Con mi disfraz soy la primera actriz. Las personas que vienen a ver a Mao me describen como agradable, dulce y afable. Sí, tengo todos los motivos del mundo para sentirme satisfecha y agradecida, y lo estoy. Pero en mi fuero interno el mar nunca está en calma. Tengo que velar por mí misma, asegurarme de que doy una imagen de mujer recatada, obediente y mansa. Quiero lo bastante a Mao para dejar atrás gran parte de mí misma, incluida mi pasión por el drama y el cine. Creo que los asuntos de Mao son más importantes y estoy tratando de hacerlos también míos.
Durante los siguientes seis meses Mao compone los escritos más famosos de su vida. Entre ellos Tácticas básicas de batalla: reflexiones sobre la guerra de guerrillas y La guerra prolongada. Las opiniones de Mao son fascinantes y cautivan a la nación, y como resultado aumenta de manera espectacular el número de reclutas del Ejército Rojo. Furioso, Chang Kai-shek se pone en contacto en secreto con Adolf Hitler para que envíe a asesores militares y ordena la total aniquilación de los comunistas.
En ese momento la señora Mao, Jiang Qing, da a luz a una hija llamada Nah y desaparece del todo de la escena pública. En su nuevo papel de señora de la casa, recibe calurosamente a los miembros de las anteriores familias de Mao: dos hijos, Anying y Anqing, del matrimonio de Mao con Kai-Hui, y una hija, Ming, y un hijo de su matrimonio con Zi-zhen. Jiang Qing se pasa el día cuidando de la recién nacida, haciéndole ropa, jerséis, comida y camas. Por Kang Sheng se entera de que Zi-zhen ha vuelto en secreto de Rusia aún más enferma. Mao la ha internado en un hospital psiquiátrico privado en una ciudad sureña.
La sastra del pueblo viene a menudo a echar una mano a Jiang Qing en la casa. Le trae noticias y chismorreos. Jian Qing se entera de que su amiga Sesame ha muerto en combate cerca del río Gan-jiang. Otro nombre que sale a menudo es el de Fairlynn. Se ha convertido en la figura principal del feminismo y liberalismo en Yenan. Sus novelas y ensayos han sido extensamente publicados y es idolatrada por la juventud de la nación.
Fairlynn está trabajando en su nueva novela cuando llamo a la puerta de su cueva. No sé por qué he venido. No me cae bien Fairlynn. Supongo que sencillamente tenía que satisfacer mi curiosidad. Se sorprende al verme y me saluda con efusividad. ¡Mirad quién está aquí, la gallina madre!, es lo primero que me dice extendiendo los brazos.
¿Cómo se llama?
Nah. Abro mi cesta y le enseño a mi hija. ¿Nah? ¿Qué quieres decir con Nah?
No ha dicho: «No me digas que viene de Tang Nah», pero capto la idea.
Es pura coincidencia, explico. A mi marido le trae sin cuidado con quién he estado casada en el pasado. El nombre viene de las enseñanzas de Confucio sobre la conducta. Nah significa autodidacta. Todo ha sido idea de Mao.
¡Bienvenida a la base roja, pequeña soldado! Fairlynn se inclina para tocar a Nah, luego se vuelve hacia mí. Parece que vuelves a estar forrada.
Tan desagradable como siempre, Fairlynn. Sonrío y me siento. Disfrutas haciéndome sentir mal. Tú sabes cuánto te gusta.
Vamos, Lan Ping, me odias de todos modos. Ya lo sabíamos cuando nos conocimos.
¿Algún avance en tu vida personal, Fairlynn? ¿Cuántos años tienes, por cierto?
Ella enciende un cigarrillo. Treinta y seis. Estoy demasiado ocupada.
La típica excusa de los que no tienen éxito. Me echo a reír. Vamos, búscate un marido antes de que sea demasiado tarde.
¿Un marido? Fairlynn expulsa el humo. ¡Preferiría flirtear con un chimpancé!
Se mete en la boca un ñame a medio masticar. Por cierto, ¿qué se siente siendo la señora Mao? Un sueño hecho realidad. Muy hábil, señorita Lan Ping. No, camarada Jiang Qing. Está bien, camarada Jiang Qing.
El mundo es tuyo si tienes talento, Fairlynn. Es lo que me dice mi marido: «La calle está llena de oro, pero nadie tiene ojos para verlo».
Fairlynn sonríe. Estupendo. Ten más hijos y dedícate a coser.
No puedes dejar de morder, ¿verdad? Creo que tu problema es tu corte de pelo al estilo Shakespeare. Estoy segura de que deja fríos a los hombres. Me ofrezco encantada a hacerte un nuevo corte.
Lan Ping, no vas a conseguir que me sienta poco atractiva.
Jiang Qing, te lo ruego. Jiang de río y Qing de verde. No tienes ni idea de lo maravilloso que es tener un hijo. Mira, Nah te está sonriendo. Vamos, pequeña, ve con tía Fairlynn.
Oh, está caliente. Se mueve como un gusano. Fíjate en ese pelo suave y sedoso. Huele como un pan de masa excesivamente fermentada.
Nah empieza a buscar el pecho a Fairlynn. ¡Hora de comer!, exclamo echándome a reír. Fairlynn me pasa a Nah, azorada.
¿Quieres oír mi nueva novela, Jiang Qing? Se titula La nueva Nora. Trata de una Nora que sale de la casa número uno y entra en la número dos.
Recostada en la almohada, pregunto a mi marido su opinión sobre Fairlynn.
No me tomo muy en serio a estos ratones de biblioteca, responde Mao. ¿De qué sabe la gente como Fairlynn? ¿De diccionarios? ¿Y qué es un diccionario sino páginas de palabras muertas? ¿Sabe distinguir los brotes de arroz de la mala hierba? ¿Qué hay más fácil que ser un ratón de biblioteca? Es más duro aprender el oficio de cocinero o carnicero. Un libro no tiene patas, lo abres y lo cierras cuando quieres. El cerdo en cambio tiene patas que corren y cuerdas vocales que gimen, y el carnicero tiene que atraparlo y matarlo. Tiene que hacer que la apestosa carne sepa deliciosa. Éstos son los verdaderos talentos. ¿Qué es Fairlynn? Juega en la escuela del pensamiento sólo porque la dejamos…
Ella se acurruca debajo de él. ¿No te parece atractiva, jefe?
¿Por qué lo preguntas?
Sólo por curiosidad. No es bonita, ¿verdad?
¿Qué?
Pues déjame decirte que hay un montón de hombres tratando de atraer su atención. Desde generales hasta soldados. Fantasean con ella como si fuera la protagonista de sus novelas. Pequeño Dragón no sabe ni escribir correctamente, pero recita poemas de ella.
¿Cómo ha reaccionado Fairlynn? ¿Le interesan nuestros soldados?
Bueno, dice que no quiere entrar en la casa de ningún Torvald. Llama a tus hombres chimpancés.
Eso es interesante, dice Mao a media voz. ¿La has leído?
Tengo los ejemplares de los libros que ella me ha enviado. Mao se da la vuelta y apaga la vela.
¿Sabías que Fairlynn frecuenta a los bolcheviques?, pregunta Jiang Qing de pronto en la oscuridad.
Estoy cansado. Me ocuparé de ello después…, cuando termine con el congreso del Partido.
¿Puedo participar en el congreso?
No hay respuesta.
Ella vuelve a preguntar.
Mao empieza a roncar.
Más allá del desapacible valle de Yenan, el mundo avanza dando tumbos hacia la mayor conflagración del siglo. Los alemanes nazis empiezan a moverse por Europa. Los japoneses se extienden por el Pacífico. Más cerca, Mao empieza a competir en serio con Chang Kai-shek por el poder de China.
Jiang Qing celebra su veintiocho, veintinueve, treinta y treinta y un cumpleaños en el pequeño jardín a la entrada de su cueva. Se ha convertido en una costurera experta y está acostumbrada a que su sala se utilice como un cuartel general de guerra. De vez en cuando, tras ganar una importante batalla, Mao despide a sus camaradas. Se toma el día libre para pasarlo con sus hijos o, menos a menudo, acompaña a su mujer a ver un espectáculo local, una ópera, una orquesta o un grupo de canción popular. Al notar la frustración de su esposa, pone a la disposición de ésta su caballo,
Después de unas pocas lecciones de Pequeño Dragón, puedo cabalgar sola. Con un poco de práctica enseguida cojo seguridad. El terreno que rodea Yenan es abierto y ondulado, perfecto para cabalgar. Me recojo el pelo en un moño y espoleo al animal. Subo las colinas y recorro la orilla del río. La brisa en la cara me hace sentir la primavera. Sonriendo al viento, pienso: ¡Soy un bandido! Cabalgo hasta que los ollares del caballo están abiertos de par en par y el sudor ha empapado la manta. Y entonces hinco los talones para disfrutar de una última galopada.