo una pausa y agregу-: A quiйn visitу Ba Lura cuando abandonу la estaciуn por primera vez?

Benin levantу la vista, que tenнa fija en el destructor nervioso. — Fue a una nave anclada fuera de la estaciуn.

— Podrнa ser mбs concreto?

— No.

— Discъlpeme. Me gustarнa volver a formular la pregunta. Podrнa usted ser mбs concreto si quisiera?

Benin dejу el destructor sobre la mesa y se reclinу; aunque resultara imposible de creer, su expresiуn de interйs y atenciуn se intensificу. Se quedу callado durante un largo instante, mirando a Miles; despuйs contestу:

— No, desgraciadamente, no.

Mierda. Las tres naves de hautgobernadores ancladas fuera de la estaciуn de transferencia eran las de Ilsum Kety, Slyke Giaja y Este Rond. Йse podrнa haber sido el final de la triangulaciуn, pero Benin no tenнa el dato. Todavнa.

— Me interesarнa particularmente entender la forma en que control de trбnsito o lo que se hizo pasar por control de trбnsito nos dirigiу al compartimiento errуneo… al compartimiento en el que atracamos en primer lugar.

— Por quй entrу Ba Lura en su vehivaina? Cуmo lo explica usted? — preguntу Benin a su vez.

— Fue un encuentro muy confuso, ghemcoronel. No podemos descartar que se tratara de un accidente. Al contrario, si el encuentro fue intencional, no hay duda de que algo les saliу muy mal.

Chъpate йsa, decнa la cara silenciosa de Ivan. Miles lo ignorу.

— De todos modos, ghemcoronel, espero que esto lo ayude a organizar sus investigaciones — siguiу diciendo Miles en tono terminante. Seguramente Benin estaba impaciente por correr tras su nueva pista: el destructor nervioso.

Benin no se moviу.

— Y quй fue lo que realmente discutieron usted y la haut Rian, lord Vorkosigan?

— Si desea usted una respuesta, tendrб que formularle la pregunta a la haut Rian, ghemcoronel. Ella es tan cetagandana como el departamento que usted dirige. — Lбstima-. Pero a mi entender, el dolor de la haut Rian por la muerte de Ba Lura es bastante autйntico.

Benin parpadeу una vez.

— No entiendo cуmo puede usted juzgar la profundidad de su sufrimiento… La ha visto usted muchas veces?

— Es una deducciуn… — Y si no terminaba con todo eso en ese mismo instante, meterнa la pata tan hasta el fondo que iban a necesitar una grъa para sacarla. A Vorreedi tenнa que tratarlo con la mayor delicadeza; pero a Benin, no…-. Todo esto es fascinante, ghemcoronel, pero por desgracia esta maсana no dispongo de mucho tiempo. Sin embargo, si llega a descubrir de dуnde procede el destructor nervioso y adуnde fue Ba Lura, le agradecerнa profundamente la oportunidad de seguir con esta conversaciуn. — Se sentу, cruzу los brazos y le ofreciу una cordial sonrisa.

Lo que deberнa haber hecho Vorreedi era anunciar en voz bien alta que tenнan todo el tiempo del mundo y dejar que Benin se ocupara de todo. Eso habrнa hecho Miles en su lugar. Pero no cabнa duda de que Vorreedi estaba impaciente por hablar con Miles a solas, y en lugar de permitir una conversaciуn mбs larga, se levantу para seсalar el final de la entrevista. Benin, huйsped de la embajada en territorio ajeno, accediу con gesto amargo — no era su modo normal de proceder, de eso Miles estaba seguro— y se levantу sin comentarios.

— Tenemos una conversaciуn pendiente, lord Vorkosigan. Esto no se termina aquн. Se lo aseguro — afirmу en tono oscuro.

— Eso espero, seсor. Eli,… ha seguido usted mi consejo? Sobre bloqueo de interferencias?

Benin hizo una pausa, con una expresiуn que de pronto se habнa vuelto un poco abstracta.

— Sн, sн.

— Y cуmo le fue?

— Mejor de lo que esperaba.

— Me alegro.

A Miles le pareciу que la despedida de Benin, casi un saludo militar, era evidentemente irуnica pero no del todo hostil.

Vorreedi escoltу a su invitado hasta la puerta, pero lo entregу al guardia y volviу a la pequeсa habitaciуn antes de que Miles e Ivan tuvieran tiempo de escapar.

El coronel mirу a Miles a los ojos, y йste lamentу que su inmunidad diplomбtica no incluyera tambiйn al oficial de protocolo. Pensaba Vorreedi separarlo de Ivan y conseguir la informaciуn por su primo? Ivan estaba practicando el arte de la invisibilidad, deporte para el que le sobraba habilidad, por cierto.

— En caso de que no se haya dado cuenta, teniente Vorkosigan, yo no soy un hongo — dijo en tono firme y peligroso.

Un hongo: algo que crece en la oscuridad y se alimenta con informaciуn podrida, claro. Miles contuvo un suspiro.

— Seсor, dirнjase a mi comandante. — Es decir, Illyan, quien tambiйn era el superior de Vorreedi-. Si йl le da vнa libre, soy todo suyo. Hasta entonces, lo mejor serб seguir adelante como hasta ahora.

— Confiando en su instinto? — citу Vorreedi con sequedad.

— Todavнa no dispongo de conclusiones que pueda compartir con usted, seсor.

— Y su instinto… sugiere alguna conexiуn entre Ba Lura y lord Yenaro?

Vorreedi tambiйn tenнa instinto, sн. Sin ese don no habrнa llegado a ocupar su puesto…

— Ademбs del hecho de que los dos tuvieron un encuentro conmigo? No… ninguna sugerencia en la que se pueda… confiar. Estoy buscando pruebas. Cuando las tenga… bueno, habrй llegado a alguna parte.

— Adуnde exactamente?

Creo que si las cosas siguen asн, voy a estar metido en el secreto mбs grande que usted haya imaginado.

— Cuando llegue lo sabrй, seсor.

— Nosotros dos tambiйn tenemos una conversaciуn pendiente, lord Vorkosigan. Puede contar con ella. — Vorreedi le dedicу un gesto seco con la cabeza y saliу bruscamente. Sin duda iba a contarle las nuevas complicaciones de su vida al embajador Vorob'yev.

En medio del profundo silencio que se apoderу de la habitaciуn, Miles dijo en voz baja:

— Ha salido bastante bien, teniendo en cuenta las circunstancias.

Ivan esbozу una mueca despreciativa.

Subieron en silencio a la habitaciуn de Ivan, donde encontraron otro montуn de papeles de colores sobre el escritorio. Ivan los mirу uno por uno. Ignoraba abiertamente a Miles.

— Tengo que ponerme en contacto con Rian — dijo Miles por fin-. No puedo esperar, no es posible. Se nos estб acabando el tiempo.

— No quiero seguir mezclado en todo esto — dijo Ivan con voz distante.

— Es demasiado tarde para eso, Ivan.

— Sн, lo sй. — La mano de Ivan hizo una pausa-. Ejem… Eso ha llegado ahora. Y tiene tu nombre tambiйn.

— Es de lady Benello? Lamento decir que Vorreedi la va a poner fuera de nuestro alcance por lo de Yenaro.

— No. No es Benello. No conozco este nombre.

Miles se lanzу sobre el papel y lo abriу.

— Lady d'Har. Fiesta de jardнn. Quй cultivarб esta seсora en su jardнn? Podrнa ser un nombre con doble sentido? Una referencia al jardнn Celestial? Mmm… Tal vez sea mi contacto. Dios, odio estar a merced de la haut Rian… No puedo dar ni un paso sin que ella me controle. Bueno, de todos modos, acйptalo por si acaso.

— No es mi primera opciуn para esta tarde — objetу Ivan.