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El gobernador Kety levantу la vista y mirу la burbuja.

— Ya se estб despertando? — preguntу.

Pel se tocу los labios con la mano y luego apretу los controles.

— Todavнa no.

— Quiero interrogarlo primero. Tengo que averiguar cuбnto saben…

— Hay tiempo…

— No tanto…

Pel cerrу el sonido exterior otra vez.

— La haut Nadina primero — votу Miles con firmeza.

— Creo… creo que tiene usted razуn, lord Vorkosigan — suspirу Pel.

No mantuvieron mбs conversaciones peligrosas con Kety porque la confusiуn del embarque del grupo que iba a entrar en уrbita absorbiу por completo a Kety. El gobernador se comunicaba constantemente con el comu. No volvieron a estar a solas con el gobernador hasta que la multitud entrу en el corredor del transbordador, pasу a la nave oficial de Kety y se alejу hacia sus muchas obligaciones y placeres. El ghemgeneral Chilian ni siquiera intentу hablar con su esposa. Pel siguiу a Kety, que le habнa hecho un gesto claro despuйs de despedir a sus guardias. Miles supuso que ahн empezaba la diversiуn. Limitar el nъmero de testigos tambiйn reduce la cantidad de asesinatos necesarios para mantener el secreto si las cosas salen mal.

Kety los llevу a un corredor ancho, lujoso, evidentemente destinado a las habitaciones de clase alta. Miles tocу a la haut Pel en el hombro:

— Mire. En el pasillo. Ve?

Habнa un lacayo frente a la puerta de un camarote. Cuando pasу el dueсo de la nave, se puso firme, pero Kety entrу en otro camarote. El guardia se relajу.

Pel doblу el cuello.

— Puede ser la haut Nadina?

— Sн. Bueno… Tal vez. No creo que se atreviera a poner un verdadero soldado. No si no estб al mando de las estructuras de comando. — Miles pensу que habнa sido una tonterнa no notar el cisma entre Kety y su ghemgeneral. Йsa habнa sido una gran oportunidad perdida…

La puerta se cerrу detrбs del grupo y Miles se volviу para examinar aquel lugar. La habitaciуn estaba limpia y no tenнa decoraciones ni efectos personales: un camarote sin uso.

— Podemos ponerlo aquн — dijo Kety, seсalando un jergуn en un rincуn del cuarto-. Puedes mantenerlo bajo control quнmico, o necesitamos guardias?

— Bastarб con algunas sustancias quнmicas — contestу Pel-, pero necesito algunas cosas. Sinergina. Pentarrбpida. Y serб mejor que lo sometamos a algunas pruebas por si tiene alergia inducida a la penta. Se la producen a mucha gente importante, ya lo sabes… No creo que tъ quieras que Vorpatril muera en este lugar.

— Clarium?

Pel mirу a Miles con los ojos llenos de preguntas. No conocнa la palabra. El clarium era un tranquilizante de interrogatorio muy comъn entre los militares. Miles asintiу.

— Buena idea — se arriesgу ella.

— No hay posibilidad de que despierte antes de que yo vuelva? — preguntу Kety, preocupado.

— Lamento decir que se me fue un poco la mano con la droga…

— Mmm. Por favor, ten cuidado, mi amor. No tiene que haber demasiados residuos quнmicos en la autopsia. Aunque con suerte, no creo que tengan material para una autopsia.

— No me gusta tentar demasiado a la suerte.

— Bien dicho — dijo Kety, con una exasperaciуn especial-. Por fin estбs aprendiendo.

— Te espero — dijo Pel con frialdad, como para que se fuera. Probablemente la haut Vio habrнa dicho lo mismo.

— Dйjame que te ayude a acostarlo — dijo Kety-. Seguramente estбs muy incуmoda ahн dentro.

— No, no. Lo estoy usando de apoyapiйs. La silla flotante es… tan cуmoda. Me gustarнa… bueno, disfrutar del privilegio de una haut un poquito mбs, mi amor — suspirу Pel-. Hace tanto que…

Los labios de Kety se afinaron en una sonrisa divertida.

— Muy pronto tendrбs mбs privilegios que la emperatriz, y todos los extranjeros que quieras a tus pies. — Hizo un gesto hacia la burbuja y saliу a toda prisa. Adуnde irнa un gobernador con una lista de drogas para interrogatorio? A la enfermerнa? A Seguridad? Y cuбnto tiempo tardarнa?

— Ahora — dijo Miles-. Por el corredor. Tenemos que librarnos del guardia… Ha traнdo usted la sustancia que le dio la haut Vio a Ivan?

Pel sacу el bulbo de la manga y lo levantу.

— Cuбntas dosis quedan?

Pel afinу la vista.

— Dos. Vio preparу de mбs. — Habнa un tono de desaprobaciуn en su voz, como si Vio hubiera perdido puntos con esa redundancia.

— Yo me hubiera llevado cien, por si acaso. De acuerdo. ъsela… no toda, si no es necesario.

Pel sacу la burbuja del camarote y doblу por el corredor. Miles se deslizу detrбs de la silla y se aferrу al respaldo. Las botas le resbalaban un poco sobre la base que sostenнa la fuente de energнa de la silla. Escondido detrбs de las faldas de una mujer? Ese medio de transporte — y cualquier otra cosa que significara estar bajo el control de un cetagandano o cetagandana— era frustrante, pero la misiуn de rescate era su principal objetivo. Para el hambre no hay pan duro. Pel se detuvo frente al guardia de librea.

— Servidor — le dijo.

— Haut. — El hombre hizo una reverencia frente a la burbuja blanca-. Estoy de guardia y no puedo ayudarla.

— No necesito mucho tiempo. — Pel bajу la pantalla de fuerza. Miles oyу un siseo y un ruido de toses. La silla se sacudiу y йl se deslizу hacia el suelo. Cuando se levantу, descubriу a Pel con el guardia caнdo sobre la falda en una posiciуn incуmoda y extraсa.

— Mierda — — dijo Miles, con pena-, deberнamos haberle hecho esto a Kety en el primer camarote… Bueno, veamos quй hacemos con esta almohadilla de palma.

Una almohadilla estбndar. Quй palmas la abrirнan? Muy pocas, seguramente: Kety, tal vez Vio, y el guardia, para casos de emergencia.

— Levбntelo un poco — dijo Miles y apretу la palma del hombre inconsciente contra el lector. — Ah — suspirу, aliviado. La puerta se deslizу sin alarmas ni protestas. Miles le quitу el bloqueador al guardia y entrу de puntillas con la haut Pel detrбs.

— Ay — gimiу Pel, furiosa. Habнan encontrado a la haut Nadina.

La anciana estaba sentada en un jergуn similar al del otro camarote, cubierta sуlo con la malla blanca. Los efectos de un siglo de gravedad eran suficientes para daсar incluso ese cuerpo haut: sacarle las tъnicas exteriores, voluminosas y llamativas, era una indignidad deliberada que hubiera podido superarse sуlo con la desnudez absoluta. Le habнan sujetado el cabello al suelo a un metro de la punta con un aparato que no habнa sido diseсado para ese propуsito. No era una posiciуn cruel, fнsicamente hablando — el largo del cabello le dejaba dos metros para moverse alrededor-, pero habнa algo terriblemente ofensivo en el asunto. Idea de la haut Vio, tal vez? Miles pensу que ahora entendнa la reacciуn de Ivan frente al бrbol de gatitos. Estaba mal hacerle eso a la anciana seсora (aunque fuera una anciana seсora de una raza tan aborrecible como la de los haut). Y para colmo, Nadina le recordaba a su abuela betanesa… bueno, no exactamente, Pel era la que se parecнa mбs a su abuela Naismith en carбcter pero…

Pel arrojу al guardia al suelo y corriу hacia su hermana consorte.

— Nadina, te han hecho daсo?

— ЎPel! — Cualquiera hubiera caнdo en brazos de la salvadora pero como Pel y Nadina eran haut, se limitaron a un apretуn de manos, aunque fue un apretуn muy afectuoso.

— ЎAh! — — dijo Pel, furiosa por la situaciуn de Nadina. Se quitу algunas tъnicas, seis mбs o menos, y se las entregу a Nadina, que se las puso con gracia y se irguiу con mбs decisiуn. Miles completу la revisiуn del lugar para asegurarse de que estaban solos y se volviу hacia las mujeres que estaban de pie, mirando las puntas del cabello. Pel se arrodillу y tirу de algunos mechones, pero no pudo desprenderlos.