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– No, no te pareces -dijo James con calma. -Estás mintiéndote a ti mismo. Eres moreno como él, y eres alto como él, nada más. -James sabía que tenía que mantener el control, sabía que tenía que estar preparado. -Acordemos que mi padre te engendró, Louis…

– ¡Lo hizo, maldito seas!

– Muy bien, si es de hecho tu padre, no hace ninguna diferencia a la sucesión. Soy el primogénito legítimo, así que te pregunto, ¿por qué quieres matarme? No obtendrás nada más que la soga del verdugo.

– Ah, no creo que un hermano mío pudiera ser tan estúpido. Eso me dará todo. Verás, mi primera meta era matar al bastardo de tu padre por lo que le hizo a mi madre, pero luego decidí que si lo mataba a él, no era suficiente. Él me había robado mi legítima vida. Mi tía consiguió un documento que muestra líneas de matrimonio entre nuestro padre y mi madre, fechado antes de que se casara con tu madre. Todo legal. Seré conde de Northcliffe, rico más allá de mis más salvajes sueños, y será justicia.

– No, será asesinato. Mi padre no violó a tu madre. La rescató de un general francés, un hombre que la estaba entregando a sus amiguetes. La trajo de regreso a Inglaterra para tu padre. Fue un trato que él y Georges Cadoudal hicieron. Mi padre nunca estuvo involucrado con tu madre.

– Esa es una buena historia. Deja a mi madre como una ramera, que se acostó con docenas de hombres.

– Ella fue violada. Escúchame.

– No. Apuesto a que tanto tú como tu hermano se tragaron esa historia, ¿eh? Pero es todo una mentira. Mi padre dijo…

– Ya dijiste que tu padre estaba loco, que decía una cosa y luego se retractaba. Es verdad que primero creyó que mi padre había violado a tu madre, pero cuando todo fue resuelto, admitió que había estado equivocado, especialmente cuando tu propia madre finalmente le dijo que no sabía quién la había embarazado, ya que tantos hombres la habían violado.

– ¿Quieres que crea que soy la prole de algún hombre desconocido? ¡Maldito mentiroso! Maldito seas. Nadie violó a mi madre más que tu maldito padre. Antes de morir, mi madre le dijo a mi tía, su propia hermana, que era verdad, le dijo que nadie la había violado excepto el conde de Northcliffe y que yo era su hijo. Dios, me encantará matarte.

– Esta tía tuya… mintió. Ah, déjame adivinar su nombre. ¿Es Annabelle Trelawny?

Louis se rió.

– Ciertamente es mi tía, así como soy hijo de mi padre. Me convertiré en el próximo conde de Northcliffe. Lo merezco. Es justo.

Y levantó su arma.

CAPÍTULO 37

Judith no, Judith no. Pero había oído las palabras condenatorias de boca de las mujeres… de la boca de Judith, con todo ese exquisito detalle, y lo entendía, seguro que sí, pero no parecía poder meterlo en su cabeza y hacerlo real para él, hasta el fondo de su alma. Esa fría recitación de su boca, la pequeña derringer apuntando al pecho de su padre, lo enfocaron, lo enfurecieron. Habían deducido que Annabelle Trelawny había estado involucrada, ¿pero Judith? Miró a su padre, se dio cuenta en ese momento que él también había llegado a sospechar de Judith, pero no había dicho nada, ni siquiera cuando los tres se habían reunido la noche anterior.

Ella estaba parada a no más de tres metros de su padre. ¿Por qué habría Douglas salido de atrás del escritorio?

Sabía la respuesta, por supuesto. Él había esperado que James y Ollie estuvieran escondidos detrás de aquellas cortinas que cubrían las puertas de cristal que daban a los jardines, no él.

– Entra, Jason -dijo Marie. -No, no puedo diferenciarte de tu hermano, pero como mi sobrino tiene a James, entonces debes ser Jason. Arroja tu arma, muchacho, o pondré una bala en el pecho de tu padre. Mi precioso Louis se las arregló para aporrear a James en la cabeza y arrastrarlo detrás de los establos. Probablemente ya esté muerto.

– No -dijo Jason. -Mi hermano no está muerto.

Judith lo observó, pero no movió su arma del pecho de su padre.

– ¿Es eso algún tipo de comunicación de gemelos?

– No lo sé, pero está vivo.

– No por mucho tiempo. Mi hermano es más fuerte que cualquier hombre que haya conocido. Ha estado esperando este día. Está preparado -dijo Judith, y luego sonrió. -Quiero agradecerte por invitarme aquí para conocer a tu familia, Jason. La verdad es que nunca quise venir aquí; sólo quería matar a tu padre y desaparecer, pero siempre había gente con él. -Se volvió hacia Douglas. -Incluso aquí, en su propio hogar, su maldita esposa nunca se alejó de su lado, hasta ahora. Oh, ahora lo veo. Su preciosa esposa no es parte de su trampa. ¿Es Corrie parte de eso o sólo ustedes tres? Ah, sí, los hombres para hacer los negocios feos, dejen a las mujercitas en un armario donde puedan ponerse histéricas en privado. Bien, yo no soy una mujer débil e histérica, milord. Exigí ser quien lo quite de esta tierra, aunque mi hermano quería ese placer. Ah, Jason, ¿te veo evaluando si arrojarte encima mío? Si levantas siquiera una mano, dispararé a tu padre. ¿Te sorprendí, Jason, cuando despertaste conmigo besándote?

– Sabes que sí.

– Había pensado que vendrías a mí, pero esa vieja bruja, lady Arbuckle, me dijo que nunca te acostarías con una mujer que no fuera tu esposa estando bajo el techo de tu padre. La bruja me dijo que si tuviera un gramo de educación, sabría eso.

– No, no hubiese ido a ti.

– ¿Quieres saber por qué fui a tu dormitorio?

– Fui lo suficientemente tonto como para creer que te importaba.

– Pobre muchacho, ¿realmente lo creíste? Originalmente quería a James, pero Corrie ya estaba en escena, y no quería matarla. Creí que te tenía, pero entonces lady Arbuckle, esa ridícula y vanidosa bruja, me dijo que eras salvaje, no tan honorable como tu hermano, y que se sabía que tenías una amante. Me dijo que flirteabas con jovencitas, que hacías que se enamoraran de ti, les hacías creer que tenías el matrimonio en mente y luego te alejabas. No iba a sucederme a mí. Y por eso es que fui a tu dormitorio a medianoche. Sabía que si tomabas mi virginidad te sentirías obligado por el honor a ofrecerme matrimonio, y así yo ganaría. Estábamos bajo el techo de tu precioso padre, ¿verdad? Un joven caballero, sin importar su verdadera naturaleza, no podría salir impune luego de seducir a una virgen sin matrimonio, ¿cierto? Y eso significaría que yo podía quedarme aquí todo el tiempo que necesitara sin que nadie dudara de eso.

Jason dijo a la muchacha cuyos encantadores ojos pícaros eran ahora tan fríos como los témpanos de hielo en el Mar del Norte:

– Te amaba, Judith, y estaba listo para pedirte que te casaras conmigo. Lo que lady Arbuckle te dijo no era verdad. ¿Por qué crees que dijo eso sobre mí?

Judith se rió.

– Ahora no tengo ninguna duda de que esa vieja perra me dijo eso en un esfuerzo para protegerte; sin dudas esperaba que yo renunciara a intentar atarte porque eras un frívolo sinvergüenza, y eso significaría que no podría usarte. Así que hice lo que tenía que hacer. Admitiré que no fue una penuria. Creo que tendré que castigar a lady Arbuckle por su patético intento de traición. Eres tan honorable como tu hermano, ¿cierto?

– Judith, amor mío, terminemos con esto.

Douglas dijo, atrayendo su atención:

– ¿Quieres que crea que tu hermano está planeando matar a mi hijo?

– Oh, sí -dijo Marie. -Como le dijo Judith, está preparado. Querida, le conté a Su Señoría porqué estaba haciendo esto, que tú y yo hemos mantenido la ficción por Louis, pobre muchacho, siempre ha sido tan romántico, deseando venganza y justicia para su madre muerta, creyendo implícitamente que era correcto que él fuera el próximo conde de Northcliffe.