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Un buen sistema para comprender los agujeros negros es pensar en la curvatura del espacio. Consideremos una superficie bidimensional plana, flexible y con líneas, como un trozo de papel de grafo hecho de caucho. Si soltamos encima una pequeña masa, la superficie se deforma formando un hoyo. Una canica gira alrededor del hoyo en una órbita semejante a la de un planeta alrededor del Sol. En esta interpretación, que debemos a Einstein, la gravedad es una distorsión en el tejido del espacio. Vemos en nuestro ejemplo que un espacio bidimensional ha quedado deformado por una masa dando una tercera dimensión física. Imaginemos que vivimos en un universo tridimensional deformado localmente por materia que lo convierte en una cuarta dimensión física que no podemos percibir directamente. Cuanto mayor sea la masa local, más intensa será la gravedad local y más hondo el hoyo, la distorsión o deformación del espacio. El agujero negro es en esta analogía una especie de pozo sin fondo. ¿Qué le sucede a una persona que cae en él? Vista desde el exterior se necesitaría una cantidad infinita de tiempo para caer dentro, porque todos los relojes de esta persona mecánicos y biológicos se percibirían como relojes parados. Pero desde el punto de vista de esta persona, todos los relojes continuarían funcionando normalmente. Si pudiese sobrevivir a las mareas gravitatorias y al flujo de radiación, y si el agujero negro estuviera en rotación (una hipótesis probable) es muy posible que esta persona pudiera emerger en otra parte del espacio tiempo: en algún otro lugar del espacio y en algún otro momento del tiempo. Se ha sugerido seriamente la existencia de estas galerías en el espacio, como las que hace un gusano en una manzana, aunque no se ha demostrado en absoluto que existan. ¿Es posible que los túneles de gravedad proporcionen una especie de metro interestelar o intergaláctico que nos permita desplazamos a lugares inaccesibles mucho más rápidamente que del modo normal? ¿Pueden servir de máquinas del tiempo estos agujeros negros, transportándonos al pasado remoto o al futuro distante? El hecho de estar discutiendo estas ideas aunque sea de modo semiserio demuestra lo surrealista que puede ser el mundo.

Somos hijos del Cosmos en el sentido más profundo de la palabra. Pensemos en el calor del Sol que sentimos sobre el rostro en un día despejado de verano; pensemos en lo peligroso que es mirar directamente al Soclass="underline" reconocemos su poder desde 150 millones de Kilómetros de distancia. ¿Qué sentiríamos en su abrasadora superficie autoluminosa o sumergidos en el corazón de sus fuegos nucleares? El Sol nos calienta y nos alimenta y nos permite ver. Fecundó la Tierra. Tiene un poder que supera la experiencia humana. Los pájaros saludan la salida del Sol con un éxtasis audible. Incluso algunos organismos unicelulares saben la manera de nadar hacia la luz. Nuestros antepasados adoraron el Sol, 10 y no eran tontos, ni mucho menos. Y sin embargo el Sol es una estrella ordinaria, incluso mediocre. Si tenemos que adorar a un poder superior a nosotros, ¿no tiene sentido reverenciar el Sol y las estrellas? Oculto dentro de toda investigación astronómico, a veces enterrado tan profundamente que el mismo investigador no se da cuenta de su presencia, hay siempre una especie de temor reverenciar.

La Galaxiaes un continente inexplorado lleno de seres exóticos de dimensiones estelares. Hemos llevado a cabo un reconocimiento preliminar y hemos encontrado a algunos de sus habitantes. Unos cuantos se parecen a seres que ya conocemos. Otros son de una rareza que supera nuestras más desenfrenadas fantasías. Pero nuestra exploración apenas ha empezado. Los antiguos viajes de exploración sugieren que muchos de los habitantes más interesantes del continente galáctico continúan siendo por ahora desconocidos e imposibles de imaginar. No muy lejos de la Galaxia hay, de modo casi seguro, planetas situados en órbita alrededor de estrellas de las Nubes de Magallanes y de los cúmulos globulares que rodean la Vía Láctea. Estos mundos proporcionarían un panorama imponente de la Galaxia amaneciendo: una forma enonne en espiral con 400 000 millones de habitantes estelares, con nubes de gas en proceso de colapso, con sistemas planetarios condensándose, con supergigantes luminosas, con estrellas estables de media edad, con gigantes rojas, con enanas blancas, nebulosas planetarias, novas, supernovas, estrellas de neutrones y agujeros negros. Desde este mundo quedaría bien claro, como ya empieza a serlo para nosotros, que nuestra materia, nuestra forma y gran parte de nuestro carácter está detenninado por la profunda relación existente entre la vida y el Cosmos.

Capítulo 10. El filo de la eternidad.

Hay una cosa formada confusamente,

Nacida antes que el Cielo y la Tierra.

Silenciosa y vacía

Está sola y no cambia,

gira y no se cansa.

Es capaz de ser la madre de¡ mundo.

No conozco su nombre

y por lo tanto le llamo El camino.

Le doy el nombre improvisado de Lo Grande.

Siendo grande se le puede describir también como retrocediendo,

si retrocede se le puede describir como remoto

si es remoto se le puede describir retornando.

LAo TSE, Tao Te ching; China, hacia el 600 a. de C.

Hay un camino en lo alto, visible en los cielos transparentes, llamado la Vía Láctea, que resplandece con brillo propio. Los dioses van por ella a la morada del gran Tonante y su residencia real… Allí los famosos y poderosos habitantes del cielo han sentado sus reales. Ésta es la región que podría atreverme a llamar la [Vía] palatina del Gran Cielo.

OVIDIO, Metamorfosis; Roma, siglo primero

Algunos necios declaran que un Creadorhizo el mundo. La doctrina de que el mundo fue creado es equivocada y hay que rechazarla.

Si Dios creó el mundo, ¿dónde estaba Él antes de la creación?… ‹ Cómo pudo haber hecho Dios el mundo sin materiales? Si dices que los hizo primero y luego hizo el mundo te enfrentas con una regresión infinita…

Has de saber que el mundo es increado, como el mismo tiempo, sin principio ni fin. Y que se basa en los principios…

Mahapurana (La Gran Leyenda), Jinasena, India, siglo noveno

HACE DIEZ MIL 0 VEINTE MIL MILLONES DE AÑOS, sucedió algo, la Gran Explosión (big bang), el acontecimiento que inició nuestro universo. Por qué sucedió esto es el misterio mayor que conocemos. Lo que está razonablemente claro es que sucedió. Toda la materia y la energía presentes actualmente en el universo estaba concentrada con una densidad muy elevada una especie de huevo cósmico, que recuerda los mitos de la creación de muchas culturas quizás en un punto matemático sin ninguna dimensión. No es que toda la materia y la energía del universo estuvieran apretadas en un pequeño rincón del universo actual, sino que el universo entero, materia y energía y el espacio que llenan, ocupaba un volumen muy pequeño. No quedaba mucho espacio para que sucedieran cosas allí.

El universo inició con aquella titánica explosión cósmica una expansión que ya no ha cesado. Es engañoso describir la expansión del universo como una especie de burbuja ensanchándose, vista desde el exterior. Por definición nada de lo que podamos conocer estuvo nunca fuera. Es mejor imaginarlo desde dentro, quizás con unas líneas formando retículo y adheridas al tejido en movimiento del espacio expandiéndose uniformemente en todas direcciones. A medida que el espacio se iba estirando, la materia y la energía del universo se iban expandiendo con el espacio y se enfriaban rápidamente. La radiación de la bola de fuego cósmica, que tanto entonces como ahora llenaba el universo, fue desplazándose a través del espectro: de los rayos X a la luz ultravioleta; pasó luego por los colores en arco iris del espectro visible; llegó al infrarrojo y a las regiones de radio. Los restos de esta bola de fuego, la radiación cósmica de fondo que emana de todas las partes del cielo, pueden detectarse hoy en día mediante radiotelescopios. En el universo primitivo el espacio estaba brillantemente iluminado. A medida que el tiempo pasaba el tejido del espacio continuó expandiéndose, la radiación se enfrió y el espacio se volvió por primera vez oscuro, en la luz visible ordinaria, tal como ahora es.