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3) Exhalar lentamente por las fosas nasales, contando como anteriormente, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, un número a cada paso.

4) Descansar entre respiraciones, sin detener la marcha; contando 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, un número a cada paso.

5) Repetir hasta sentir un principio de cansancio. Entonces, descansar un momento y, a placer reanudar el ejercicio. Verificarlo varias veces en el día.

Algunos yoghis modifican este ejercicio, reteniendo la respiración mientras cuentan 1, 2, 3, 4, y exhalando después, contando 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8.

Puede seguirse la forma que más agrade.

6) Ejercicio de la mañana

1) De pie, con el cuerpo erguido y en actitud militar, cabeza alta, ojos al frente, hombros caídos, rodillas firmes y brazos a los costados.

2) Elevar lentamente el cuerpo sobre los dedos de los pies, inhalando una Respiración Completa con lentitud y firmeza.

3) Retener la respiración unos pocos segundos, conservando la misma posición.

4) Bajar lentamente a la primera posición, exhalando despacio al mismo tiempo el aire por las fosas nasales.

5) Ejecutar la Respiración Purificadora.

6) Repetir varias veces, usando alternativamente la pierna derecha o la izquierda.

7) Para estimular la circulación

1) De pie y con el cuerpo erguido

2) Inhalar una Respiración Completa y retenerla.

3) Inclinarse ligeramente hacia adelante y agarrar un bastón con energía y firmeza, poniendo gradualmente toda la fuerza en apretar el bastón.

4) Dejar de oprimir el bastón, volver a la primera posición y exhalar lentamente.

5) Repetir varias veces.

6) Terminar con la Respiración Purificadora

Este ejercicio puede verificarse sin emplear el bastón, agarrando un bastón imaginario y usando la voluntad para ejecutar la presión. Este ejercicio es una práctica favorita yoghi para estimular la circulación, conduciendo la sangre arterial a las extremidades y haciendo volver la sangre venosa al corazón y a los pulmones, para que puedan tomar el oxígeno inhalado con el aire. En casos de circulación defectuosa, no hay bastante sangre en los pulmones para absorber el total de oxígeno inhalado y el sistema no saca todo el provecho posible de la respiración mejorada. Particularmente, en estos casos, es bueno practicar este ejercicio ocasionalmente, con el regular ejercicio de la Respiración Completa.

Capítulo XII Siete ejercicios menores yoghis

En este capítulo damos siete ejercicios menores de la respiración yoghi, que sin poseer nombres especiales, cada uno es distinto e independiente de los otros y tiene en vista un propósito diferente. Cada estudiante hallará que algunos de estos ejercicios se adaptan mejor a las necesidades especiales de su caso particular. Aunque los hemos denominado los ejercicios menores, ellos son muy útiles y valiosos; de lo contrario, no aparecerían en este libro. Dan a una un curso condensado de cultura física y desenvolvimiento pulmonar, y podrían ser fácilmente, ampliados y elaborados en un pequeño libro sobre el asunto. Tiene, naturalmente un valor adicional, debido a que la respiración yoghi forma una parte de cada ejercicio.

No hay que dejarlos de lado a causa de que los llamamos menores, porque algunos o varios de estos ejercicios pueden ser justamente los que se necesiten. Hágase la prueba y decida cada uno por sí mismo.

Ejercicio I

1) De pie, firme y con las manos a los costados.

2) Inhalar una respiración completa.

3) Levantar los brazos lentamente, manteniéndolos rígidos hasta que las manos se junten por encima de la cabeza.

4) Retener la respiración unos pocos segundos, permaneciendo con las manos en la posición anterior.

5) Hacer descender las manos lentamente a los costados, exhalando despacio al mismo tiempo.

6) Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio II

1) De pie, firme y con los brazos extendidos hacia el frente.

2) Inhalar una respiración completa y retenerla.

3) Llevar los brazos horizontalmente hacia atrás hasta donde puedan ir, volver a la primera posición, repetir varias veces estos movimientos, reteniendo entre tanto la respiración.

4) Exhalar vigorosamente por la boca.

5) Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio III

1) De pie, firme y con los brazos extendidos hacia el frente.

2) Inhalar una respiración completa.

3) Hacer un movimiento circular con los brazos hacia atrás unas cuantas veces, reteniendo mientras tanto la respiración. Se puede variar este movimiento alternando la rotación como las aspas de un molino de viento.

4) Exhalar vigorosamente por la boca.

5) Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio IV

1) Acostado boca abajo con las manos a los costados y las palmas apoyadas en el suelo.

2) Inhalar una respiración completa y retenerla.

3) Con el cuerpo rígido, elévese éste por la fuerza de los brazos, hasta que descanse sobre las manos y los dedos de los pies.

4) Volver a la primera posición. Repetir varias veces el movimiento.

5) Exhalar vigorosamente por la boca.

6) Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio V

1) De pie, firme y con las palmas de las manos apoyadas en la pared.

2) Inhalar una respiración completa y retenerla.

3) Aproximar el pecho hasta la pared, descansando el peso del cuerpo sobre las manos.

4) Retirar el cuerpo hacia atrás, con la fuerza muscular de los brazos solamente, manteniendo el cuerpo rígido.

5) Exhalar vigorosamente por la boca.

6) Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio VI

1) De pie, firme con los brazos en jarras, es decir con las manos apoyadas en la cintura y los codos hacia afuera.

2) Inhalar una respiración completa y retenerla.

3) Mantener las piernas y caderas rígidas e inclinar el busto bien hacia adelante, como si se saludara, y al mismo tiempo exhalar lentamente.

4) Volver al la primera posición y tomar otra respiración completa.

5) Doblarse hacia atrás, exhalando lentamente.

6) Volver a la primera posición, tomando una respiración completa.

7) Inclinar el tronco hacia un lado, exhalando lentamente. Se varía el movimiento inclinándose a la derecha y a la izquierda.

8) Practicar la respiración Purificadora.

Ejercicio VII

1) De pie, firme, o sentando, con el busto erguido y recta la columna espinal.

2) Tomar una respiración completa, pero en vez de hacerlo en una corriente fija y continua, inhalar con intermitencias cortas, rápidas y frecuentes, como si se tomara la fragancia de sales aromáticas o amoníaco y no se quisiera absorber una cantidad excesiva. No exhalar ninguna de estas pequeñas inhalaciones, sino que se agregan las unas a las otras hasta que llenen por completo el espacio pulmonar.

3) Retenerla durante unos pocos segundos.

4) Exhalar por las fosas nasales, en una emisión larga y reposada.

5) Practicar la respiración purificadora.

Capítulo XIII Vibración y respiración rítmica yoghi.

Todo está en vibración. Desde el átomo más pequeño hasta el mayor de los soles, todo vibra. Nada hay en absoluto reposo en la Naturaleza, y un átomo privado de vibración destruiría el Universo. En incesante vibración es ejecutada la obra universal. La materia es constantemente manipulada por la energía e innumerables formas y variedades sin número resultan, y, sin embargo, ni las formas ni las variedades son permanentes.

Principian a cambiar desde el momento que son creadas; de ellas surgen formas innumerables que as u vez cambian también y dan nacimiento a otras nuevas, y así en continua sucesión infinita. Nada es permanente en el mundo de las formas, y, no obstante, la gran Realidad es inmutable. Las formas no son más que apariencias, van y vienen, pero la Realidad es eterna e invariable.