fieles a nuestros nombreshay que soñar hacia atrás, hacia la fuente, hay que remar siglos arriba,más allá de la infancia, más allá del comienzo, más allá de lasaguas del bautismo,echar abajo las paredes entre el hombre y el hombre, juntarde nuevo lo que fue separado,vida y muerte no son mundos contrarios, somos un solo tallocon dos flores gemelas,hay que desenterrar la palabra perdida, soñar hacia dentro ytambién hacia afuera,descifrar el tatuaje de la noche y mirar cara a cara al mediodíay arrancarle su máscara,bañarse en luz solar y comer los frutos nocturnos, deletrear laescritura del astro y la del río,recordar lo que dicen la sangre y la marea, la tierra y elcuerpo, volver al punto de partida,ni adentro ni afuera, ni arriba ni abajo, al cruce de caminos,adonde empiezan los caminos,porque la luz canta con un rumor de agua, con un rumor defollaje canta el aguay el alba está cargada de frutos, el día y la noche reconciliadosfluyen como un río manso,el día y la noche se acarician largamente como un hombre yuna mujer enamorados,como un solo río interminable bajo arcos de siglos fluyen lasestaciones y los hombres,hacia allá, al centro vivo del origen, más allá de fin y comienzo.