Observé, sonriendo, que, en cuanto al segundo, habíamos podido comprobar personalmente el verdadero fundamento de las observaciones referidas.
—Sí, lo que el honrado marino tiene en el corazón lo tiene también en la boca. En cuanto a Vyse, supongamos que también tiene razón mistress Croft en lo que nos ha dicho de él. Ahora bien: si el abogado viera que su prima prefiriese a otro hombre antes que a él, ¿lo tomaría realmente tan a pecho como para matarla, a fin de que no fuese del rival?
—La hipótesis es melodramática —respondí dudando.
—Y, además, poco conforme con el carácter inglés... ¿No es eso lo que quiere usted decir? Así lo reconozco yo también. Pero tampoco faltan entre los ingleses individuos profundamente pasionales y Charles podría ser uno de ellos. Se comprende que reprime sus propios sentimientos, que los esconde... Y las reacciones más violentas vienen con frecuencia de personas de su temperamento. De Challenger no puede sospecharse que intente matar por causas emocionales; no es individuo propio para ello. El cambio, el abogado... podría ser... Pero no me satisface la hipótesis. Otro motivo de crimen pasionaclass="underline" los celos. Los considero aparte, porque los celos pueden no estar ligados a una emoción sexual, pueden derivar de una envidia de posesión o de supremacía. Tal es el sentimiento que mueve al Yago de nuestro gran Shakespeare. Desde el punto de vista profesional, su delito está maravillosamente ideado.
¡Oír en boca de Hércules elogios de Yago! La cosa me extrañó aun en medio de la grave discusión.
—¿Y por qué le parece ahora admirable el delito de Yago?
—Pues porque se lo hace cometer a otro. ¿Puede usted figurarse la profundidad de la astucia de un delincuente a quien la Justicia tiene que dejar en libertad por no resultar ninguna prueba contra él? Pero dejémosle y volvamos al asunto que nos interesa. ¿Se puede achacar a una u otra forma de celos el móvil del asesinato? ¿Quién tiene motivos para envidiar a miss Esa? La única que está cerca de ella es mistress Rice, y por lo que se puede comprender, no existe ninguna rivalidad entre ella... Siempre venimos a parar a lo mismo. Viene, por último, el miedo. Podría ser que miss Esa conociese algún secreto comprometedor. ¿Sabe quizá algo que, divulgado, ocasionaría la ruina de alguien? Sin temor de equivocarnos, casi podemos asegurar que si es así, ella lo ignora por completo. Sin embargo, la cosa no es imposible, y complicaría bastante la situación. Puesto que, aunque miss Esa tenga en sus manos la clave del misterio, no sabe que la tiene y, por tanto, no puede suministrarnos ninguna indicación útil.
—¿Le parece a usted realmente posible semejante cosa?
—Es una hipótesis a la cual me veo obligado, en la dificultad de encontrar algún otro indicio razonable por otra parte. Cuando se han tenido que descartar todas las demás explicaciones, se adhiere uno a la única que queda.
Se interrumpió, callando un buen rato. Saliendo por último de la meditación en que estaba absorto, se acercó un pliego de papel y empezó a escribir.
Movido de curiosidad, le pregunté qué escribía.
—Estoy formando una lista —respondió—. Una lista de las personas que rodean a miss Buckleys. Si mi hipótesis es correcta, aquí ha de encontrarse, entre los demás, el nombre del asesino.
Siguió escribiendo unos veinte minutos. Luego, me acercó el papel a través de la mesa.
—Aquí está. Mire si falta alguno.
Y he aquí la copia textual del documento:
A) Helen.
B) El marido, jardinero.
C) Su hijo.
D) Míster Croft.
E) Mistress Croft.
F) Mistress Rice.
G) Míster Lazarus.
H) Comandante Challenger.
I) Míster Charles Vyse.
J) ?
OBSERVACIONES:
A) Helen. Circunstancias sospechosas: su actitud y sus palabras al tener noticias de lo sucedido. Máxima oportunidad de preparar los peligrosos incidentes. Gran probabilidad de que haya estropeado el automóvil. Mentalidad obtusa y probablemente incapaz de combinar ningún delito.
Móvil
.— Ninguno. A lo más puede suponerse un odio derivado de causas desconocidas.
Nota
.— Informarse mejor de su pasado y de sus relaciones con E. B.
B) El marido. Lo mismo que la anterior. Podría ser que él hubiera estropeado el freno.
Nota
.— Hay que interrogarle.
C) Su hijo. Despreciable.
Nota
.— Interrogarle; podría dar datos útiles.
D) Míster Croft. Única circunstancia sospechosa: el hecho de haberle encontrado por la escalera subiendo al piso donde está el dormitorio. La rápida explicación que dio puede ser verdadera, pero podría también no serlo. Antecedentes desconocidos.
Móvil
.— Ninguno.
E) Mistress Croft. Circunstancias sospechosas: ninguna.
Móvil
.— Ninguno.
F) Mistress Rice. Circunstancias sospechosas: las mayores oportunidades. Ha enviado a E. B. por su abrigo. Además ha querido crear la impresión de que E. B. sea una embustera, muy capaz de inventar los peligros de que se ha librado. No estaba en Tavistock cuando ocurrieron los peligrosos accidentes. ¿Dónde se hallaba?
Móvil
.— Lucro. Bastante débil. ¿Celos? Es posible, pero no seguro.
Nota
.— Hablar de ella a E. B. Tal vez nos dé alguna indicación. ¿Habrá conexión con el matrimonio de F. R.?
G) Míster Lazarus. Circunstancias sospechosas: diversas oportunidades. Además ha afirmado el magnífico estado de los frenos del auto. Puede haber estado en las cercanías antes del viernes.
Móvil
.— Ninguno, a no ser la idea de lucrarse con el cuadro. ¿Miedo? Improbable.
Nota
.— Averiguar dónde se hallaba J. L. antes de llegar a Saint Loo. Enterarse de la situación financiera de la casa Aronne Lazarus e Hijo.
H) Challenger. Circunstancias sospechosas: ninguna. Se hallaba en los alrededores durante toda la semana pasada; por tanto, hay oportunidades respecto de los «casos». Llegó media hora después de cometido el delito.
Móvil
. — Ninguno.
I) Míster Vyse. Circunstancias sospechosas: ausente del bufete en el momento del «caso» en el jardín del Majestic. Buenas oportunidades. Afirmaciones de dudosa sinceridad respecto a la venta eventual de La Escollera. De temperamento concentrado. Probablemente enterado de la existencia de la pistola Mauser.
Móvil
.— ¿Lucro? Débil. ¿Amor u odio? Posible, dado el temperamento del hombre. ¿Miedo? Improbable.
Nota
— Indagar respecto del prestador y de la situación económica de C. V.
J) Podría existir un J. Un desconocido. Mas no extraño a algunos de los antes citados. Si existe, se halla probablemente en relaciones con A. D. y con E. o F. Su existencia explicaría:
a)
falta de sorpresa en la criada y su satisfacción (pero ésta puede depender de la excitación apacible que la gente de su clase social experimenta siempre al anuncio de un delito);
b)
razón por la cual Croft y su mujer han venido a habitar la casita;
c)
el posible temor de F. R. ante la revelación de un secreto suyo, o de sus posibles celos.