Pero, en la costa desierta del océano se erguía una inmensa roca de granito, tan vieja como el mundo. Mogo vió que la roca lo desafiaba, y desencadenó una tempestad como nunca antes viera el mundo. Las olas, enormes y furiosas, golpeaban contra la roca, tratando de arrancarla del suelo y arrojarla al fondo del mar.
Pero, firme e impasible, la roca continuaba en su sitio.
– ¡Ángel! -sollozaba Mogo -¡la roca es más fuerte que la nube! ¡Mi destino es ser una roca!
Y Mogo se transformó en roca.
– ¿Quién podrá vencerme ahora? -se preguntaba a sí mismo. -¡Soy lo más poderoso del mundo!
Y así pasaron varios años, hasta que, una mañana, Mogo sintió una puntada aguda en sus entrañas de piedra, seguida de un dolor profundo, como si una parte de su cuerpo de granito estuviera siendo lascerado. Luego vinieron unos golpes sordos, insistentes, y nuevamente un dolor gigantesco.
Loco de espanto gritó:
– ¡Ángel, alguien está queriendo matarme! ¡Tiene más poder que yo! ¡Quiero ser como él!
– ¡Sélo, pues! -exclamó el ángel, llorando.
Y así fué como Mogo volvió a picar piedras.
CONVERSACIONES Y LUCHAS CON DIOS
En uno de mis libros, "La quinta montaña", el personaje principal se rebela contra los designios de Dios, y ya no quiere escucharlo. Me inspiré en un pasaje bíblico, en el cual Jacob lucha con Dios adentro de una tienda, y sólo lo deja partir después que Él lo bendice.