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poderosa puede ser!

Estos deben de tener

la culpa por no avisarme.

¡Matarlos quiero y matarme!

BATO ¡Huye, Silvia, que está loco!

SILVIA ¡Muerta soy!

Huyen los dos.

CUPIDO ¡No lo estoy poco

de amor y de no vengarme!

Bien se conoce que ha sido

venganza de cielo y tierra

este rigor, esta guerra,

este desdén, este olvido:

¿Yo rendido, yo vencido,

yo celoso y despreciado?

¿Quién hubiera imaginado?

O ¿cómo pudiera ser

que el mundo llegara a ver

el Amor enamorado?

Conjurados contra mí

los dioses, dieron lugar

que se pudiese vengar

Diana y Febo de mí:

poder y nombre perdí;

veneno tan abrasado;

mas fuerte fue quien me ha dado

que Amor de mi propio amor,

soy, para pena mayor,

el Amor enamorado.

Montes, la locura mía

crece en venganza de Febo

y aunque en el amor no es nuevo,

no era yo quien le tenía:

yo le daba y repartía,

quedándome descuidado,

y hoy tengo, sin ser amado,

el amor que a todos di,

para que se viese en mí

el Amor enamorado.

Si de la muerte el rigor

mata, la muerte no muere,

lo mismo de amor se infiere

¿cómo muere Amor de amor?

Mas ¿de qué sirve el furor,

si no voy desesperado

a vengarme del cuidado

que mi propio amor me da?

guardaos, mortales, que va

el Amor enamorado.

Vase.

Salen Febo y Diana.

FEBO Estoy agradecido,

bellísima Diana,

del castigo que has dado justamente

al bárbaro CUPIDO,

no sólo yo, mas cuanto de la humana

historia el mundo reconoce y siente.

DIANA Febo, la novedad del accidente

de amor le vuelve loco.

FEBO Para lo que merece, todo es poco.

DIANA Lo que importa es casar los dos amantes,

que puede ser que intente un desvarío

en los que menos pueden.

Salen Liseno, viejo, padre de Sirena, y Alcino.

LISENO Mis lágrimas, Alcino, son bastantes

a vencer la corriente deste río

cuando las suyas por su Dafne exceden

las ondas desa mar.

ALCINO Si de Sirena,

Liseno, hubieras visto la desdicha,

más fuera tu dolor, mayor tu pena.

LISENO ¿Soy fiera yo, por dicha,

de los montes rifeos?

¿Serán más eficaces tus deseos

que la naturaleza?

Yo lamento, mi ser, tú su belleza:

¿qué amor, que sentimiento

puede igualar a un padre?

ALCINO El de su

esposo,

pues concertado ya mi casamiento,

la pierdo con un fin tan lastimoso.

LISENO Piadoso el cielo fuera,

si el cuerpo de Sirena me dejara,

que a un mármol consagrara,

donde sus honras fúnebres hiciera

con llanto del Arcadia; mas el cielo

aun no me quiso dar este consuelo.

DIANA El viejo padre me enternece, Febo.

FEBO Diana, pues con él viene su esposo,

antes que algún engaño intente nuevo

el ofendido Amor, será forzoso

que llegue el desengaño.

DIANA Lo que es razón intentas.

FEBO Liseno.

LISENO Febo ilustre.

FEBO ¿Qué lamentas?

LISENO A Sirena, mi hija, que me ha muerto

con un traidor engaño,

por tu venganza, Amor.

FEBO Sirena vive.

ALCINO ¿Cómo, si yo la vi morir?

FEBO Sí es cierto

los brazos le apercibe,

y tú de esposo la dichosa mano,

que fue de Amor el pensamiento vano.

Abriéndose el templo de Diana, se ve a Sirena en él.

LISENO Pastores destas riberas

que visteis mi tierno llanto,

venid a ver mi alegría:

¡Sirena vive!

SILVIA Lisardo,

Jacinta, ¡corred, llegad!

Los pastores y pastoras salen con instrumentos, y Silvia

y Bato.

BATO ¿De quién ha sido el milagro?

LISENO De Febo y Diana.

BATO Quisiera

echarme a los pies de entrambos,

ya que ayer se me perdió

una borrica en el prado:

por ventura sabrán della,

y yo les daré su hallazgo.

Cantan los músicos.

MÚSICOS Vivan Febo y Diana,

gocen sus rayos,

y Sirena y Alcino

se den las manos.

En este baile y relinchos entren Venus y CUPIDO, y los

aparten.

CUPIDO Eso no, mientras yo tengo

imperio de los humanos

corazones: Amor soy,

que vengo a vengar mi agravio.

VENUSY yo soy Venus, Diana;

que si los dos sois hermanos,

CUPIDO es mi hijo.

DIANA Venus,

los dos quedarán casados

porque es justo; vete a Chipre,

que son intentos bastardos

de la autoridad de dioses.

VENUS ¿Tú conmigo?

FEBO ¡Venus, paso!

¡Mi hermana es Luna en el cielo!

VENUS ¿Qué importa, si es el más bajo?

FEBO En el centro Proserpina,

Diana en selvas y campos.

BATO Temo que se han de matar,

que ya aperciben los arcos.

SILVIA ¡Ay, Bato! ¡El cielo se rompe!

¡Todo es trueno, todo es rayos!

En este ruido baje en un águila Júpiter.

JÚPITER Dioses, ¿queréis, por ventura,

con tan recios desagravios,

desconcertar la armonía

de los cielos soberanos?

Tú, Venus, ¿desde el tercero

quieres oponerte al cuarto

Príncipe y Rey de la luz

del estrellado teatro?

VENUS Yo, señor, desde aquí digo

que mi hijo y yo dejamos

a tu arbitrio la sentencia.

JÚPITER Si Febo por tus engaños,

Amor, a Dafne perdió,

la razón, a quien han dado

nombre de alma de la ley,

dice que es derecho llano

que Amor no goce a Sirena.

ALCINO Como de Júpiter santo

es la sentencia.

CUPIDO No importa;

de él y de todos aguardo

vengarme presto.

ALCINO Yo sea,

Sirena mía, entretanto

tu esposo, y vénguese Amor.

BATO Señor Jopiter sagrado,

antes que se vuelva al cielo

en ese buitre volando,

mande a Silvia que me quiera.

JÚPITER ¡Silvia!

SILVIA ¡Señor!

JÚPITER ¡Quiere a Bato!

SILVIA Yo te obedezco.

FEBO Y aquí,

divino planeta cuarto,

Luna, madre de otro sol,

que gocéis por muchos años,

dé fin en vuestro servicio

El Amor enamorado.