5. ¿A qué viene el interés de «Driver» por Batty Thomas y Sastre Paul? ¿Se puede sacar algo del estudio de las campanas y/o sus inscripciones?
C. El crimen
1. ¿De qué murió el difunto? (Esperar el informe de los expertos).
2. ¿Quién lo enterró (y presumiblemente lo mató)?
3. ¿Se puede obtener alguna pista de la hora del entierro a partir de los informes meteorológicos? (¿Nieve? ¿Lluvia? ¿Huellas?).
4. ¿Dónde lo mataron? ¿En el cementerio? ¿En la iglesia? ¿En algún lugar del pueblo?
5. Si se usaron las herramientas del sacristán, ¿quién tenía acceso a ellas? (Al parecer, «Driver» sí, pero ¿quién más?).
Bastantes preguntas, pensó Wimsey, y algunas de ellas sin respuesta hasta que llegaran los informes. Sin embargo, de lo que sí se podía ocupar de inmediato era del tema de las inscripciones. Buscó al párroco y le preguntó si no le molestaba que echara un vistazo a la Historia de las campanas de Fenchurch St Paul de Wollcott, del que le había hablado una vez. El párroco le dio permiso y después de buscarlo por todas las estanterías del estudio con la ayuda de la señora Venables y Emily, resultó que estaba en una pequeña habitación donde se organizaban las actividades del Club de Costura. («Y no tengo ni la menor idea de cómo ha llegado hasta aquí».) Wimsey extrajo del libro los siguientes hechos, interesantes para los arqueólogos pero que no daban ninguna sugerencia de cómo podrían relacionarse con cadáveres y esmeraldas:
Batty Thomas (N.° 7. Peso 1.549,4 kg. Nota: D). La campana más antigua de su tipo y todavía más antigua con el metal original. Fundida por primera vez por Thomas Belleyetere de Lynn en 1338. Refundida, con metal adicional, por el abad Thomas de Fenchurch (1356-1392) en 1380. (Este abad también construyó la torre y gran parte de la nave actual, aunque las ventanas de los pasillos fueron ampliadas en estilo Perpendicular por el abad Martin en 1423).
Inscripciones:
Hombros: NOLI + ESSE + INCREDVLVS + SED + FIDELIS +
Cintura: O SANCTE THOMA
Boca: EL. ABAD. THOMAS. ME. COLOCÓ. AQUÍ. Y. ME. HIZO. TOCAR. ALTO. Y. CLARO. 1380.
No existen más campanas registradas en esta época, aunque posiblemente había otra. Sin embargo, sabemos que en el reino de Isabel I tenían un conjunto de cinco campanas de nota D cada una.
John (N.° 3. Peso: 406,4 kg. Nota: A). Era la treble original. Recibe el nombre de su fundador itinerante, John Colé.
Inscripción:
Boca: JOHN. COLE. ME. HIZO. JOHN. PREBYTER. ME. PAGÓ. JOHN. EVANGELIST. ME. AYUDÓ. MDLVII.
Jericho (N.° 4. Peso: 431,8 kg. Nota: G). Era la n.° 2 del antiguo conjunto y, al parecer, su constructor la ideó muy bien.
Inscripción:
Hombro: DE. JERICHO. A JOHN. NO. HAY. CAMPANA. QUE. MEJORE. MI. SONIDO. 1559
No se sabe nada de la n.° 4 original. La n.° 3 original (F#) era una campana pobre, de sonido plano y calidad débil. En el reinado de Jaime I, la aplanaron más por el chirrido que producía la superficie interior para conseguir una aproximación a F, y se añadió la campana tenor para hacer un conjunto de seis campanas en C.
Sastre Paul (N.° 8. Peso: 2.082,8 kg. Nota: C). Una campana muy noble de una verdad y un tono soberbios. Fundida en el campo de la campana por la iglesia. (Ver registros de la parroquia).
Inscripciones:
Hombro: PAVLE + ES + MI + NOMBRE + Y + DEBE + RESPETARSE +
Boca: NUEVE + SASTRES + DICEN + QUE + UN + HOMBRE + DE + CRISTO + HA + LLEGADO + A + SU + FIN + COMO + ADÁN + SU + PADRE + 1614.
Las campanas sobrevivieron a los tumultos de la Gran Revolución, y en la última parte del siglo, cuando se estableció la tradición de la campanología, se añadieron una treble y una segunda para formar un conjunto de ocho campanas.
Gaude (Treble. Peso: 355,6 kg. Nota: C). Regalo de la familia Gaudy, su inscripción es una rima.
Inscripción:
Boca: GAVDE. GAUDY. DOMINI. IN. LAVDE. MDCLXVI
La campana n.° 2 de esa época se llamaba Carolus, y se fundió en honor a la restauración de la monarquía. Sin embargo, esta campana se rompió en el siglo XVIII como consecuencia de la abominable práctica de golpear las dos campanas menores para anunciar servicios ocasionales, de modo que el conjunto se volvió a quedar en seis campanas, de la cuales la n.° 5 nunca había sido demasiado satisfactoria. En la primera mitad del siglo XIX (ese período de apatía eclesiástica) una plaga de gusanos entró en la caja de las campanas y se comió la madera, de modo que la n.° 6 (la n.° 4 isabelina) cayó y se rompió. No se hizo nada hasta los años ochenta, cuando un enérgico párroco de la Iglesia anglicana llamó la atención sobre el estado de las campanas. La gente contribuyó económicamente, se reparó el marco de la caja de las campanas y se refundieron tres campanas:
Sabaoth (N.° 2. Peso: 368,3 kg. Nota: B). Fue un regalo del párroco.
Inscripciones:
Hombro: SANCTUS. SANCTUS. SANCTUS. DOMINUS. DEUS. SABAOTH.
Boca: REFUNDIDA POR JOHN SATRE DE LOUGHBOROUGH 1887.
Dimity (N.° 6. Peso: 711,2 kg. Nota: E). Donada en memoria de sir Richard Thorpe, que murió en 1883.
Inscripciones:
Hombro: REFUNDIDA POR JOHN SATRE DE LOUGHBOROUGH 1887.
Boca: IN. PIAM. MEMORIAM. RICARDO. THORPE. ARMIGERI. NUNC. DIMITTIS. DOMINE. SERVUM. TUUM. IN. PACE.
Jubilee (N.° 5. Peso: 482,6 kg. Nota: F). Los fondos para la fundición de esta campana se consiguieron con las donaciones públicas para la conmemoración del jubileo de la Reina.
Inscripciones:
Hombro: JUBILATE. DEO. OMNIS. TERRA.
Cintura: REFUNDIDA. EN. EL. AÑO. DEL. JUBILEO. DE. LA. REINA. POR. JOHN. SASTRE. E. HINKINS. Y. B. BONNINGTON. VIGILANTES. DE. LA. IGLESIA.
Wimsey le dio vueltas a esta información durante un rato, aunque no sacó ninguna conclusión. Las fechas, los pesos y las inscripciones, ¿escondían algo que pudiera servir como guía para encontrar un tesoro enterrado? Se hablaba extensamente de Batty Thomas y de Sastre Paul pero, por mucho que lo intentara, a él no le decían nada. Al cabo de un rato se dio por vencido. A lo mejor había algo más sobre las campanas que no aparecía en el libro de Wollcott. Quizá era algo que estaba escrito o grabado en la madera. Tenía que subir al campanario y echarles un vistazo.
Era domingo por la mañana. Cuando levantó la cabeza de los libros, oyó las campanas que anunciaban la misa matutina. Se fue corriendo al recibidor y se encontró con su anfitrión dándole cuerda al reloj de su abuelo.
– Siempre le doy cuerda cuando suenan las campanas del domingo por la mañana -le explicó el señor Venables-. Porque si no, me olvidaría. Me temo que no soy nada metódico. Espero que no se sienta obligado a ir a misa sólo porque es nuestro huésped. Siempre les recalco a mis invitados que son libres de hacer lo que les parezca mejor. ¿Qué hora tiene? Las diez y treinta y siete, bueno, entonces, pondremos las manecillas a las once menos cuarto. Siempre se retrasa un cuarto de hora durante la semana y así, avanzándolo un poco cada vez que le doy cuerda, conseguimos que a media semana vaya a la hora. Si recuerda que los domingos, los lunes y los martes va adelantado, los miércoles va a la hora, y los jueves, los viernes y los sábados va retrasado, podrá fiarse de él.
Wimsey respondió que estaba seguro de eso y se giró y se encontró con Bunter a su lado, con el sombrero en una mano y dos volúmenes con tapas de piel de oraciones en la otra.