Выбрать главу

Volvió a contemplar su rostro, los duros ángulos y líneas que no habían cambiado, que no se habían suavizado lo más mínimo, que en ese momento, allí con ella, estaban totalmente desprovistos de su encantadora máscara social. Seguía hablándole, explicándole toda la preparación del almuerzo nupcial. Se le nubló la vista, logró liberar el dedo de su mano y lo apoyó en sus labios.

Tristan dejó de hablar y la miró a los ojos.

Leonora le sonrió con el corazón henchido.

– Te quiero. Así que sí, me casaré contigo mañana.

Él la miró a los ojos y luego la abrazó.

– Gracias a Dios.

Ella se rió, se dejó caer sobre él y apoyó la cabeza en su hombro. Sintió que sus brazos la rodeaban y que la estrechaba con fuerza.

– En realidad, todo esto es un complot para evitar tener que asistir a más bailes y fi estas, ¿verdad?

– Y a veladas musicales. No olvides las veladas musicales. -Tristan bajó la cabeza y la besó en la frente. La miró a los ojos y le dijo en voz baja:

– Prefiero pasar mis veladas aquí contigo. Cuidando de mi futuro.

Sus ojos, aquellos ojos de aquel intenso azul índigo brillante, se clavaron en los suyos durante un largo momento, luego sonrió, se movió y acercó los labios a los de él.

Tristan tomó lo que le ofrecía y se lo entregó todo a cambio.

«Lujuria y una mujer virtuosa.»

El destino había elegido a su dama por él y había hecho un trabajo condenadamente bueno.

Stephanie Laurens

Stephanie Laurens nació en Ceylan (actualmente Sri Lanka). Cuando tenía cinco años, su familia se trasladó a Melbourne, Australia. Allí Stephanie cursó sus estudios. Se graduó de Doctora en Bioquímica.

Junto con su marido recorrió distintos lugares: India, Pakistán, Afganistán, Irán y Turquía. Luego viajó a Europa hasta llegar a Londres. En Londres, ella y su esposo se dedicaron a la investigación científica. Vivieron en Inglaterra durante cuatro años y luego regresaron a Australia donde continuaron con dicha actividad, especializándose en el estudio del cáncer.

Desde que tenía trece años, Stephanie Laurens leía literatura romántica. En Inglaterra tuvo la oportunidad de conseguir novelas ambientadas en la Regencia, difíciles de encontrar en Estados Unidos y Australia.

Luego de su regreso a Australia, quiso adquirir un nuevo libro de romance de Regencia, pero no halló ninguno. Por tal motivo, decidió ella misma escribir uno. Durante las noches y los fines de semana iba redactándolo como una forma de entretenimiento. Ese manuscrito se transformó en "Tangled Reins", su primera novela romántica, que fue publicada por la editorial Mills & Boon. Se retiró de la vida científica para dedicarse a escribir novelas románticas con gran éxito.

***