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– ¿Quién era el padre?

– No lo anotó en el certificado de nacimiento. Es evidente que él no quiso reconocer a la niña. -Oprimió el botón para volver a poner en movimiento la cinta. -Ahora viene una imagen de la niña. La CNN hizo mucha alharaca con la historia.

Bonnie Duncan. La chiquilla tenía puesta una remera de Bugs Bunny, jeans y zapatillas de tenis. Su pelo rojizo era una mata de rizos y tenía pecas en la nariz. Sonreía a la cámara y su rostro estaba iluminado de alegría y picardía.

Logan se sintió asqueado. ¿Qué clase de mundo era éste en el que un monstruo podía matar a una criatura como ésa?

– Adelanta la cinta.

Novak oprimió el botón y la escena volvió a la prisión.

– ¿Qué edad tenía Eve Duncan cuando asesinaron a la pequeña?

– Veintitrés. Y su hijita, siete. A Fraser lo ejecutaron dos años más tarde.

– ¿Y la mujer se volvió loca y se obsesionó con los esqueletos?

– ¡Caray, no! -exclamó Novak con aspereza-. ¿Por qué eres tan duro con ella?

Logan se volvió a mirarlo.

– ¿Y tú por qué la defiendes tanto?

– Porque no es… Porque tiene agallas, carajo.

– ¿La admiras?

– De la cabeza a los pies -admitió Novak-. Podría haber entregado la criatura en adopción o haberse hecho un aborto. Pero no, tuvo a su hija. Podría haber vivido de la asistencia social, igual que su madre y repetido la historia. Pero no, puso a la niña en una guardería de beneficencia mientras trabajaba y tomaba cursos por correspondencia durante la noche. Casi había terminado su educación superior cuando Bonnie desapareció. -Miró a Eve Duncan en la pantalla. -Eso debería haberla matado o enviado de vuelta al pozo. Pero no. Retomó los estudios y se abrió camino en la vida. Tiene un título en Bellas Artes de la Universidad del Estado de Georgia y está matriculada como especialista en progresión cronológica por computación en el Centro Nacional de Niños Desaparecidos y Maltratados de Arlington, en el estado de Virginia. También se matriculó en reconstrucción facial en arcilla después de haberse capacitado con dos de los artistas de reconstrucción más prestigiosos del país.

– Una mujer fuerte -murmuró Logan.

– E inteligente. Hace esculturas forenses y progresión cronológica además de superposición por vídeo y por computadora. No hay muchos en su profesión que sean expertos en tantas áreas. Habrás visto en esa nota de 60 minutos cómo reconstruyó la cara de ese chico que encontraron en los pantanos de Florida.

Logan asintió.

– Fue increíble. -Su mirada volvió a posarse en el vídeo. Eve Duncan, alta y delgada, estaba enfundada en jeans y un impermeable. Se la veía increíblemente frágil. El pelo largo hasta los hombros de color castaño rojizo estaba empapado y enmarcaba un rostro pálido y ovalado en el cual se podía ver sufrimiento y desesperación. Los ojos oscuros detrás de los lentes con marco de metal reflejaban la misma soledad y angustia. Logan apartó la mirada de la pantalla.

– ¿No hay otra persona tan buena como ella?

Novak sacudió la cabeza.

– Me pediste la mejor. Y la mejor es ella. Pero puede que no te sea fácil conseguirla. Está muy ocupada y prefiere trabajar en casos de niños perdidos. Supongo que lo tuyo no tiene nada que ver con un niño.

Logan no respondió.

– Por lo general, el dinero es muy persuasivo.

– Pero tal vez no signifique demasiado para ella. Podría estar ganando mucho más si aceptara un puesto en una universidad en lugar de trabajar en forma independiente. Vive en una casa alquilada en Morningside, una zona cercana al centro de Atlanta y tiene un laboratorio en un garaje reformado, detrás de la casa.

– Quizá ninguna universidad le hizo una oferta que no pudiera rechazar.

– Es posible. No están en tu nivel. -Novak arqueó las cejas. -¿No quieres contarme para qué la necesitas, no es cierto?

– No. -Novak era reconocido por su integridad y además, sin duda, era una persona de confianza, pero no había forma de que Logan pudiera arriesgarse a confiar en él. -¿Estás seguro de que es la única?

– Es la mejor. Ya te dije que… ¿Pero, qué es lo que te preocupa?

– Nada. -No era cierto. Todo este maldito asunto de tener que elegir a Eve Duncan lo preocupaba. Ella ya era una víctima, no había por qué hacerla correr peligro otra vez.

¿Por qué vacilaba? Tenía que terminar con este asunto, sin importar quién pudiera salir lastimado. La decisión estaba tomada.

Diablos, la mujer había decidido por él al convertirse en la mejor en su profesión. Y él solamente podía conformarse con la mejor.

Aunque eso la llevara a la muerte.

Ken Novak arrojó el maletín sobre el asiento del pasajero de su coche convertible y encendió el motor. Esperó a salir de los portones de la propiedad antes de tomar el teléfono celular y llamar al número privado del Departamento del Tesoro.

Mientras aguardaba que lo comunicaran con Timwick, su mirada se posó en el Pacífico. Algún día tendría una casa como la de Logan en el Camino de las Diecisiete Millas. Su casa de Carmel era elegante y moderna, pero en nada parecida a estas mansiones. Los dueños eran la élite, los reyes de los negocios y las finanzas, los peces gordos. Y ese futuro no estaba muy lejos de sus manos. Logan había empezado con una pequeña empresa y, a fuerza de trabajar duro y seguir avanzando contra viento y marea, la había convertido en un gigante. Ahora lo tenía todo. Hacía tres años que Novak trabajaba para Logan y lo admiraba muchísimo. En ocasiones, hasta le caía bien. Logan podía ser encantador cuando quería…

– ¿Novak? -Timwick estaba en la línea.

– Acabo de volver de la casa de Logan. Creo que se decidió por Eve Duncan.

– ¿Crees? ¿No estás seguro?

– Le pregunté si quería que me pusiera en contacto con ella y me dijo que él se encargaría de todo. A menos que cambie de idea, el tema está cerrado.

– ¿Pero no te quiso decir para qué la necesita?

– No, no hubo forma de que dijera algo.

– ¿Ni aunque se trate de un asunto personal?

Novak sintió el aguijoneo de la curiosidad.

– Tiene que ser personal, ¿no crees?

– No sabemos. Según tus informes, entre los temas que él quería que se investigasen hay de todo un poco. Algunos pueden ser señuelos para despistarte.

– Puede ser. Pero a ti te parecieron suficientemente importantes como para pagarme una enorme suma a fin de que averiguara más.

– Y todavía se te pagará con más generosidad si nos das algo que podamos usar contra él. Ha recaudado demasiado dinero para el Partido Republicano en los últimos seis meses y solamente faltan cinco meses para las elecciones.

– Al menos tienes un presidente demócrata. Los índices de popularidad de Ben Chadbourne volvieron a subir este mes. ¿Crees que Logan quiere asegurarse de que los republicanos vuelvan a estar al mando del Congreso? Es posible que lo logren, de todos modos.

– O no. La próxima vez podríamos tener todo para nosotros. Necesitamos frenar en seco a Logan.

– Por eso lo quieres atrapar en algo relacionado con impuestos, echándole encima el IRS. Esa es siempre una buena forma de desacreditar a alguien.

– Pero está limpio.

Novak lo había sospechado desde un principio. Logan era demasiado listo como para dejarse atrapar con tanta facilidad. -¿Entonces vas a tener que confiar en mí, no? -No necesariamente. Tenemos otras fuentes. -Pero ninguna tan cercana a él como yo. -Te dije que se te pagaría bien.

– Estuve pensando en el dinero. Creo que prefiero cambiarlo por favores. He estado considerando la posibilidad de presentarme para vicegobernador.

– Sabes que nosotros estamos a favor de Danford.