– Eso es verdad -. Finalmente el color comenzó a volver a sus mejillas. -Estoy siendo estúpida. Pero estoy bajo mucho estrés. Y cuando estoy estresado, algunas veces olvido que soy lo suficientemente buena para ti. Demasiado buena para ti. Tú todavía sigues cagándola, ya sabes, con eso de agradar a todo el mundo.
– Tú me protegerás de mí mismo -. Y de todos los demás, pensó él.
– Va a ser un trabajo de tiempo completo
– ¿Estás dispuesto a aceptarlo?
Ella finalmente sonrió. -Lo estoy.
Él le robó otro beso. -Sabes cuanto te quiero, ¿verdad?
– SÍ.
– Bien. Recuérdalo -. La envolvió entre sus brazos y antes de que ella pudiera decirle que era innecesario, que podía recomponerse y que tenía que soltarla en ese preciso momento. Antes de que pudiera decir nada de eso, empezó a caminar por el pasillo.
– Ésta -, anunció a todo el mundo, -no se va escapar.
FIN
Susan Elizabeth Phillips