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Me alegra oír eso.

Patrick arrojó un fajo de billetes encima de la mesa.

– ¿Por qué le estáis concediendo crédito a personas como Colin Parker?

Los ojos de Spider se abrieron de par en par al oír esas palabras. Nadie hubiera observado que se ponía nervioso por lo que había dicho Patrick. Sin embargo, Patrick sí lo sabía, razón por la cual las pronunció de sopetón.

– ¿Sabías algo acerca de eso?

Spider esperaba la pregunta tanto como Patrick esperaba que lo supiera. No lo habría preguntado de no ser así. Brodie no deseaba cogerle desprevenido, deseaba paz a toda costa.

Estaban sencillamente interpretando, por lo que Spider apreció la decencia de su amigo y la sinceridad con la que le habló. Spider estaba tan molesto que podría haber empezado a aporrear a su hermano con lo primero que pillase a mano. Sin embargo, respondió con honestidad:

– Por favor, Pat. Ya sabes que yo jamás toleraría semejante cosa.

Cain percibió el tono enojoso en la voz de su hermano, pero era demasiado novato en ese juego como para darse cuenta de que estaba siendo criticado por los tres jugadores principales que había en la habitación, su hermano incluido.

Cain no era consciente de lo enfadado que estaba Patrick Brodie con él, ni que se había metido en el territorio de otro. No comprendía aún que era por su hermano por lo que habían sido tan tolerantes con él.

Cain era lo suficientemente astuto como para darse cuenta de que se había ganado una seria reprimenda, pero sólo estaba interesado en liberarse de responsabilidades.

– ¿He hecho algo malo? -dijo.

Cain se comportó groseramente y estaba muy colocado. No tenía ni pizca de cerebro si pensaba que se iba a librar de ésa. Estaba de pie, al lado de Patrick, y tenía las manos abiertas y con gesto suplicante. Su conducta denotaba que había metido la pata, pero que estaba dispuesto a aprender de los errores. Sin embargo, también era un gesto que indicaba que estaba tomándose su tiempo, que todos ellos eran dinosaurios, su hermano incluido. Tenían la impresión equivocada de que era demasiado inteligente como para que nadie lo cogiera, que nadie sabía en realidad qué asuntos se traía entre manos.

Spider se rió a carcajadas y le propinó un puñetazo a su hermano con más fuerza de la acostumbrada.

– ¿Le has concedido crédito a un chorizo racista como ése?

Cain se encogió de hombros con arrogancia.

– ¿Y qué importa lo que piense? Quería seguir jugando y ahora nos debe más dinero.

Patrick señaló el dinero que había encima de la mesa.

– No te debe nada. Ahí tienes doscientos por tus problemas.

– Pero todavía me debe uno de los grandes -respondió de inmediato, sin darse cuenta a quién se estaba dirigiendo, sin respeto.

Patrick le miró con un desprecio frío y calculado.

– Tú coge lo que te he dado.

El ambiente estaba cargado de malicia y Cain se sorprendió al ver que su hermano estaba del otro lado. Por primera vez en su vida, estaba solo y no le gustaba.

Spider estaba muy enfadado. Sus gruesas trenzas parecían cobrar vida cuando perdía la calma.

Cain fue muy rápido en notar que Patrick ni se había inmutado, pero su hermano estaba que echaba chispas. Jamás había experimentado una cosa semejante y no estaba impresionado. Él estaba produciendo «ganancias», que es para lo que ellos se suponía que estaban. Entonces, ¿por qué se lo reprochaban? ¿Se le estaba ultrajando por sacarle unas cuantas libras a esos cabezas rapadas que él tanto detestaba? La cuestión era sacarle la pasta a la gente, para eso es para lo que estaban allí.

– No sucederá nunca más, Pat. Te lo garantizo.

Spider habló con respetuosa autoridad y eso molestó a su hermano aún más. Se suponía que Spider era alguien importante. Se suponía que Spider y Patrick eran socios. ¿Por qué entonces su hermano actuaba como un jodido recadero?

Patrick sabía lo que Cain andaba pensando; de hecho, lo esperaba. El muchacho era joven, impetuoso y, si lo que había averiguado era cierto, entonces también estaba pidiendo a gritos una buena patada en el culo.

– Tómate el día libre, anda -dijo.

La risa que sonó en la habitación hizo más daño que nada.

Patrick sacudió la cabeza completamente incrédulo. El muchacho era un jodido borrachín. Estaba loco de remate si pensaba que eran tan gilipollas que lo iban a considerar un hombre de negocios. ¿Quién en su sano juicio le dejaría dinero a gente como Colin Parker? Parker era un jugador del que uno sólo se podía fiar si pagaba al contado. Era tan mentiroso que si le preguntaban qué ha desayunado, mentiría, diría que comió salchichas y luego se inventaría que alguien se la había robado. Era también miembro del ICF, una organización con la que más valía no mezclarse. Ellos salían solamente a buscar bronca, no tenían otro propósito. Patrick no tenía ganas de tener problemas con ellos por una simple deuda. Lo habría hecho si no quedaba más remedio; eso por descontado. Pero no quería que la atención recayera sobre él o sobre su organización por un asunto tan trivial. Si Cain pensaba que iba a ascender prestando dinero a tipos como Parker, entonces es que era un retrasado mental o necesitaba que le pusiesen las cosas claras.

En cualquier caso, eso correspondía a Spider y Patrick se alegró de poder dejar ese asunto en sus manos. Si Spider fracasaba, entonces él intervendría sin pensárselo dos veces. Vio que Cain aún se encontraba alterado, así que decidió pararle los pies de una vez por todas.

– No crees que esto sea lo correcto, ¿verdad?

Patrick y Spider vieron que Cain continuaba molesto y que ninguno se había percatado dónde radicaba el problema. Como la mayoría de los jóvenes, había puesto en función una serie de mecanismos que podían traerles muchos problemas. Era tan estúpido que hasta llegó a preguntarse por qué lo marginaban de esa manera. Era tan jodidamente arrogante que no tuvo ni la argucia de preguntarle a los mejores y así aprender una lección para el futuro.

Cain no le respondió. Tenía el orgullo herido, pero la sensatez le dijo que más le valía que tuviera el pico cerrado. La forma en que Jimmy Brick lo miraba le resultaba desconcertante, por no decir otra cosa, así que decidió dejar el asunto por el momento.

– Le prestas dinero a gente que devolverlo lo consideran un anatema, especialmente a personajillos como tú. Tommy Williams ha terminado matando a Colin Parker por uno de los grandes. «Por sólo uno.» Una puñetera inmundicia, y tú has sido la causa de esa muerte. La muerte de Parker podía haber puesto a la policía tras nosotros y vernos enchironados. ¿Y todo por qué? ¿Por uno de los grandes? Eres un pobre lelo. Nosotros no necesitamos que nadie nos cause ese tipo de problemas, y cuanto antes te enteres, mejor.

Patrick miró al apuesto joven que tenía delante y deseó poder tratar con él de otra manera, pero no podía. Cain tenía que aprender en qué consistía la vida por la vía rápida y Spider lo había protegido excesivamente. Ahora estaban todos en la cuerda floja por un pelele como Parker. Después de todo, Parker era un ciudadano y, cuando la gente muere, los demás empiezan a hacerse preguntas.

Spider sacudió la cabeza desesperado. Cain iba a recibir la paliza de su vida y él pensaba disfrutar dándosela. El muchacho necesitaba aprender cuáles eran los límites y las pautas a seguir en su mundo. Y ahora era un buen momento para impartir esa lección; como cualquier otro, si se trataba de aprender la realidad.

Jimmy Brick lamentó que no se hubiesen necesitado de sus servicios. A él no le gustó Cain nunca, pero Spider había sido uno de sus héroes cuando era un chaval. Un tipo a imitar, una leyenda en su mundo. Además de que fue el primero que le proporcionó el primer trabajo de verdad.

Ahora, sin embargo, veía a Spider como un hombre normal, alguien que estaba asustado de su propio hermano. La familia era un auténtico estorbo en los negocios, pues solía ser utilizada como arma. Si un hombre estaba solo, estaba seguro y podía ser valiente y honorable. Sin duda era una ventaja no tener nadie a quien cuidar, salvo a ti mismo. Las familias eran un peligro, las familias y los niños habían provocado el derrumbe de hombres muy importantes. En cuanto tienes alguien de quien cuidar, es como si tuvieras un agujero en tu armadura. Se te abre un agujero enorme en tus defensas que la gente utilizará en contra tuya sin dudarlo. Jimmy sabía eso porque él haría lo mismo si no obtenía lo que deseaba.