Cuando se perdió la facultad telepática por el abuso antes dicho, surgió Babeclass="underline"
muchas lenguas y todo el mundo sin entenderse.
No tenemos un día del Sabbath propiamente dicho: los nuestros son días santos que corresponden al ocho y quince de cada mes. En esos días se celebran especiales funciones religiosas y en ellos no se trabaja. Me han dicho que nuestras festividades anuales corresponden aproximadamente a las fiestas religiosas cristianas, pero no conozco éstas lo suficiente para opinar.
Nuestras festividades son las siguientes:
En el primer mes del año, que corresponde más o menos a febrero, celebramos, desde el día primero al tercero, el Logsar. A esto se le llamaría en el mundo occidental Año Nuevo. En esa festividad hay servicios religiosos y juegos públicos.
La mayor ceremonia tibetana de todo el año es la que se celebra del cuatro al quince del primer mes. Son los llamados «Días de la Súplica»; en tibetano, Monlam. Esta ceremonia es la más solemne y brillante del año religioso y secular. El día quince de este mismo mes celebramos el Aniversario de la Concepción de Buda. No es ocasión para fiestas populares, sino de solemne acción de gracias. Para completar el mes tenemos el día veintisiete una fiesta, religiosa en parte y en parte mítica. Es la Procesión de la Santa Daga. Con ello terminan las fiestas del primer mes.
El segundo mes (que corresponde aproximadamente a marzo) sólo tenemos la fiesta de la Caza y Expulsión del Demonio de la Mala Suerte, el día veintinueve.
El tercer mes (abril) también escasea en ceremonias públicas. Sólo hay el día quince, el Aniversario de la Revelación.
El día ocho del cuarto mes (mayo por el calendario occidental) celebramos el aniversario de la Renuncia de Buda al Mundo. Según tengo entendido, esta festividad religiosa tiene cierto parecido con la Cuaresma de los cristianos. Durante esos días tenemos que vivir aún con mayor austeridad que habitualmente. El día quince se conmemora el Aniversario de la Muerte de Buda. Lo consideramos como el aniversario de todos aquellos que han abandonado esta vida. También se le llama el «Día de Todas las Almas». Ese es el día en que quemamos el incienso para orientar a los espíritus de los que andan extraviados y con tendencia a ligarse de nuevo a la Tierra. Entiéndase que éstas son únicamente las fiestas más solemnes, porque hay muchas festividades menores y un buen número de ceremonias obligatorias, pero sin suficiente importancia para citarlas aquí.
El día cinco de junio los «lamas médicos» teníamos que asistir a ceremonias especiales en otras lamaserías. Es el Día de Gracias por los Tratamientos de los Monjes Médicos, cuerpo fundado por el propio Buda. En ese día no podíamos cometer en modo alguno ninguna mala acción, pero al día siguiente nos llamaban infaliblemente nuestros superiores para pedirnos cuenta por algo en que se figuraban que habíamos pecado.
El Aniversario del Nacimiento de Buda cae en el día cuatro del sexto mes (o sea, julio). También en esa fecha celebramos la Primera Predicación de la Ley.
El Festival de la Siega es el día ocho del octavo mes (octubre). Por ser el Tíbet un país árido, muy seco, depende nuestra agricultura de los ríos en medida mucho mayor que en otros países. En el Tíbet llueve poco, así que combinamos la Festividad de la Siega con la del Agua, ya que sin el agua de los ríos no habría cosechas.
El día veintidós del noveno mes (noviembre) es el Aniversario del Milagroso Descenso de Buda del Cielo. Al mes siguiente, el décimo, celebramos la Fiesta de las Lámparas, el día 25.
Los últimos acontecimientos religiosos del año tienen lugar del 29 del undécimo mes al 13 del duodécimo (que es el que une a enero y febrero según el calendario occidental). Entonces celebramos la Expulsión del Año Viejo y nos preparamos para entrar en el Nuevo.
Nuestro calendario es muy diferente del de Occidente. Nos atenemos a un ciclo de sesenta años y cada año se indica por doce animales y cinco elementos en diversas combinaciones. He aquí el calendario del ciclo actual, que comenzó en 1927:
1927, Año de la Liebre del Fuego; 1928, Año del Dragón de la Tierra; 1929, Año de la Serpiente de la Tierra; 1930, Año del Caballo de Hierro; 1931, Año del Cordero de Hierro; 1932, Año del Mono del Agua; 1933, Año del Pájaro del Agua; 1934, Año del Perro de la Madera; 1935, Año del Cerdo de la Madera; 1936, Año del Ratón del Fuego 1937, Año del Buey del Fuego; 1938, Año del Tigre de la Tierra; 1939, Año de la Liebre de la Tierra; 1940, Año del Dragón del Hierro; 1941, Año de la Serpiente del Hierro; 1942, Año del Caballo del Agua; 1943, Año del Cordero del Agua; 1944, Año del Mono de la Madera; 1945, Año del Pájaro de la Madera; 1946, Año del Perro del Fuego; 1947, Año del Cerdo del Fuego; 1948, Año del Ratón de la Tierra; 1949, Año del Buey de la Tierra; 1950, Año del Tigre del Hierro; 1951, Año de la Liebre del Hierro; 1952, Año del Dragón del Agua; 1953, Año de la Serpiente del Agua; 1954, Año del Caballo de la Madera; 1955, Año del Cordero de la Madera; 1956, Año del Mono del Fuego; 1957, Año del Pájaro del Fuego; 1958, Año del Perro de la Tierra; 1959, Año del Cerdo de la Tierra; 1960, Año del Ratón del Hierro; 1961, Año del Buey del Hierro; y así sucesivamente.
Una de nuestras creencias es la de que hay gran probabilidad de predecir el futuro. Para nosotros la adivinación -por unos u otros medios- constituye una ciencia exacta. Creemos en la Astrología. Para nosotros las influencias astrológicas no son más que rayos cósmicos que se colorean o se alteran según la naturaleza del cuerpo que los refleja en la Tierra. Todos estarán de acuerdo en que con una cámara fotográfica y buena luz se puede captar la imagen de algo. Si colocamos varios filtros sobre la lente de la cámara -o sobre la luz- podremos conseguir determinados efectos en la fotografía. Podremos lograr efectos ortocromáticos, pancromáticos o infrarrojos (por mencionar sólo tres de los muchos posibles). Lo mismo afectan a las personas las radiaciones cósmicas que actúan sobre su personalidad química y eléctrica.
Buda dice: «La contemplación de las estrellas, la Astrología, la predicción de acontecimientos afortunados o desgraciados por medio de signos, así como vaticinar el bien o el mal, son cosas prohibidas»; pero un Decreto posterior, que figura en uno de nuestros Libros Sagrados, dice así:
“Está permitido usar el poder que la Naturaleza ha dado a unos pocos y por el cual padece el individuo. Ningún poder psíquico podrá ser usado con intención de lucro, por ambición mundana o para demostrar que efectiva mente se tienen esos poderes.» Mi consecución del Tercer ojo había sido dolorosa y lo que hube de padecer perfeccionó el poder que ya traje a este mundo al nacer. Pero en otro capítulo hemos de hablar más de la Apertura del Tercer Ojo. En cambio, aquí mismo me extenderé un poco más sobre astrología y citaré los nombres de tres ingleses eminentes que han visto cómo se ha cumplido una profecía astrológica.
A partir del año 1027 todas las grandes decisiones se han tomado en el Tíbet con ayuda de la astrología. La invasión de mi país en 1904 estaba predicha con mucha anterioridad y con todo detalle. Traduzco del tibetano esta profecía:
«En el Año del Dragón de la Madera. La primera parte del Año protegerá al Dalai Lama después del avance de los bandidos que luchan y riñen. Hay muchos enemigos, turbulencias armadas, y la gente luchará. Al final del Año un locutor con ánimo de conciliación hará que termine la guerra.» Esto fue escrito antes del año 1850 y se refiere al año 1904, que fue el «Año del Dragón de la Madera». El coronel Younghusband mandaba las fuerzas británicas y pudo ver la predicción en Lhasa. Mr. L. A. Waddell, también del Ejército británico, había visto la predicción en 1902. Mr. Charles Bell, que después fue a Lhasa, también la vio. Algunos otros acontecimientos que fueron predichos con toda exactitud: 1910, invasión china del Tíbet; 1911, Revolución china y formación del Gobierno Nacionalista; a fines de 1911, expulsión del Tíbet de los chinos; 1914, guerra entre Inglaterra y Alemania; 1933, en que abandonó esta vida el Dalai Lama; 1935, regreso del Dalai Lama en una nueva encarnación; 1950, «las fuerzas del mal invaden el Tíbet». O sea, los comunistas invadieron el Tíbet en octubre de 1950. Míster Bell, que después fue sir Charles Bell, vio todas estas predicciones en Lhasa. Y en lo que se refiere a mi persona, todo lo que me predijeron se ha convertido en realidad, sobre todo las penalidades.