Выбрать главу

Cómodamente arrellanada en su asiento, con ambas manos en torno a una taza de café caliente, Brooke dejó escapar un suspiro de felicidad. Si hubiese podido escribir el guión del día de fin de año perfecto, lo habría imaginado exactamente como aquellas últimas veinticuatro horas. Julian le estaba leyendo en voz alta un artículo del periódico sobre un hombre que había pasado veintiocho años en la cárcel, antes de ser absuelto por una prueba de ADN, cuando sonó el teléfono de Brooke.

Julian levantó la vista.

– Es Nola -dijo ella, mirando la pantalla.

– ¿No vas a contestar?

– ¿No te importa? Supongo que querrá contarme con todo lujo de detalles cómo pasó la noche.

Julian negó con la cabeza.

– Habla tranquila. Yo me quedaré aquí leyendo. No me importa, de verdad.

– Hola, Nol -dijo Brooke, en voz tan baja como pudo. No soportaba a la gente que hablaba a gritos por el móvil.

– ¿Brooke? ¿Dónde estás?

– ¿Cómo que dónde estoy? Estamos en los Hamptons, como ya sabes. De hecho, con la nevada que está cayendo, creo que tendremos que quedarnos hasta…

– ¿Has visto ya la edición digital de Last Night? -la interrumpió Nola.

– ¿Last Night? No, el wifi de la casa no funciona. Estoy leyendo el Times.

– Mira, te lo voy a contar, pero sólo porque no quiero que te enteres por otra persona. Last Night ha publicado un artículo horrendo esta mañana, donde especula sobre las posibles razones que llevaron a Julian a cancelar su actuación de anoche en Nueva York.

– ¡¿Qué?! -exclamó Brooke.

Julian la miró y levantó las cejas, con expresión interrogativa.

– Todas son ridículas, claro. Pero recordé que habías dicho que Leo se había ido de viaje a algún lugar de Sudamérica y pensé que quizá os gustaría estar al corriente, si es que no lo estáis ya.

Brooke hizo una inspiración profunda.

– Muy bien. Genial. ¿Puedes contarme más o menos lo que dice el artículo?

– Míralo con el teléfono de Julian, ¿de acuerdo? Siento muchísimo haberos arruinado la mañana, pero una de las cosas que dice es que probablemente estáis «escondidos» en los Hamptons, por lo que quizá recibáis alguna visita. Quería avisarte.

– Oh, no -gimió Brooke.

– Lo siento mucho. Dime si puedo ayudarte en algo, ¿de acuerdo?

Se despidieron y, sólo después de colgar, Brooke se dio cuenta de que ni siquiera le había preguntado a Nola cómo había pasado la noche.

Antes incluso de terminar de contárselo a Julian, él mismo empezó a buscar la web de Last Night en su móvil.

– Aquí está el artículo.

– Léelo en voz alta.

Los ojos de Julian recorrieron las líneas.

– ¡Vaya! -murmuró, mientras pasaba el dedo índice por la pantalla-. ¿De dónde sacan todo esto?

– ¡Julian! ¡Empieza a leer o pásamelo!

Una chica de aspecto tímido que no podía tener más de dieciséis años se acercó a su mesa, con dos platos. Miró a Julian, pero Brooke no estuvo completamente segura de que lo hubiera reconocido.

– ¿Tortilla vegetariana de clara de huevo con trigo? -preguntó, casi en un suspiro.

– Para mí, gracias -dijo Brooke, levantando la mano.

– Entonces supongo que el desayuno especial es para usted -le dijo a Julian, con una sonrisa tan grande que ya no hubo ninguna duda-. Torrijas con azúcar espolvoreado, dos huevos fritos y panceta muy hecha. ¿Quieren algo más?

– Así está bien, gracias -dijo Julian, hundiendo inmediatamente el tenedor en la esponjosa torrija.

Brooke, por su parte, había perdido el apetito por completo.

Julian se lo comió todo, se bebió el café y volvió a coger el teléfono.

– ¿Estás lista?

Brooke asintió.

– Muy bien. El titular es: «¿Dónde está Julian Alter?», y al lado hay una foto mía, tomada quién sabe dónde, donde aparezco sudoroso y con mala cara.

Se la enseñó en la pantalla. Brooke se puso a masticar su tostada seca, pensando que habría sido mejor pedir pan de centeno.

– Ya sé de dónde es la foto. La tomaron treinta segundos después de que bajaras del escenario, cuando actuaste en la fiesta de Kristen Stewart, en Miami. Hacía treinta y cinco grados y llevabas casi una hora cantando.

Julian empezó a leer.

– «Aunque nuestras fuentes nos aseguran que tras cancelar su actuación de anoche en la gala de Año Nuevo de la MTV el famoso cantante está escondido en casa de sus padres en East Hampton, nadie parece estar de acuerdo en los motivos que lo impulsaron a tomar esa decisión. Muchos sospechan que no todo es de color de rosa para el sexy cantante, catapultado a la fama por su primer álbum, Por lo perdido. Alguien que conoce a fondo el mundillo de la música afirma que está atravesando "la época de las tentaciones", cuando muchas estrellas de rock emergentes ceden al atractivo de las drogas. No nos han llegado noticias específicas de consumo abusivo de drogas. Sin embargo, nuestra fuente declara: "Cuando un nuevo artista se sale de la pantalla del radar, las clínicas de rehabilitación son el primer lugar donde miro."»

Julian levantó la vista, con la boca abierta y el teléfono colgando en una mano.

– ¿Insinúan que estoy en rehabilitación? -preguntó.

– Creo que no lo afirman tajantemente -dijo Brooke, cuidando las palabras-. De hecho, no estoy muy segura de lo que afirman. Sigue leyendo.

– ¿«Alguien que conoce a fondo el mundillo de la música»? ¿Qué es esto? ¿Una broma?

– Sigue leyendo.

Brooke se llevó a la boca un trozo de tortilla, intentando parecer despreocupada.

– «Otros dicen que Julian y su amor de toda la vida, Brooke, su esposa nutricionista, están sufriendo en carne propia las tensiones de la fama. "No creo que a ninguna pareja pueda irle bien en una situación semejante", dijo Ira Melnick, el famoso psiquiatra de Beverly Hills, que no conoce personalmente a los Alter, pero tiene amplia experiencia con parejas formadas por un famoso y un no famoso. "Espero que cuenten con asesoramiento profesional en esta etapa", prosiguió el doctor Melnick, "porque así al menos tendrán una mínima oportunidad."»

– ¡¿Una «mínima oportunidad»?! -chilló Brooke-. ¿Quién demonios es el doctor Melnick y por qué opina acerca de nuestra relación sin conocernos de nada?

Julian meneó la cabeza.

– ¿Y quién ha dicho que estamos sufriendo «las tensiones de la fama»? -preguntó.

– No lo sé. Quizá se refieran a todo el alboroto de Today y el embarazo. Sigue leyendo.

– ¡Vaya! -exclamó Julian, adelantándose en la lectura-. Ya sabía que estos periodicuchos de cotilleos no cuentan más que mentiras, pero esto ya pasa de la raya. Escucha esto: «Aunque la rehabilitación o la terapia de pareja son las causas más probables de la desaparición -(Julian pronunció esta última palabra con una clara nota de sarcasmo)-, hay una tercera posibilidad. Según una fuente próxima a la familia, el cantante está siendo objeto de la atención de varios famosos vinculados con la Iglesia de la cienciología, entre ellos John Travolta. "No sé si se trata de una relación únicamente amistosa o si pretenden reclutarlo para su Iglesia, pero lo cierto es que están en contacto", declaró nuestra fuente. Todo esto nos lleva a preguntarnos si la pareja de J y Bro seguirá el mismo camino que la de Tom y Katie, entregada a la fe. Os mantendremos informados.»