Выбрать главу

—¿Pasa algo?

—No. No pasa nada. O sea, creo que no. Si tú, hum, no lo crees.

—¿Por qué iba a creerlo? —pregunté.

—No lo sé —dijo, y suspiró de nuevo—. Es que, ya sabes, nunca lo hemos hablado, y ahora…

—Ahora ¿qué? —pregunté. Era demasiado. Después de todo lo que había padecido, tener que soportar este tipo de anticonversación circular me irritaba sobremanera.

—Es que ahora… El médico dice que estoy bien.

—Ah. Estupendo.

Ella sacudió la cabeza.

—A pesar de. Ya sabes.

No lo sabía, y no me pareció justo que esperara lo contrario, y así se lo manifesté. Y después de una gran exhibición de carraspeos y tartamudeos, cuando por fin me lo dijo, descubrí que había perdido el poder de la palabra al igual que ella, y lo único que conseguí articular fue el remate de un chiste muy antiguo que, sabía, no era el momento de decir, pero no pude impedirlo, y de todos modos me salió, y como desde muy lejos oí la voz de Dexter exclamar:

—¿Que vas a tener qué?