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"No permitiré que otros hombres disfruten de tu espalda desnuda. ¡Y se acabó! "

Belle decidió que en realidad no le molestaba su posesividad. "Bien, si te pones así… " Salió de la habitación y se dirigió a la suya, donde Mary la esperaba con otro vestido. Belle había tenido el presentimiento de que tal vez acabaría cambiándose de traje. Pero había logrado su objetivo. Había conseguido alejar la mente de John de Spencer durante unos minutos al menos.

Después de cambiarse, bajó, llegando justo cuando la puerta de la calle se abría para dejar entrar a Alex, Emma, Dunford, y Persephone. El cuarteto charlaba en voz alta.

"¿Qué hacéis aquí? " les preguntó Belle.

Emma miró hacia atrás ella para asegurarse de que la puerta de calle estaba todavía abierta y gritó, "¡VENIMOS A LLEVAROS AL BAILE! "

"¿Vosotros? "

"¡POR SUPUESTO! "

"¿Pero por qué? "

Emma vio que el mayordomo estaba a punto de cerrar la puerta. "No cierre aún," siseó, antes de girarse hacia Belle y contestar, "¡PORQUE TU NOS LO PEDISTE! "

"Oh, desde luego. Que tonta."

Lady Worth apareció e el vestíbulo. "¿Qué es todo este escándalo? "

"No tengo la menor idea," refunfuñó Persephone, lanzándole una mirada extrañada a Emma.

"¡LLEVAMOS A BELLE Y A JOHN AL BAILE!" bramó Emma.

"Bien. Me parece acertado, pero deja de gritar sobre ello."

Alex cerró rápidamente la puerta y dijo, "He estado insistiéndole en que se revise la audición. Lleva hablando así tres días."

Emma cogió a Belle para hablar aparte y le susurró, "Solamente quise dejarle saber a nuestro, er, enemigo que viajaras en nuestro carruaje esta noche."

"Eso intuí."

"No intentará nada con todos nosotros en el carruaje."

"Siempre podría talar un árbol o algo así. Entonces todos estaríamos en problemas."

"No creo. Demasiadas posibilidades de que John fuera el único que saliera ileso. Esperará hasta más tarde."

"¿Qué es lo que vosotras dos cuchicheáis?" exigió Caroline. "¿Y qué ha pasado con tu audición, Emma? Creí que sólo podías gritar. Ven aquí a la luz. Quiero examinarte los oídos yo misma. Probablemente lo único que necesitan es una buena limpieza."

Emma hizo una mueca pero permitió ser arrastrada al cuarto contiguo.

"Creo que las acompañaré," dijo Persephone. "Ha estado actuando de forma extraña toda la noche."

"Gracias," dijo Belle, tan pronto como su madre estuvo fuera del alcance del oído.

"No tiene importancia," contestó Alex, con un gesto de la mano. "Aunque ha sido malditamente difícil mantener a Persephone ajena a todo esto."

"Es muy perspicaz."

"Ya me he percatado."

"No te va a permitir enviarla de vuelta a Yorkshire después de haberse divertido tanto en Londres."

Alex se encogió de hombros antes de centrarse en asuntos más apremiantes. "¿Dónde está tu marido? "

"Arriba, frunciendo el ceño."

"¿Problemas en el paraíso? " preguntó Dunford, con una sonrisita peculiar.

"No te atrevas a divertirte con mi desgracia, miserable."

"Deberías considerarlo un elogio. La angustia de nadie más me causa tanta diversión."

"Me emocionas, Dunford." Se volvió hacia Alex. "Está un poco irritado por tener que salir esta noche. No cree que sea seguro."

"No lo es. Pero podéis seguir aquí encerrados para siempre. El baile de los Tumbley probablemente sea la salida más segura que podemos hacer. Si Spencer intenta algo tendremos más de cien testigos. Será fácil mantenerlo a distancia."

"Traté de explicárselo, pero no escucha. Creo que está preocupado por mí."

Alex sonrió. "Los maridos siempre se preocupan por sus esposas. Esta es una lección que aprendí rápidamente. No hay nada que puedas hacer al respecto, salvo abstenerte de un comportamiento excesivamente temerario, por supuesto. Y ahora, ¿cuánto crees que tardará en bajar? No deberíamos tardar demasiado en marcharnos."

"De un momento a otro, creo."

Como si hubiera sido una señal, John apareció en lo alto de la escalera.

"Oh, bien, ya estás aquí," exclamó Belle.

"No parezcas tan condenadadamente feliz."

Belle brindó a sus acompañantes una mirada compungida para tratar de compensar la displicencia de su marido. Los dos hombres parecían cordialmente divertidos, así que Belle sacudió la cabeza y esperó a que John se les uniera. Las escaleras siempre lo hacían ir más lento. Una vez que se terminaron los escalones, sin embargo, se movió a través del vestíbulo con sorprendente rapidez.

"Ashbourne, Dunford." saludó a sus invitados con una breve inclinación.

"Pensamos que podría ser más seguro para ambos viajar con nosotros esta noche," dijo Dunford.

"Buena idea. ¿Dónde está Emma? ¿No ha venido? "

"Esta sometiéndose a una revisión de oídos," contestó Belle.

"¿Qué?"

"Es una larga historia."

"Estoy seguro," contestó John, arrastrando las palabras.

Belle le cogió la mano y le dio un firme tirón, acercándolo a ella. "Me estoy cansando de tu actitud, John."

"No esperes que sea agradable durante al menos una semana," le contestó entre dientes. "Sabes cómo me siento respecto a esto."

Belle apretó los labios en un mohín decidido y se volvió hacia Alex y Dunford. Alex contemplaba el techo y silbaba bajito. Dunford sonreía de oreja a oreja.

"Oh, callaros," exclamó finalmente.

"¡Si no he dicho nada!" La respuesta provino tanto de Dunford como de John.

“Hombres. Estoy harta de todos ustedes. ¡Emma! ¡Emma! ¡Te necesito! ¡Ya! "

Emma apareció como un rayo en el vestíbulo a una velocidad asombrosa. "¡Lo siento, tía Caroline!" gritó por encima de su hombro. "Belle me necesita." No se detuvo hasta que prácticamente estuvo encima de Belle. "Doy gracias a Dios y a ti también, Belle. Pensé que iba a matarme."

"¿Podemos irnos?" preguntó Alex, en tono afable. "¿Dónde está Persephone? "

"Decidió viajar con la tía Caroline y el tío Henry," contestó Emma, cogiéndose del brazo de su prima e ignorando por completo a los hombres. "Me vertió algo horrible en los oídos," susurró a Belle. "Me dijo que estaban mugrientos."

Belle sonrió y sacudió la cabeza. "Sólo se estaba divirtiendo a costa tuya. Odia que la gente tenga secretos con ella."

Emma permitió que Alex le ayudara a subir al carruaje. "Lady Worth conseguiría hacer llorar a Napoleón."

El comentario provocó un ruidoso gruñido de corroboración por parte de John.

Belle le lanzó una mirada irritada mientras se sentaba al lado de Emma. John se repantigó en el asiento frente a ellas, pero Belle no se dejó engañar por su indolente postura. Sabía que cada centímetro de su cuerpo estaba en alerta, listo para pasar a la acción de ser necesario. La actitud vigilante de John se transmitió a Alex y Dunford, y ellos, también, mantuvieron un ojo sobre las puertas y otro sobre las damas.

Belle evitó mirar a los hombres; la ponían nerviosa, y a pesar de la valiente fachada que había presentado ante John, se sentía un poco aprensiva con respecto a la velada. Por suerte, Emma mantuvo un flujo constante de conversación, y todos charlaban amistosamente cuando salieron hacia su destino.

"Y las náuseas han desaparecido por completo," decía Emma. "Al menos eso espero. No me he sentido enferma en una semana."

"Eso es bueno. ¿Se te nota ya?" Belle mantuvo la voz baja. La conversación no era la más adecuada para una compañía mixta.

"Un poco, pero este estilo lo esconde bastante bien. ¡Y por supuesto uno no puede adivinar nada bajo esta capa, pero…¡Qué demonios!"

El carruaje dio varios bandazos y bamboleos hacia la derecha.

John estuvo encima de Belle en segundos, moviéndose por instinto para protegerla del peligro. "¿Te has hecho daño? " le preguntó con voz urgente.

"Estoy bien. Estoy bien, sólo… ¡oh! "

Se tambalearon un poco más y luego se bambolearon hacia la izquierda.

"¿Qué demonios sucede?" exigió Alex, apartándose de su posición frente de Emma para asomarse a la ventana.