Todos nuestros estudiantes veteranos saben que tal situación aparece cuando uno se cultiva en Falun Dafa. En distintos niveles se manifiestan diferentes estados. Algún estudiante tiene el deseo más fuerte; su corazón de comer carne es muy intenso y normalmente come mucha carne. Cuando otros sienten rechazo al olor de la carne, él no lo siente así y todavía puede comerla. A fin de descartar este apego suyo, ¿qué se debe hacer? Cuando coma carne, a tal persona entonces le dolerá el estómago; si no la come, no habrá dolor. Cuando se manifiesta esta situación, es porque ya no debe comer más carne. ¿Significa esto que de ahora en adelante ya no habrá en nuestra vía más relación con la carne? No, no es así. ¿Cómo tratamos este asunto? El hecho de no poder comer carne tiene que provenir verdaderamente desde lo profundo de tu corazón. ¿Cuál es el propósito? La cultivación en los templos que te obliga a dejar de comer carne y el estado de no poder comer carne manifestado en nuestra práctica, todos tienen el objetivo de eliminar esta clase de deseo y corazón de apego del hombre.
Cuando levantan sus tazones de arroz, si no hay carne en sus platos, algunos simplemente no pueden tragar la comida. Ése es el deseo de una persona común. Una mañana, mientras pasaba por la puerta trasera del Parque del Triunfo en la ciudad de Changchun, salían por ésta tres personas, hablando y gritando fuertemente. Una de ellas decía: «¿Qué clase de práctica de gong es ésa que prohíbe a sus practicantes comer carne? ¡Aunque perdiese diez años de mi vida, no dejaría de comer carne!». ¡Qué fuerte es tal deseo! Piensen todos en esto: ¿no debería ser descartado este deseo? Definitivamente sí. Durante el curso de la cultivación, uno debe abandonar precisamente toda variedad de deseos y corazones de apego. A decir verdad, si el deseo de comer carne no se elimina, ¿acaso no significa que este corazón de apego no ha sido descartado? ¿Cómo puede así llegarse a la perfección en la cultivación? Por tanto, siempre que sea un apego, debe ser eliminado. Sin embargo, esto no quiere decir que uno deba abstenerse de comer carne desde ahora y para siempre. El propósito en sí mismo, no es dejar de comer carne; el propósito es abandonar esta clase de apego tuyo. Si durante el período en que no puedes comer carne puedes eliminar este apego, más tarde quizás encontrarás que la carne ya no te parece tan desagradable, no sentirás el olor de su sangre y nuevamente podrás comerla. Para entonces, comerla, ya no importará.
Cuando puedas comer carne otra vez, ya no tendrás el apego ni el deseo por la carne, sino que habrá un gran cambio: al comerla de nuevo, no sientes más el buen sabor. Si es preparada en casa, la comes con tu familia y cuando no es preparada, no la extrañas, pues ya no encuentras tan delicioso su sabor; ocurrirá tal situación. No obstante, la cultivación entre la gente común es muy complicada. Si tu familia cocina siempre carne, con el tiempo la volverás a sentir sabrosa. Más tarde, tal recaída ocurrirá en reiteradas ocasiones en todo el transcurso de tu cultivación. De repente, otra vez no podrás comerla. No la comas cuando no puedas; realmente no podrás comerla, porque si la comes, vomitarás. Cómela cuando sí puedas, sigue el curso natural. Comer o no comer carne no es el propósito en sí; el punto clave está en eliminar el corazón de apego.
En nuestra vía de Falun Dafa se puede avanzar comparativamente rápido. Una vez que eleves tu xinxing, cada nivel será sobrepasado con rapidez. Hay personas que originalmente nunca han tenido mucho apego a la carne y no les importa comerla o no. Les lleva una o dos semanas moler ese corazón hasta que desaparezca. Para lograrlo, algunas personas necesitan de uno, dos o tres meses, hasta quizás medio año. Excepto en casos extremadamente especiales, el poder comer carne nuevamente no te llevará más de un año. Esto se debe a que la carne se ha convertido en parte principal de la comida del hombre. No obstante, aquellos en los templos dedicados exclusivamente a la cultivación no deben comer carne.
Hablemos un poco sobre el entendimiento de la religión budista sobre comer carne. La más temprana enseñanza no prohibía comer carne. Cuando Sakya Muni dirigió a sus discípulos al bosque para cultivarse en penosas circunstancias, no existía este precepto que prohíbe comer carne. ¿Por qué no? Porque cuando Sakya Muni transmitía sus Fa, hace más de dos mil quinientos años, la sociedad humana estaba muy atrasada. Sólo algunas regiones tenían agricultura. La tierra cultivable era muy limitada, ya que los bosques cubrían la tierra por todos lados y había escasez de granos. La gente recién surgida de las entrañas de la sociedad primitiva vivía principalmente de la caza y en muchas regiones se alimentaba principalmente de carne. A fin de abandonar al máximo los corazones de apego humanos, Sakya Muni no permitía que sus discípulos entraran en contacto con ninguna riqueza o posesión material. Los llevaba con él a pedir comida y limosna y comían cualquier cosa que les dieran. Siendo cultivadores, no podían andar eligiendo la comida y entre la que recibían, probablemente había carne.
Sin embargo, la enseñanza original tenía la prohibición de hun. Proviene precisamente de ese entonces, pero ahora se le dice hun a la carne. En realidad, en aquel entonces hun no se refería a la carne, sino a la cebolla de verdeo, al jengibre, al ajo, etcétera. ¿Por qué se consideraban hun a éstos? Hoy en día, incluso hay monjes que no pueden explicarlo claramente, pues muchos de ellos no se cultivan genuinamente así que no comprenden muchas cosas. Sakya Muni enseñó: jie, ding y hui. Jie significa el abandono de todos los deseos de la gente común. Ding significa cultivarse con las piernas cruzadas en un estado de concentración total. Cualquier cosa que se interponía con el estado de ding y la cultivación, era considerada una grave interferencia. Cuando uno come cebolla de verdeo, jengibre o ajo, emite un olor fuerte. En aquel entonces, los monjes usualmente meditaban en bosques o cuevas; se sentaban siete u ocho de ellos con las piernas cruzadas y formaban muchos círculos. Si alguno comía esas cosas, tendría un olor muy fuerte y penetrante, que afectaría la meditación de los demás y la capacidad para entrar en ding, perturbando seriamente la práctica de gong. Por consiguiente, estaba este precepto que prohibía comer estas cosas consideradas hun. A muchas vidas físicas que desarrolla el cuerpo humano en la cultivación, les molestan esos olores turbios. La cebolla de verdeo, el jengibre y el ajo pueden también estimular los deseos humanos y comer muchos de ellos puede crear una adicción; así que éstos eran considerados hun.
En el pasado, cuando muchos monjes se cultivaban en niveles altos, al tener el gong abierto o semiabierto, también se dieron cuenta de que estos preceptos no eran realmente fundamentales para el curso de la cultivación. Si el corazón de apego es descartado, estas materias no pueden por sí mismas ejercer ningún efecto. Aquello que verdaderamente interfiere en uno, es precisamente este corazón. Por eso, a lo largo de la historia, los monjes elevados también han comprendido que comer carne no es el problema clave. El punto clave está en poder o no eliminar ese corazón. Sin el apego, uno puede comer cualquier cosa para llenar el estómago. Como los monjes en los templos se cultivan de esta manera, mucha gente está acostumbrada a que los monjes no comen carne. Además, la prohibición de comer carne ya dejó de ser un simple precepto y se ha convertido en reglamento oficial y norma de los templos. Por eso, comer carne ha quedado absolutamente prohibido y por eso los monjes acostumbran cultivarse de este modo. Hablemos sobre el monje Jigong, famoso por ser mencionado en las obras literarias. Los monjes debían abstenerse de la carne, pero él la comía, convirtiéndose en consecuencia en una figura muy llamativa. En realidad, cuando Jigong fue expulsado del Templo Lingyin, la comida se convirtió naturalmente en un problema principal para él, y su vida hasta corrió peligro. Para llenar su estómago, tomaba cualquier cosa que encontrase, sin apego a ninguna comida en particular. No le importaba nada, porque ya se había cultivado al nivel en que comprendía este principio. En realidad, Jigong comió carne sólo en una o dos ocasiones. Los escritores se entusiasman tan pronto escuchan sobre un monje que come carne. Cuanto más asombroso es un tema, tanto más interés tiene la gente por leerlo. Dado que las obras literarias se basan en la vida y van más allá de la vida, los escritores hicieron que Jigong se hiciese conocido por ser el monje que comía carne. En realidad, si uno puede descartar realmente el apego, no importa qué coma uno con tal de llenar el estómago.