Ella no podía responder, porque él le estaba tomando el aliento directamente de sus pulmones, trayendo su cuerpo a la vida con sólo su boca, dientes y lengua. Él podía crear un torbellino que la barría lejos de su vida a otra llena de amor, pasión y familia. Todo con un beso. Ken, con sus cicatrices y demonios ocultos, con su vulnerabilidad e intenso calor, era una mezcla emocionante de suavidad y rudeza. ¿Cómo podía pensar que alguna vez querría a otro hombre?
Sus brazos se deslizaron alrededor de su cuello y presionó el cuerpo contra el suyo, queriendo compartir su piel, para aliviar la violenta tensión que siempre estaba bajo la calmada superficie. La hacía sentir como si fuera la única mujer en el mundo, la única que alguna vez había visto o querido o necesitado. Ella le devolvía los besos, dejando que la boca de él la guiara.
Ella había mantenido muchos encuentros sexuales, pero ninguno de ellos bueno hasta que Ken había entrado en su vida, y no tenía ni idea de cómo besar o amar a alguien. Sabía la mecánica mejor que la mayoría, pero no cómo amar a un hombre, y quería amar a este hombre con todo su ser. Era la única cosa que tenía para darle, antes de que dijera adiós.
– ¿Qué está mal? -Las manos de Ken enmarcaron su cara-. Cuéntame.
Ella no podía encontrar su preocupada mirada. Había estado volviéndola salvaje con besos, y ella estaba pensando que quería que fuera el mejor momento de su vida, y ahora, para ella sería el peor, sabiendo que no podía quedarse.
Se inclinó para besarla otra vez, esta vez suavemente, ligero como una pluma, un mero roce de sus labios contra los suyos. El pequeño roce de su cicatriz mezclado con la suavidad de su boca envió alas que revoloteaban en el fondo de su estómago. Él no había tenido la intención de provocar una respuesta sexual, podía asegurarlo, pero cualesquiera que fueran sus intenciones había enviado una oleada de calor por todo su cuerpo.
– Mari. -Le dio una pequeña sacudida-. Tenemos que hacer esto juntos. No quiero que te ocultes de mí.
– Es imposible cuando pareces saber lo que estoy pensando todo el tiempo.
– Necesitas hablar conmigo.
Mari se soltó de su abrazo y fue a la ventana.
– ¿Cómo se supone que te cuente que me siento completamente inadecuada para esto? Especialmente cuando me estás besando hasta dejarme sin sentido.
Para su consternación, él se echó a reír mientras la seguía, situándose detrás de ella y envolviéndola en sus brazos, atrayendo su espalda contra él. Sus manos se cerraron sobre sus costillas, las palmas acariciando la parte inferior de sus pechos. Ella fue inmediatamente consciente de su erección, gruesa y dura presionando apretadamente contra sus nalgas.
– Entonces ambos nos sentimos inadecuados. No tengo ninguna pista de que estoy haciendo, aparte de que estoy intentando seducirte lo mejor que puedo porque quiero que te quedes conmigo. No conozco otra manera. Quería ser bueno en una relación pero mira como vivo. -Gesticuló hacia la ventana-. Soy un solitario. Siempre lo he sido. Quizás mi vida fue formada de esa manera por necesidad. Reacciono violentamente cuando las cosas van mal, y siempre ha sido mejor controlar mi ambiente. En realidad, no soy bueno con las relaciones. -Le besó un lado del cuello, demorando la boca allí-. Pero es agradable saber que puedo besarte hasta hacerte perder el sentido.
– Eso no es verdad del todo, Ken -protestó-. Eres realmente bueno en esto.
– Soy bueno en el sexo, Mari, o solía serlo, pero nunca he tenido relaciones sexuales cuando realmente importaba. No como estas. Nunca he conocido a un hombre que pudiera sentirse de esta manera con una mujer. No puedo imaginarme tocando a alguien más, o queriendo que ellas me toquen. Pero no soy mejor que tú en las relaciones. Encontraremos la manera juntos, incluso si nos tenemos que buscar a tientas en la oscuridad durante un rato.
– ¿Cómo puedo haber estado allí tanto tiempo? Debe haber habido maneras de averiguar si Briony estaba a salvo.
– Whitney la controlaba igual que te controlaba a ti. Sólo le dio la ilusión de libertad. Al final, cuando sus padres dejaron de cooperar con sus planes para ella, envió a una pareja de súper-soldados para matarlos. En cualquier momento durante su niñez podía haberla recuperado, y probablemente lo hubiera hecho si te las hubieras arreglado para escapar. La mantuviste a salvo.
Ella apoyó la cabeza en su pecho.
– Al final hice lo correcto.
– No te quedes por ella, Mari. Quédate por mí.
Su tono fue totalmente sin expresión, pero las palabras transmitían dolor. Había tantos matices y ella sabía que la mayoría de la gente nunca entendería a Ken. Presentaba una imagen al mundo y trataba con sus monstruos solo. Ella sabía lo que eso era y no quería que estuviera solo más de lo que ella quería estar sola.
– No voy a mentir y decir que no quiero verla desesperadamente. Ella me ha mantenido todos estos años. Todo lo que he querido. Soñé que ella lo tenía. Quiero conseguir conocerla y mirarla a los ojos y saber, no sólo esperar, que es feliz, pero he venido aquí por ti. -Lo había hecho. Eso era verdad, pero el pensamiento de quedarse la aterrorizaba. Tenía habilidades, pero ninguna de ellas era necesaria aquí.
Ken quería creerle, y quería creer que se quedaría por él también, pero estaba empezando a conocerla y podía decirle que estaba rota. No podía culparla. Él nunca sería capaz de apartarse de la manera en que Jack lo hizo. Estaría delante de ella, y si ella quería a su lado.
Ella quería completa libertad, y nunca sería capaz de dársela.
En ese momento ella giró la cabeza para mirarle.
– Tienes sombras en tus ojos, Ken. ¿No es extraño cómo Whitney piensa que nos controla con feromonas, pero ninguno de nosotros se sentiría tan vulnerable si fuera sólo eso? De algún modo nuestras emociones están implicadas, como si realmente fuera el destino o algún poder más alto y estuviéramos hechos el uno para el otro. No importa lo que haga con sus experimentos, no puede tener en cuenta eso.
Él deslizó una mano por su cabello.
– No, no puede. Es un hombre triste, solitario. Está dirigido por su locura, y su inhabilidad para averiguar por qué los humanos reaccionan del modo en que lo hacen. Quiere robots capaces de tomar decisiones, pero las decisiones que él cree mejores. No importa que inserte ADN animal y capacidades genéticas, nunca encontrará la perfección que busca.
– Él piensa que es perfecto.
– Quiere creer eso -corrigió Ken-, pero sabe que no es verdad. La única cosa decente que ha hecho alguna vez en su vida es alejarse de Lily. Espero que continúe haciéndolo, pero le ha roto el corazón.
– La monitoreaba todo el tiempo. Lo hace con todo el mundo. Tiene un archivo sobre ti, sobre mi, tu hermano y Briony.
– La única cosa que le gusta a Whitney de nosotros -dijo Ken-, es que te quiere para tener a mi bebé y quiere a Briony para tener el de Jack. Después de que los niños nazcan, estarán en alto riesgo, pero hasta entonces, debemos dejarle solo para ver que pasa.
Ella giró y empezó a levantarle la camisa para poder enterrarse más cerca de su piel.
– No sabría más acerca de cuidar a un bebé que a un marido.
– Afortunadamente, ambos somos estudiantes rápidos.
– Habla por ti.
– No lo sé, cariño, lograste entender como hacer el amor muy rápido.
Mari lo quería otra vez, con cada terminación nerviosa de repente viva y chillando por su cuerpo, pero lo empujó para verle, realmente mirarle. Ken Norton podía romperle el corazón. Ken se las había arreglado de algún modo para arrastrarse en su corazón, peor, para encontrar un camino hasta su alma. Si su reacción a él fuera sólo física, estaría todo bien, pero él la amenazaba a un nivel emocional que la asustaba.
Ken gruñó suavemente.
– No puedo dejarte pensar durante mucho tiempo o perderás el juicio.