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Con slo diecisis aos Castao ejecuta a su primer guerrillero de civil, el hermano de uno de los que mataron a su padre. Recuerdo, como si fuera hoy, lo que le grit: No creas que me vas a matar a traicin y amarrado, como a mi padre, hijoeputa Ah le met tres tiros ms en la cabeza.

Como es habitual en la historia de este pas, ms de uno aprovech la creacin del grupo vengativo para que les hicieran el trabajo sucio; como en una ocasin me confes Castao, ellos fueron los tontos tiles del rgimen. Y, por supuesto, nadie puede negar la connivencia de las Fuerzas Armadas en la gestacin y posterior desarrollo de las AUC.

Muchas veces se nos acerc un polica o un cabo para decirme: Carlitos, ve ese hombre en la esquina del cementerio, es un guerrillero; no hay ninguna prueba contra l, ustedes vern qu hacen Se coordin la accin y al salir el subversivo, lo ejecutaron.

En otros apartados queda demostrada esa colaboracin, nada sorprendente por otro lado, ya sea dejndole seguir tras ser reconocido en un retn, o mirando hacia otro lado cuando su banda armada realiza una incursin.

An as, Fidel Castao sugiri en su da una separacin de las AUC y las Fuerzas Armadas. Hermano, esto no es por donde lo estamos haciendo, al lado del Ejrcito no vamos a llegar a ninguna parte, ms adelante nos van a matar, aqu vamos a pelear a nuestra manera. Esto es guerra de tierra arrasada. En la actualidad, debido al esfuerzo conjunto de Gobierno y cpula militar, poco reconocido en el exterior, la divisin es mayor pero an no es total.

Sobre la creacin de las AUC, Castao indica que uno de los pilares fue el mayor Alejandro lvarez Henao, del Batalln Bombon, de Puerto Berrio, quien tena muy claro que haba que combatir a la guerrilla con sus mismos mtodos irregulares. Tanto el citado militar como Caruso, pap de otro uniformado, y Fidel Castao fueron los padres de la Autodefensa paramilitar en Colombia. Al mayor lvarez la institucin le importaba un carajo, y deca: Muerte a la guerrilla.

Ms tarde crecieron hasta llegar a constituir el ejrcito federado actual de 13.000 hombres, incluido en la lista de organizaciones terroristas elaborada por el Departamento de Estado de los Estados Unidos. Entre sus comandantes y patrulleros, Castao reconoce que hay menos idealistas de los que l quisiera y que la guerra y el caos general del pas es un gran negocio para muchos de ellos, como lo fue para su hermano.

A m me pueden pintar como Satans ante el mundo, pero la pregunta que tarde o temprano tendrn que poner en la balanza es: Qu genera lo que ha liderado Castao?, eso es lo importante. Slo me consuela que yo no empec esta guerra, y las Autodefensas somos hijas legtimas de las guerrillas en Colombia.

Castao desvela la participacin de civiles supuestamente respetables, que fueron en algunos momentos el cerebro gris de su organizacin armada, el dedo que sealaba los objetivos a eliminar. Habla del Grupo de los 6 que habran ordenado el asesinato de Bernardo Jaramillo al que Castao asegura que se opuso, si bien gentes cercanas a su grupo lo ejecutaron.

En cuanto al extermino de la Unin Patritica, se atribuye cincuenta crmenes de los centenares que se produjeron y el resto se los achaca a Rodrguez Gacha, el Mejicano. Y justifica los suyos por tratarse de verdaderos guerrilleros. Si bien ms de uno discutir la cifra, como si no fuese suficientemente aterradora, su confesin podra colocarle ante una Corte Penal Internacional, el anhelo de muchas de sus vctimas y de los que rechazamos de plano todos sus crmenes. Sin embargo, no creo que llegue nunca ese momento. Esas fuerzas oscuras de las que tanto se habla en este pas acabarn antes con su vida, cuando sientan que no lo necesitan ms.

Dentro de las AUC Castao admite que hay 300 ex militares y 600 ex guerrilleros, tanto del EPL como de las Farc y del ELN. La incorporacin de los antiguos rebeldes a las filas de sus verdugos es una de las razones que explican la falta de lgica de una guerra que Castao reconoce que slo sobrevive por los ingresos del narcotrfico y los intereses particulares de diversos colectivos.

En el captulo dedicado a las conversaciones secretas entre Castao y sus representantes con el gobierno de Andrs Pastrana, lo ms revelador es la falta de visin que tiene la presente administracin sobre el proceso de paz, su desconocimiento absoluto del personaje tanto como de la realidad social del Sur de Bolvar. No creo que ningn lector levante las cejas de asombro por la improvisacin que reflejan las negociaciones y tal vez por ello resultan tan crebles. Incluso la entrada en accin de paracaidistas como Abel Matutes, ex comisario europeo y ex ministro de Exteriores espaol, as como del ex presidente Felipe Gonzlez, ambos desconocedores del terreno que tendran que pisar, dan credibilidad a la versin presentada de los hechos.

El libro tambin hace revelaciones sorprendentes sobre los Pepes, la colaboracin de Castao con el DAS en la captura de Pablo Escobar y en la desactivacin de varios carros-bomba, La Terraza, la guerra en Urab, la lucha urbana contra la guerrilla, la confrontacin armada con el ELN, el entrenamiento militar de Castao en Israel, la nueva estructura de las AUC, Salvatore Mancuso, su probable sucesor, su matrimonio con la hija de 18 aos de un ganadero, sus asesores polticos, su relacin con los carteles de la droga

En resumen, es un libro que generar polmica. Ser debatida la conveniencia misma de su existencia, la imparcialidad del periodista, de la que yo no dudo en absoluto; la sinceridad del personaje asumiendo crmenes terribles, algo que nadie antes haba hecho. Tambin se discutir la necesidad de que aparezcan documentos periodsticos con verdades parciales sobre los que se pueda ms adelante investigar y, por encima de todo, la veracidad de los hechos que en l se relatan.

El texto, por otra parte, ayuda a predecir unos prximos meses caracterizados por un recrudecimiento del conflicto armado que asolar ms, si cabe, al pas.

En todo caso, para construir algn futuro en Colombia habr que conocer bien el pasado y las causas que han conducido a la tragedia actual. Pienso que esta Confesin, para bien o para mal, contribuyen de alguna manera a ese propsito. Al menos, servirn para que los gobiernos ineptos no sigan dando palos de ciego en la lucha contra los grupos armados, y para que quienes defienden y apoyan a alguna de las dos trincheras, reflexionen sobre la espiral de destruccin y muerte que su frivolidad, irresponsabilidad y falta de escrpulos ha causado.

De esta guerra sucia, injustificable, son responsables muchos ms colombianos que los 25.000 combatientes ilegales que la libran. Carlos Castao puede ser Satans, pero con otro Estado y otros dirigentes, con una sociedad justa de slidos valores, sin una guerrilla que hace aos dej de ser revolucionaria, y sin una legin de verdugos a la sombra peores que l, jams hubiera llegado a formar las AUC con la fuerza y el poder que tienen en la actualidad.

I. LA EXHUMACIN

Slo cinco personas haban visto el cadver y conservar en secreto su muerte era la mejor estrategia de guerra. Carlos Castao saba que el misterio convierte a los guerreros en mitos que se alimentan de la incredulidad de los hombres. As, durante tiempos impredecibles, prolongan sus vidas despus de la muerte. Tal sera el destino de su hermano, cuando lo alcanz un disparo de fusil, destrozndole el corazn, el seis de enero de 1994. Cuatro meses ms tarde, Carlos Castao conduca su campero Hammer hacia el parchecito, un lugar en la orilla del ro Sin, predios de la finca las Tangas, donde estaba la tumba de su hermano del alma y de sangre, Fidel Castao. El secreto de su muerte continuaba oculto y a pesar de los rumores, para la tropa, el pas y sus enemigos, el hombre al que apodaban Rambo segua vivo, y nadie se atreva a asegurar lo contrario, as no lo hubieran vuelto a ver.

Aquella noche en Crdoba, el verano haba pasado y una lluvia bblica arreciaba. El cauce sinuoso del ro y la fuerza muda de su corriente, delataban sus deseos de llevarse el cadver, al anegar poco a poco el claro de tierra donde, sin cruz, yaca sepultado.