““Memorándum de crisis““
A la atención de la supervisora general de Zona PPK
Ante las gravísimas irregularidades que vengo observando en los archivos en los últimos días, y dado que mis anteriores y repetidas denuncias no han obtenido ninguna respuesta por parte de mis inmediatos superiores, he decidido recurrir al protocolo de emergencia CC/1 de la Ley General de Archivos y presentar un memorándum de crisis al responsable de zona.
– Vengo registrando en la última semana numerosas y crecientes alteraciones erróneas en los textos de diversos archivos (véanse documentos adjuntos). Las alteraciones carecen de IDE (identificación electrónica; es decir, no se sabe quién las hizo, algo ya en sí mismo muy irregular), son totalmente falsas y todas constituyen una burda difamación de los tecnohumanos.
Dichas alteraciones están aumentando rápidamente tanto en volumen como en la brutalidad del tono y de la mentira. El presente artículo es un buen ejemplo de lo que digo. En realidad, y contra lo que sostiene la mano anónima, en las Guerras Robóticas, como en todas las guerras, murieron sobre todo tecnohumanos de combate, pues para eso se les ha fabricado, desgraciadamente. Ningún tecno se negó a luchar, al menos que se sepa; y desde luego las minas de coltán no pertenecen a ningún androide, sino a la familia Ngé y a un consorcio armamentístico muy humano que produce robots bélicos. Por añadidura, ese supuesto y eminente profesor Lumbre Ras no existe; por más que se wikee su nombre o los anales de los premios Nobel, no se obtiene ningún resultado. Así de grosera es la falsificación de los artículos.
Dado lo expuesto, resulta razonable sospechar que las alteraciones siguen un plan y tienen una finalidad concreta. Cuál es esa finalidad y hasta qué punto se puede tratar de una conspiración, dado el crítico momento de violencia interespecies que estamos viviendo en la Región (y no sólo en la Región: al parecer está habiendo disturbios similares en Kiev, en Nuevo Nápoles, en Ciudad del Cabo…), es algo que no me atañe analizar a mí, pero que sin duda debería ser investigado por quien corresponda con la mayor urgencia. Estoy tan seguro de la extrema gravedad de la situación que, ante el temor de una posible tardanza en reaccionar, voy a hacer algo que jamás he hecho en los cuarenta años que llevo de archivero: voy a retener el artículo en mi casillero, en vez de devolverlo a edición, y además voy a enviarme una copia del mismo, y de este memorándum, a mi ordenador personal.