– Usted siéntese en lo que quiera y donde quiera. Yo, no. La pugna entre el «Sí» y el «No» va a permanecer mucho tiempo, porque es un asunto de vida o muerte. Se deja vivir a los que piensan distinto o se los mata. Yo no me voy a olvidar nunca de lo que pasó.
– Qué curioso; en cambio, yo ya me olvidé.
– Es usted muy moderno, ex ministro.
El hombre comenzó a aplaudir con energía. Unas bellas azafatas convocaban ahora a su nieto a recibir el diploma de manos del rector.
Bettini se limpió las palmas de las manos en los muslos, luego las subió y se unió al ex ministro en sus aplausos.
– Así que la fábula de las ranas, Bettini.
– La fábula de las ranas -repitió Adrián Bettini aplaudiendo cariñosamente.
Antonio Skármeta
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