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¿Herido? ¿Qué puede…? ¿Cómo se puede herir un behemotauro?

Es muy poco habitual. Deberíamos regresar al Yoleus.

Podríamos acercarnos a echar un vistazo dijo Uagen. En realidad, no estaba seguro de querer hacerlo, pero sintió que debía decirlo. Al fin y al cabo, se trataba de algo interesante. Por otro lado, también resultaba un poco inquietante. Como bien había dicho Praf 974, habían perdido el contacto visual con Yoleus. Encontrarlo de nuevo no debía entrañar mucha dificultad; el behemotauro no se movía a gran velocidad, y solo con ascender en línea recta probablemente llegarían bajo la criatura. Pero, bueno, aún así…

¿Y si Muetenive decidía emprender una fuga precipitada de la burbuja de convección en ese momento, en lugar de hacerlo al cabo de uno o dos días? En ese caso, él y Praf 974 podían perderse y quedarse a la deriva. Yoleus podía no darse cuenta de su ausencia. Y si se había percatado de que ya no estaban en su interior, y si se veía impulsado por un repentinamente fogoso Muetenive, posiblemente enviaría a un par de aves exploradoras, para protegerlos y escoltarlos de vuelta. Pero no existía garantía alguna de que supiera que él y Praf 974 no se encontraban a salvo entre su follaje.

Uagen miró a su alrededor, en busca de falfícoras. Ni siquiera iba armado; cuando rechazó cualquier clase de dispositivos de escolta, la universidad insistió en que, al menos, llevase una pistola encima, pero él ni se había molestado en sacarla de su caja.

Deberíamos regresar al Yoleus. —La intérprete hablaba a gran velocidad, que era lo más parecido a mostrar nervios o inquietud. Probablemente, Praf 974 nunca se había encontrado en la situación de no poder ver la inmensa criatura que era su hogar, su anfitriona, su líder, su madre. Debía de tener miedo, si es que aquellas criaturas podían sentirlo.

Uagen tenía miedo, él sí podía reconocerlo. No demasiado, pero sí lo suficiente como para esperar que Praf 974 rechazase acompañarlo a explorar aquella extraña silueta, para lo que debían descender un gran trecho. Ni siquiera quería calcular cuántos kilómetros.

Deberíamos regresar al Yoleus —repitió ella.

¿De verdad lo crees?

Sí. Deberíamos regresar al Yoleus.

Supongo que tienes razón. De acuerdo. Uagen suspiró. Discreción, y todo eso. Mejor que sea Yoleus quien decida qué hacer.

Deberíamos regresar al Yoleus.

Que sí, que sí. Uagen utilizó los controles de su muñeca para activar la capa plegada. Esta se abrió, formó una especie de esfera y, lentamente, empezó a expandirse.

Deberíamos regresar al Yoleus.

En eso estamos, Praf. Ahora nos vamos. Sintió que empezaba a elevarse y que un suave impulso en sus hombros lo levantaba para adoptar una posición horizontal.

Deberíamos regresar al Yoleus.

Praf, por favor. Eso es precisamente lo que estamos haciendo. Deja de…

Deberíamos regresar al Yoleus.

¡Que te he dicho que ya vamos! Uagen redujo la potencia de los motores de los brazaletes, y la capa hinchada, como una esfera negra perfecta, floreciendo por detrás de su cabeza, levantó con suavidad todo su peso y lo alzó hacia arriba.

Deberíamos…

—¡Praf!

Las cuchillas propulsoras se escondieron de nuevo en los brazaletes. Al fin, Uagen flotaba en línea ascendente. Praf 974 batió sus alas con algo más de fuerza para situarse a su altura. Miró la enorme esfera negra que formaba la capa.

Otra cosa dijo.

Uagen estaba mirando hacia abajo, entre sus botas. Aquella gigantesca silueta empezaba a desaparecer entre la bruma. Clavó los ojos en la intérprete y le preguntó:

¿Qué?

Al Yoleus le gustaría saber más sobre los vacíos dirigibles de tu Cultura.

Uagen miró el globo negro sobre su cabeza. La capa producía la elevación comprimiéndose en forma de balón y luego expandiendo su superficie, creando un vacío en el interior. Y ese vacío era el que le elevaba, desde los hombros, hacia el cielo.

¿Cómo? ¡Ah, bueno! Ojalá no hubiera mencionado aquello. Y ojalá hubiera traído consigo una bibliografía técnica más completa de la Cultura. En realidad, no soy ningún experto en la materia. Fui un mero turista sobre ellos, en alguna ocasión, en mi orbital natal.

Mencionaste algo sobre las bombas de vacío. ¿Cómo se consiguen? Parecía que a Praf 974 le costaba un considerable esfuerzo físico mantenerse a su nivel. Batía las alas con toda la fuerza con que la densa atmósfera le permitía hacerlo.

Uagen reajustó las dimensiones de la capa. Su ritmo de ascenso se redujo.

¡Ah! Según tengo entendido, se crea el vacío en esferas.

Esferas.

Esferas de armazón muy fino. Se mantienen los espacios entre las esferas llenas de… esto… bien; helio o hidrógeno, creo, en función de la inclinación. Aunque no creo que se consiga una elevación mucho mayor comparando solo el uso de hidrógeno y helio, sino el de un tanto por ciento reducido. Una de esas cosas que se suelen hacer porque pueden ser, en lugar de porque deben ser.

Ajá..

Entonces se pueden bombear. Las esferas y el gas.

Ajá. ¿Y cómo se realiza ese bombeo?

—Mmm… —Uagen volvió a dirigir la mirada hacia abajo, pero la inmensa silueta sombría ya había desaparecido.

5

UN SISTEMA MUY ATRACTIVO

(Grabando).

Es una excelente simulación.

No es ninguna simulación.

Sí, claro. Sí que lo es, ¿no?

¡Empuja! ¡Empuja!

¡Ya empujo! ¡Ya empujo!

¡Pues empuja con más fuerza!

No crees que esto sea una puta simulación, ¿verdad?

No. Una puta simulación, no.

Mira, no sé de qué va esto, pero sea lo que sea, no está bien.

¡Las llamas están ascendiendo por el mástil!

¡Pues échales agua!

Es que no llego a…

Estoy realmente impresionado.

Tienes algo, ¿no es cierto?

Debe de estar glandulando. Nadie puede ser tan estúpido.

Me alegro de haber esperado a la noche. ¿Tú no?

Absolutamente. ¡Mira el lado del día! Nunca lo había visto brillar de esa forma, ¿y tú?

No, que yo recuerde.

¡Ja! Me encanta. Es una simulación brillante.

Que no es ninguna simulación, payaso. ¿Es que no escuchas?