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Él la abrazó contra sí, absorbiendo la sensación de tenerla entre sus brazos. Pero lentamente recordó en dónde estaban y levantó la vista. Melody sonreía con autosuficiencia, aunque el novio y el pastor estaban lejos de parecer contentos. Echando un vistazo al resto de su audiencia, vio una mezcla de diversión, aprobación y grata excitación.

Por una vez, no le importó si era el blanco del chismorreo del pueblo. Y luego su mirada recayó sobre el padre de Laura, que tenía el brazo alrededor de los hombros de la señorita Miller. El doctor Morgan le dirigió un movimiento de la cabeza en señal de aprobación. Ningún elogio ni gesto de aceptación había valido tanto en su vida.

– Disculpen -dijo el pastor, carraspeando-, pero si no les importa, estábamos en medio de una boda.

– Oh, sí -dijo Brent, sorprendido de que ya no sentía el más mínimo pudor-. Por favor, continúe.

– Pues, gracias -el ministro inclinó la cabeza socarronamente. A Brent no le importó. Laura estaba apoyada contra él con su brazo alrededor de su cintura como si no lo fuera a soltar nunca. Mientras la ceremonia continuaba, casi sintió como si fueran ellos quienes eran declarados marido y mujer.

Entonces tal vez fuera natural que, mientras salían de la iglesia a la zaga de la pareja recién casada, tomara a Laura en sus brazos y la besara allí sobre los escalones.

Cuando terminó el beso, los invitados al casamiento vitorearon a los novios. Él les dirigió una sonrisa antes de volverse hacia su futura esposa:

– Y, chiquita, ¿esto es lo que imaginabas cuando me invitaste a casa para ser tu soltero en el juego de las citas?

– Tal vez -se rió ella. La luz del sol bailaba en sus ojos y en su cabello mientras apoyaba una mano sobre su mejilla-. Siempre pensé que un juego que vale la pena jugarse, vale la pena jugarse por siempre.

Por siempre. Brent decidió que le gustaba el sonido de esas palabras, al tiempo que sus labios descendían sobre los de Laura, pues definitivamente pensaba conservar a Laura. Para siempre.

Agradecimientos

Un especial agradecimiento al presentador de noticias de Austin, Larry Brill, así como a los periodistas Anne Wentworth y Linda Zimmerhanzel, por contestar mis cientos de preguntas acerca de lo que ocurre detrás de escena. Ahora espero haber entendido sus claras explicaciones.

Para Heda Christ, mi enorme agradecimiento por llevarme por todo Houston en búsqueda del barrio, casas y restaurantes perfectos, y por mostrarme cómo manejar mi propia cámara fotográfica.

Y, por supuesto, gracias a mi amiga la autora Cynthia Sterling por… todo.

JULIE ORTOLON

De tradicional familia texana, Julie Ortolon se inspira en su tierra natal tanto para crear sus historias como sus pinturas al pastel, las cuales se pueden encontrar en varias galerías de arte de los Estados Unidos. Es autora de varias novelas, entre las que se destacan Unforgetable, Falling For You, Lead me On, Don 't Tempt Me y la trilogía Almost Perfect, Just Perfect y Too Perfect. Julie vive con su marido en las costas del lago Travis, cerca de Austin, Texas.

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