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Syndey Harris, un columnista sindicalizado, cuenta que acompañó a un amigo a un quiosco de periódicos y observó a su amigo saludar al vendedor con mucha cortesía. Sin embargo, como respuesta recibió un servicio áspero y descortés. El vendedor, en una forma grosera, le tiró el periódico en su dirección. El amigo de Harris le sonrió muy amable y le deseó al hombre un buen fin de semana. Mientras caminaban por la calle, Syndey Harris le preguntó a su amigo:

– ¿Siempre te trata tan grosero?

– Sí, así lo hace.

– ¿Siempre eres tan cortés y amistoso con él?

– Sí, siempre lo soy.

– ¿Por qué eres tan agradable con él si es tan poco amistoso contigo?

Observe esta respuesta, es un clásico:

– Porque no quiero que decida cómo voy a reaccionar.

Esto es humildad. Esto es fuerza bajo controclass="underline" el escoger la manera de reaccionar a la gente. Esto es escoger ser un actor en lugar de un reactor.

¿Permite que otra persona controle su estado emocional? ¿Permite que otra persona eleve su nivel de felicidad o le sumerja en preocupación, temor o ira? Proverbios 16:32 dice: «Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades.» Este versículo está diciendo que la persona que puede controlar su ánimo es más fuerte que un ejército en una ciudad rodeada de murallas. Pero una persona que no puede controlar su propio espíritu está indefensa, como una ciudad sin murallas alrededor. No tiene defensa, está a la merced de lo que cualquiera le quiera hacer. Diremos más acerca de esto en el próximo capítulo cuando veamos el fruto del dominio propio.

Sea respetuoso

Existe un último tipo de persona con la cual debe practicar la humildad: los no creyentes. Cuando usted le testifica a las personas, cuando hable de su fe, respételos, no los rechace. ¿Ha notado que gran parte del evangelismo no pasa de ser un rechazo poco disimulado? Predicamos el evangelio con sentido de superioridad: «Usted necesita lo que yo tengo porque es muy malo.» El hecho es que la gente necesita las Buenas Nuevas, pero nuestra actitud puede impedir que las reciban. Respete a los no creyentes, no los derribe. Respetarlos significa aceptarlos. No significa que deba aprobar su estilo de vida. Hay una diferencia entre aceptar y aprobar. Puedo aceptarlo como una persona que vale sin aprobar todo lo que hace. Además, debo respetar sus derechos de ser tratado de manera respetuosa.

Primera de Pedro 3:15-16 dice: «Estén siempre preparados para responder a todo el que les pida razón de la esperanza que hay en ustedes. Pero háganlo con gentileza y respeto» (énfasis del autor). La manera en que usted predique el evangelio puede determinar el interés que la persona demuestre en escucharlo. En efecto, su actitud habla con más poder que las palabras de su mensaje. Desgraciadamente, algunas personas usan el evangelio como una almádana (mazo de hierro empleado para partir piedras).

Hay dos formas de abrir el cascarón de un huevo. Una forma es romperlo; la otra, es colocarlo en un lugar tibio, en un ambiente amoroso, y dejar que incube y se rompa solo. La segunda forma preserva al pollito, mientras que la primera lo mata. De la misma forma hay dos maneras de llevarle a la gente las Buenas Nuevas. Usted puede machacárselas en la cabeza o puede atráelos con amor a la familia de Dios. La forma más efectiva de llevar el evangelio a los inconversos es rodeándolos con amor y aceptación mientras se les habla del evangelio. Sea gentil. Respételos, no los rechace. D. T. Niles dijo: «La evangelización es un pordiosero diciéndole a otro donde encontrar pan.»

Jesús fue humilde, y quiere que nosotros seamos humildes al hablarle a otros de él. La humildad era natural en Jesús, pero a la mayoría de nosotros no nos llega de forma natural. Debemos aprender a ser humildes.

Uno de los beneficios de ser más humilde es llevar un estilo de vida más relajado. Usted será más adaptable, más capaz de rodar con los golpes. Una razón por la que muchas personas «se queman» emocionalmente es porque no son humildes. Siempre están exigiendo sus derechos. Juzgan a los demás. Siempre tienen que probar su punto. No les interesa aprender de otros. Por lo regular, reaccionan a las situaciones con enojo o temor. Y se niegan a tratar a otros con respeto o dignidad.

¿Ahora ve lo importante que es la humildad para disfrutar una vida saludable y feliz? En unos minutos, haga un repaso de su vida. ¿En cuál relación considera más difícil ser humilde? Sea específico. Escriba las partes problemáticas y coloque la lista en su Biblia. Luego, mientras esté leyendo la Palabra y orando, hable a Dios acerca de esas relaciones y pídale que lo ayude a ser humilde con esas personas. Recuerde, usted no puede hacerlo solo, no importa cuánto poder de voluntad tenga. La humildad es un fruto del Espíritu.

11. CÓMO DESARROLLAR EL DOMINIO PROPIO

Muchos de sus problemas, y de los míos, son el resultado de la falta de dominio propio. ¿Por qué no puedo perder peso? ¿Por qué no puedo mantenerme en un empleo? ¿Por qué no puedo mantener la casa limpia? ¿Por qué no puedo hacer más cosas? ¿Por qué no puede terminar con este mal hábito? ¿Por qué no me puedo poner en forma? ¿Por qué no puedo salir de las deudas? No puedo hacer estas cosas porque necesito dominio propio. ¡Mi gran problema soy yo!

Quizás, como mucha gente hoy día, usted siente que su vida está fuera de control, y tal vez sea así. Se siente abrumado por las circunstancias y las presiones. Se siente indefenso y vulnerable. Al igual que un carro con el volante roto, usted va chirriando en las curvas sin tener control sobre el volante. Esto es una experiencia espeluznante. Proverbios 25:28 dice: «Como ciudad sin defensa y sin murallas es quien no sabe dominarse.»

El dominio propio trae consigo un buen sentido de competencia. Igual que un automóvil bien balanceado, su vida permanece en la senda solo con un ligero toque del volante. Los resultados del dominio propio son la confianza y un sentido interior de seguridad.

El dominio propio y la autodisciplina son también factores claves en cualquier éxito que espere tener en esta vida. Sin autodisciplina no le será fácil conseguir nada que tenga un valor permanente. El apóstol Pablo reconoció esto cuando escribió: «Todos los deportistas se entrenan con mucha disciplina. Ellos lo hacen para obtener un premio que se echa a perder; nosotros, en cambio, por uno que dura para siempre» (1 Corintios 9:25). Los entrenadores dicen que si no se siente dolor es porque no se está logrando el beneficio deseado. Una actuación excelente requiere autodisciplina y dominio propio. Los atletas olímpicos se entrenan durante años para tener la oportunidad de ganar un breve momento de gloria. Pero la carrera que estamos corriendo nosotros es más importante que cualquier acontecimiento atlético terrenal. Por lo tanto, el dominio propio no es una simple opción para los cristianos.

Si queremos alcanzar la verdadera libertad, necesitamos dominio propio. El filósofo griego Epicteto estaba en lo cierto cuando dijo: «Ningún hombre es verdaderamente libre hasta que se domine así mismo.» Jesús lo expresó en estas palabras: «Todo el que peca es esclavo del pecado» (Juan 8:34). Sansón puede haber sido el hombre más fuerte del mundo, pero estaba esclavizado por su lujuria y deseos pues carecía de dominio propio. La fuerza sin el domino propio le causó problemas.

La gente hará casi cualquier cosa por obtener dominio propio, o por compensar la falta de este. ¿Lo ha notado? La gente lo prueba todo: pastillas, terapia, seminarios, resoluciones, cirugía. La publicidad de un programa para bajar de peso tiene este titular: «Si nunca ha tenido éxito en la pérdida de peso permanente, quizás necesite un poco de ayuda interior.» Pensé: Magnífico. Eso es lo que sé hacer bien. La Biblia dice que seamos fuertes interiormente, el control interno. Así que seguí leyendo: «Está harto de programas para perder peso, ¿verdad? Ya ha probado casi todo, solo para aumentar de peso de nuevo. Bueno, hay algo que debe saber. Comer demasiado no es solo un mal hábito. Es una enfermedad. Y como cualquier otra, usted no la puede curar por su propia cuenta. Necesita ayuda profesional. Y la puede obtener a través del (¿está preparado para esto?) Programa de la burbuja gástrica. Así es como trabaja: Se inserta una burbuja plástica en su estómago, sin cirugía. Dos cosas suceden. Ocupa un gran espacio, provocando que usted coma menos. Y disminuye su apetito. El resultado: Usted pierde peso.» (Registro del Condado Orange, 18 de abril de 1985). Como ya dije, la gente probará casi cualquier cosa para obtener más dominio propio, o compensar la falta de este.