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Mientras echaba un vistazo a los últimos números de varias revistas cinematográficas, me ha llamado la atención un reportaje fotográfico publicado por una de ellas. Era un reportaje dedicado a un día de la vida de una joven actriz en ascenso, una muchacha pecosa, un hermoso símbolo sexual de veintidós años llamado Joan Dever.

No podía quitarle los ojos de encima. Es extraña, exquisita, volátil y obsesionante. En uno de los pies de fotografía se afirmaba que la señorita Dever será la heredera de Sharon Fields en el trono de Diosa de la Sexualidad Universal.

Debo confesar que estoy de acuerdo. Me fascina enormemente esta Joan Dever.

He decidido recortar este reportaje fotográfico. Y me dedicaré a coleccionar otras fotografías y reportajes. Creo que merece la pena no perderla de vista.

Claro, que no dispongo de mucho sitio en el archivador. De todos modos, creo que tengo demasiadas cosas de Sharon Fields.

Puedo librarme de buena parte de ellas en cuyo caso me quedaría sitio suficiente para Joan Dever.

En este momento en que escribo, se me acaba de ocurrir una idea pensando en Joan. La idea es ¿Merecerá la pena que resucite para ella el "Fan Club"? Me siento una vez más rebosante de emoción y determinación.

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