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A medida que pasaban los meses, no hubo un solo día en que alternativamente no lamentara y me deleitara en mi decisión de abandonar el departamento. Fue un periodo en el que mi principal tarea consistió en separar la placa y lo que ella representaba de mi propia misión personal. Durante mucho tiempo pensé que ambas estaban unidas inextricablemente. No podía tener una cosa sin la otra. Pero con el transcurso de las semanas y los meses me di cuenta de que una identidad era más grande que la otra, que la superaba. Mi misión permanecía intacta. Mi trabajo en este mundo, con placa o sin ella, era dar la cara por los muertos.

Cuando colgué el teléfono después de hablar con Lawton Cross supe que estaba preparado y que era el momento de dar la cara otra vez. Me acerqué al armario del pasillo y saqué la caja que contenía los archivos polvorientos y las voces de los difuntos. Me hablaban en forma de recuerdo. En visiones de escenas de crímenes. De todas ellas, la que más recordaba era la de Angella Benton. Recordaba su cuerpo acurrucado en el suelo, sus manos extendidas de aquel modo, buscándome.

Y yo tenía mi misión.

4

La mañana siguiente a mi conversación con Alexander Taylor me senté en el comedor de mi casa de Woodrow Wilson Drive. Tenía una taza de café caliente en la cocina. Había llenado mi cargador con cinco cedes que hacían una crónica de algunos de los últimos trabajos de Art Pepper como sideman. Y tenía los documentos y fotografías de Angella Benton esparcidos ante mí.

El archivo era incompleto, porque robos y homicidios se había apoderado del caso justo cuando mi investigación estaba empezando a centrarse y antes de que se escribieran muchos informes. Era simplemente un punto de partida. En resumen, casi cuatro años después de haber sido excluido del caso era todo cuanto tenía. Eso y la lista de nombres que Alexander Taylor me había proporcionado el día anterior.

Mientras me preparaba para un día de investigar nombres y concertar entrevistas, mi atención se vio atraída por la pequeña pila de recortes de periódico que empezaban a amarillear por los costados. Los cogí y empecé a hojearlos.

Inicialmente, el asesinato de Angella Benton sólo mereció un breve en el Los Ángeles Times. Recuerdo hasta qué punto me frustró en su momento. Necesitábamos testigos. No sólo del crimen en sí, sino también, posiblemente, del coche del asesino o de su ruta de huida. Necesitábamos conocer los movimientos de la víctima antes de la agresión. Había sido el día de su cumpleaños. ¿Dónde y con quién había pasado la tarde anterior a su muerte? Una de las mejores formas de estimular las declaraciones de los ciudadanos era escribir artículos. Puesto que el Times se limitó a publicar un breve, éste quedó enterrado en la sección B y apenas recibimos ayuda de la ciudadanía. Cuando llamé a la periodista para expresar mi frustración, me dijeron que las encuestas mostraban que los lectores estaban cansados de muertes y tragedias. La periodista me explicó que el espacio para las noticias de crímenes se estaba reduciendo y que no se podía hacer nada al respecto. Como premio de consolación escribió una actualización para la edición del día siguiente que incluía una línea en la que se mencionaba que la policía buscaba ayuda ciudadana en el caso. Sin embargo, el artículo era incluso más corto que el primero y quedó enterrado en las páginas interiores. No recibimos ninguna llamada ciudadana ese día.

Todo eso cambió tres días después, cuando la historia ocupó la primera página y se convirtió en la noticia con la cual abrieron todas las cadenas de televisión de la ciudad. Cogí el primero de los dos artículos recortados de la primera página y volví a leerlos.

Tiroteo real durante el rodaje de una película

Un muerto y un herido cuando policías y ladrones interrumpieron a sus homólogos del celuloide

por Keisha Russell de la redacción del Times

Una realidad funesta irrumpió el viernes en el mundo de fantasía de Hollywood cuando la policía de Los Ángeles y vigilantes de seguridad intercambiaron disparos con ladrones armados durante el robo de dos millones de dólares en efectivo que iban a utilizarse en la filmación de una película acerca de ¡un robo de dos millones de dólares en efectivo! Dos empleados de banco fueron alcanzados por las balas, uno de ellos mortalmente. Los asaltantes escaparon con el dinero después de abrir fuego sobre los vigilantes de seguridad y un detective de policía real que casualmente se hallaba en el lugar del rodaje. La policía informó de que la sangre encontrada más tarde en el vehículo abandonado tras la fuga indicaba que al menos uno de los asaltantes resultó herido de bala. La actriz protagonista, Brenda Barstow, estaba en el interior de una caravana cercana en el momento en que se produjo el tiroteo. No resultó herida ni fue testigo del intercambio de disparos de la vida real. El incidente ocurrió en el exterior de un búngalo de Selma Avenue poco antes de las diez de la mañana, según un portavoz de la policía. Un camión blindado llegó a la escena del rodaje para entregar dos millones de dólares que iban a utilizarse como atrezo en las escenas que debían ser rodadas en el interior de la casa. Al parecer, la localización contaba con importantes medidas de seguridad en ese momento, si bien no se ha hecho público el número exacto de vigilantes armados y policías disponibles. La víctima que resultó alcanzada fatalmente por un disparo fue identificada como Raymond Vaughn, 43, director de seguridad de BankLA, la entidad que iba a entregar el dinero en el lugar del rodaje. También fue alcanzado Linus Simonson, 27, otro empleado de BankLA. Sufrió una herida de bala en la parte inferior del torso y el viernes a última hora se encontraba estable según el parte médico del Cedars-Sinai. El detective del Departamento de Policía de Los Ángeles Jack Dorsey declaró que, cuando los dos vigilantes de seguridad estaban trasladando a la casa el dinero del camión blindado, tres hombres fuertemente armados saltaron desde una furgoneta que se encontraba aparcada cerca, mientras un cuarto miembro del grupo aguardaba al volante. Los pistoleros se enfrentaron a los vigilantes y se llevaron el dinero. Mientras los sospechosos se retiraban hacia la furgoneta con las cuatro sacas que contenían el dinero en efectivo, uno de ellos abrió fuego. «Fue entonces cuando se desató la tormenta -dijo Dorsey-. Se desencadenó un tiroteo.» El viernes no estaba claro por qué empezó el tiroteo. Los testigos explicaron a la policía que los vigilantes de seguridad no opusieron resistencia a los asaltantes. «Por lo que nosotros sabemos, ellos simplemente abrieron fuego», comentó el detective Lawton Cross. La policía afirmó que varios vigilantes de seguridad respondieron a los disparos, junto con al menos dos agentes de patrulla fuera de servicio que trabajaban para la productora de la película, así como un detective de policía, Harry Bosch, que se encontraba en el interior de una de las caravanas, trabajando en una investigación que al parecer no estaba relacionada. Ayer fuentes policiales estimaron en más de un centenar los disparos que se intercambiaron en el salvaje tiroteo de la huida. Aun así, el tiroteo no duró más de un minuto, según diversos testigos. Los atracadores lograron introducirse en la furgoneta y huir a toda velocidad. La furgoneta, cubierta de agujeros de bala, fue abandonada posteriormente cerca de la entrada a la autovía de Hollywood en Sunset Boulevard. El vehículo había sido robado la noche anterior de un almacén de equipamiento de un estudio de cine. «Todavía no hemos identificado a los sospechosos -dijo Dorsey-. Estamos examinando distintas pistas que creemos que serán útiles a la investigación.» El tiroteo proporcionó una aleccionadora dosis de realidad al campamento de los cineastas. «Al principio creí que eran los tíos de atrezo haciendo prácticas -explicó Sean O'Malley, ayudante de producción del rodaje-. Pensé que era una broma hasta que oí a gente que gritaba y se tiraba al suelo y que las balas de verdad empezaban a impactar en la casa. Comprendí que era real. Yo me tiré al suelo y me puse a rezar. Fue aterrador.» La película que todavía no tiene título trata de una ladrona que roba una maleta que contiene dos millones de dólares de la mafia de Las Vegas y huye a Los Ángeles. Según los expertos, es muy poco común que se utilice dinero real en las producciones cinematográficas, pero el director del filme, Wolfgang Haus, insistió en utilizar dinero real porque las escenas que iban a rodarse en la casa de Selma Avenue conllevaban diversos primeros planos del dinero y de la ladrona, interpretada por Barstow. Haus explicó que el guión requería que la ladrona se tirara en la cama con el dinero y lo lanzara al aire para mostrar su alborozo. En otra escena, la protagonista se metía en una bañera llena de billetes. Haus aseguró que el dinero falso se advertiría con facilidad en la versión acabada de la cinta. El realizador alemán también insistió en que el uso de dinero real contribuía a una mejor interpretación de los actores. «Si usas dinero de mentira, actúas mal -declaró Haus-. Necesitábamos superar eso. Quería que la actriz sintiera que había robado dos millones de dólares. Sería imposible hacerlo de ninguna otra manera. Mis películas se basan en la precisión y la verdad. Si usáramos dinero del Monopoly, la película sería una mentira y todo el mundo se daría cuenta.» La productora, Eidolon, solicitó un préstamo por un día que incluía todo un ejército de vigilantes de seguridad, según explicaron a la prensa los detectives de la policía. El vehículo blindado debía quedarse en la localización durante el rodaje y el dinero tenía que ser retornado inmediatamente una vez completada la filmación. La suma estaba formada exclusivamente por billetes de cien envueltos en paquetes de veinticinco mil dólares. Alexander Taylor, propietario de la productora, se negó a hacer comentarios acerca del asalto o de la decisión de utilizar dinero real durante el rodaje. No estaba claro si el dinero estaba asegurado contra un atraco. La policía también rechazó revelar por qué Harry Bosch se hallaba en el escenario del rodaje cuando se produjo el tiroteo, no obstante, fuentes del Times explicaron que el detective estaba investigando la muerte de Angella Benton, que apareció estrangulada en su apartamento de Hollywood cuatro días antes. Benton, 24, era empleada de Eidolon Productions, y la policía está investigando ahora la posibilidad de que exista una relación entre su asesinato y el atraco a mano armada. En una declaración hecha pública por su agente, Brenda Barstow dijo: «Estoy horrorizada por lo que ha sucedido y comparto el dolor de la familia del hombre que ha muerto.» Un portavoz de BankLA explicó que Raymond Vaughn llevaba siete años trabajando en el banco. Anteriormente, Vaughn había sido agente de policía en los departamentos de Nueva York y Pensilvania. Simonson, el empleado herido, es ayudante del vicepresidente del banco Gordon Scaggs y se ocupó del préstamo de un día. No pudo localizarse a Scaggs para que hiciera comentarios. La producción de la película se ha suspendido temporalmente. El viernes se desconocía cuando iba a reanudarse el rodaje ni si se utilizaría dinero real cuando éste se reiniciara.