– Claro. ¡Ponerse del lado de un negro frente a dos…! Mierda, está bien, teniente, Lester era su soplón. ¿Qué quiere? ¿Hablar con Dudley? Ha salido.
– ¿Está Breuning?
– Se ha marchado con Dud. ¿De qué se trata?
– De un antiguo 459 juvenil que llevó Breuning. Noviembre del 51. Dígale a Mike que me llame, ¿de acuerdo?
– ¿Mike? Desde luego, Dave.
Corte/tono de marcar.
Cavilando.
Mi mejor jugada ahora: seguir a LOS TIPOS.
Mi peor jugada: que me descubran.
Mi mejor pesadilla: LOS TIPOS se acercan A MÍ. La escena de la película, explicada: amenazas, ofertas. Al menos, sabría POR QUÉ.
Al barrio negro, a falta de algo mejor. Adelante, que suceda algo.
Ahora, lugares familiares, sincronizados con la música de mi cabeza. Caras familiares devolviéndome la mirada: negras, hoscas. Rodando a poca velocidad, voces por la radio policial.
Comunicaciones del condado. Nada sobre cadáver sin identificar/Johnny Duhamel. Nada de Miciak, nada de Bido Lito's. Alivio incompleto.
Hurgué en la guantera: ningún caramelo, sólo droga escondida y olvidada. Siseo, crepitación de la estática: una pelea de bandas en Jordan High.
Al norte. Una ronda por delante de la casa de LOS TIPOS: numerosa vigilancia federal. Ruido de saxo. Will Shipstan con tapones en los oídos.
Zumbido en la radio: mi banda sonora para Johnny suplicando. Más al norte, llevado de un instinto: Chavez Ravine.
Lleno de federales. No salgo del coche. Observo el panorama:
Ordenes de desahucio clavadas con tachuelas puerta por puerta. Resistencia: un piquete de basura comunista y pachucos. Máquinas removedoras de tierras, camiones volquetes. Antidisturbios del LAPD a la expectativa.
Más:
La calle principal, acordonada: Reuben Ruiz bailando una samba. Admiradores apretujándose, mujeres con los ojos llorosos. Guardaespaldas federales, hastiados.
Llamada por la radio:
«Código 3 todas las unidades en las cercanías de South ARDEN 249 repito South ARDEN 249 homicidio múltiple South ARDEN 249 unidades de Detectives trasmitan su posición South ARDEN 249 unidades de Homicidios a la escucha en esa zona trasmitan su posición.»
33
Acudiendo al Código 3.
South Arden/Joseph Arden/nombre de calle/nombre de cliente.
Una dirección por Hancock Park. Zona rica. Una casa bien, tal vez.
«Solicito unidad de recogida de animales muertos en South Arden 249. Urgente. Notificadas todas las unidades de servicio.»
Abrí el micrófono:
– Urgente, 4-ADAM-31 a Central. Cambio.
«Adelante, 4-A-31.»
– Urgente. Repito, urgente. Teniente D.D. Klein buscando al jefe Exley. Cambio.
«Adelante, 4-A-31.»
Improviso una clave:
– Urgente. Avise al jefe Exley que los homicidios de South Arden 249 están relacionados probablemente con el caso principal. Solicito permiso para actuar bajo la autonomía de Asuntos Internos. Localice con urgencia al jefe Exley. Cambio.
«Entendido, 4-A-31. Denos su posición.»
– Tercera y Mariposa, hacia el oeste. Cambio.
Silencio de radio. Acelerando…
«Atención, 4-A-31. Responda, por favor.»
– Entendido, aquí 4-A-31.
«4-A-31, asuma el mando en South Arden 249, autonomía de Asuntos Internos. Cambio.»
– Entendido. 4-A-31, cambio y fuera.
Tercera, rumbo oeste. Dolor de oídos de la sirena. Arden Boulevard, giro a la derecha.
Muy cerca:
Un gran caserón Tudor, muy concurrido: coches patrulla, vehículos del depósito de cadáveres.
Corrillos de civiles en la acera, nerviosos.
Furgonetas de helados, niños…
Aparqué junto al bordillo. En el porche, dos oficiales con aspecto de estar mareados. Apreté el paso hacia ellos. Un teniente y un capitán. Verdes. Detrás de ellos, un seto rezumando vómitos.
– Ed Exley quiere silenciar este asunto: nada de prensa, nada de Homicidios de la central. Estoy a cargo de todo esto y Asuntos Internos se encarga de la recogida de indicios.
Asentimientos entre náuseas. Nadie preguntó: «¿Y usted quién es?»
– ¿Quién lo descubrió?
El capitán:
– El cartero nos llamó. Tenía un paquete de entrega especial y quería dejarlo en la puerta de servicio. Los perros no ladraron como era habitual y el hombre vio sangre en la ventana.
– ¿Los ha identificado?
– Sí. Un padre y sus dos hijas. Phillip Herrick, Laura y Christine. La madre murió; según el cartero, se suicidó hace unos meses. Tápese la nariz cuando…
Dentro. Lo huelo: sangre. Flashes de fotógrafos, trajes grises. Me abrí paso entre ellos.
El suelo del vestíbulo: dos pastores alemanes muertos, destripados, rezumando espuma por la boca. Cerca, unas herramientas: pala/tijeras de jardinero/horquilla, ensangrentadas.
Pedazos de carne/babas/regueros de vómitos.
Acuchillados, cortados y pinchados: entrañas amontonadas empapando una alfombrilla.
Me agaché y abrí a la fuerza las mandíbulas de los animales. Los presentes me miraron con asombro.
Trapos en la boca. Empapados en clorestelfactiznida.
Déjà vu: el 459 de Kafesjian.
Caminar/mirar/pensar; los policías de paisano me abrieron paso.
El pasillo delantero: discos rotos/cubiertas rasgadas. Discos de jazz navideños; confirmación de las cartas mamá-mirón.
El comedor:
Botellas de licor y retratos hechos pedazos; otra semejanza con el caso K. Fotos de familia: un padre y sus dos hijas.
Mamá al mirón: «Tus hermanas.»
Menciones a suicidio/confirmación de suicidio.
Estampida de policías de paisano. Voy tras ellos. El cuarto de herramientas.
Tres muertos en el suelo: un varón, dos hembras.
Detalles:
Disparos a los ojos, mejillas negras de la pólvora, agujeros de salida sanguinolentos.
Cojines destrozados sobre una silla: silenciadores de los disparos.
Cizallas, sierra de cadena, hacha: ensangrentadas, apoyadas en un rincón.
La alfombra, empapada y espumosa.
El hombre, con los pantalones bajados.
Castrado. Su pene, en un cenicero.
Las mujeres:
Acuchilladas/serradas/cortadas a cizalla. Con las extremidades colgando del cuerpo por jirones de piel.
Paredes embadurnadas de sangre, ventanas rociadas. Chiquillos asomándose.
Sangre de color rojo arterial en el suelo, el techo, las paredes. Agentes de paisano rezumando neurosis de guerra.
Una foto enmarcada, salpicada: papá de buen ver, hijas crecidas.
La familia del mirón.
«¡Jodeeer!»/«¡Dios mío!»/«¡Virgen Santísima!»
Di un rodeo evitando la sangre e inspeccioné los accesos. El pasillo de atrás, la puerta trasera, los peldaños: marcas de palanca, pedazos de carne, más babas.
Una zapatilla de tacón alto junto a la puerta.
Reconstrucción:
El tipo apalanca la puerta, entra con sigilo, arroja la carne y espera fuera.
Los perros huelen la carne, la comen, vomitan.
El tipo entra.
Dispara contra Herrick.
Encuentra las herramientas, mata los perros.
Las chicas llegan a casa, ven la puerta, entran corriendo.
Una pierde un zapato -herramientas esparcidas- y el tipo las oye.
LOOOCO: disparos/mutilaciones; las ventanas emplomadas amortiguan el ruido.
Homicidio/destrucción simbólica; probablemente, no robó nada.
Una suposición repentina: las chicas aparecieron inesperadamente.
Salí afuera: árboles, arbustos… Buenos escondites. Ningún reguero de sangre (probablemente, había cogido ropa limpia).
Agentes de uniforme y un cartero fumando un pitillo. Me acerqué a interrogarlos:
– ¿Los Derrick tenían algún hijo?
El cartero asintió.
– Richard. Se fugó de Chino hacia septiembre del año pasado. Estaba condenado por asuntos de drogas.
Mamá: «corresponsales en la misma ciudad»; Richie fugitivo lo explicaba. «Te impulsó a cometer una imprudencia»; Richie había escapado de Chino, cárcel de mínima seguridad.