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"Por deferencia a mi marido," improvisó Belle. "Él no baila, ya sabe."

"Por supuesto, es un lisiado. A menudo lo olvido. Pero no creo que eso debiera impedirle divertirse a usted misma." Se movió e incrustó un revólver contra el estómago de John, con tal fuerza que lo dejó sin aliento.

Belle miró abajo. Su estómago dio un vuelco de terror, y por un segundo creyó que vomitaría allí mismo. El salón estaba atestado, demasiado. Nadie notaría que uno de los invitados acababa de encañonar con un arma a otro. Si gritaba, Spencer, seguramente dispararía a John antes de que alguien pudiera quitarle el arma. "Me… me encantaría bailar con usted, señor Spencer," susurró.

"No, Belle." dijo John, con voz profunda.

"Mi marido," trató de bromear. "Es muy celoso. No le gusta verme bailar con otros hombres."

"Estoy seguro de que esta vez no le importará." Spencer retiró el arma, tomó la mano de Belle, y la condujo a la pista de baile. John se quedó inmóvil en el sitio, apenas comenzando a recuperar el aliento. Sus manos estaban apretadas en dos puños, pero no sentía como las uñas se le clavaban en las palmas. Toda su atención, toda su energía, su misma alma, estaban enfocadas sobre las dos cabezas rubias que se deslizaban por la pista de baile. Spencer no le haría daño, de eso estaba seguro. Al menos, no en medio de un salón atestado. Si algo le pasara a Belle delante de tantos testigos, Spencer nunca tendría la oportunidad de eliminar a su verdadero objetivo. Y John sabía que Spencer lo quería muerto.

"¿Qué ha pasado? ¿Por qué esta Belle bailando con él? "

John se dio la vuelta y vio a Emma, su rostro estaba contraído por el miedo y la preocupación. "Me apuntó con un arma, y le pidió a Belle un baile."

"¿Lo vio alguien? " preguntó Alex.

John negó con la cabeza.

"Maldición. Sería mejor si tuviéramos a un testigo ajeno a la familia." Alex agarró la mano de Emma. "Vamos, querida, bailemos nosotros también." A gran velocidad y con poca elegancia, el duque y la duquesa de Ashbourne se apresuraron hacia la pista de baile.

* * *

"¿Qué quiere? " susurró Belle, mientras sus pies dibujaban automáticamente los pasos del vals.

Spencer le dirigió una amplia sonrisa. "¿Por qué no tan solo el placer de su compañía, señora?. ¿Le resulta tan increíble de creer? "

"Sí."

"Quizás sólo quería conocerla. Después de todo, nuestras vidas se han, vamos a decir, entrelazado."

Belle sintió como la furia crecía en su interior, desbancando al miedo. "Le estaría muy agradecida si las desentrelazara."

"Oh, eso planeo, no tema. Esta misma noche, si todo va bien."

Belle le pisó un pie e inmediatamente se disculpó con amabilidad. Vio a Alex y Emma, que bailaban justo detrás de Spencer, y ella exhaló despacio, sintiéndose tranquilizada por su presencia.

"Pero debo confesar," prosiguió Spencer, "que me divierte enormemente la expresión en el rostro de su marido. No creo que disfrute viéndola en mis brazos."

"Supongo que no." Belle volvió a darle un pisotón, esta vez lo bastante fuerte como para que Spencer esbozara una mueca de dolor.

"Parece una muchacha bastante agradable," dijo él, ignorando de nuevo su error en el paso de baile. "Lamento incomodarla matando a su marido, pero no hay nada que pueda hacer al respecto."

Santo Dios, pensó Belle, el hombre estaba completamente loco. No se le ocurría nada que decir, así que volvió a estampar su pie sobre el de él, esta vez con todas sus fuerzas.

"Veo que las historias sobre su finura han sido enormemente exageradas," pudo decir Spencer finalmente como respuesta.

Belle le sonrió dulcemente. "No debería creer todo lo que la alta sociedad le cuente. Oh vaya, ¿ya ha parado la música? Debo marcharme."

"No tan rápida." Le sujetó el brazo. "Me temo que no puedo dejarla ir aún."

"Pero el baile ha acabado, señor. Lo apropiado dictamina que… "

"¡Cállese!" se hartó Spencer. "Voy a usarla para atraer a su marido a una habitación contigua. No me es posible matarlo en un salón de baile lleno de gente. No podría escapar."

"Si lo mata, no conseguirá salir impune," siseó Belle. "Demasiadas personas saben que lo quiere muerto. Lo detendrían en cuestión de segundos. Y si no lo cogen, no podrá volver a poner jamás un pie en Inglaterra otra vez."

"Hembra estúpida. ¿Piensa realmente que creo que puedo pegarle un tiro a un noble y esperar vivir libre y sin complicaciones? He estado en el exilio durante cinco años. Estoy acostumbrado a ello. Retomar mi lugar en la sociedad sería agradable, pero prefiero obtener mi venganza. Ahora venga conmigo." Tiró brutalmente de su brazo, arrastrándola hacia unas puertas dobles que conducían al resto de la mansión.

Belle actuó por instinto. Él no le haría daño ahora. No antes de que consiguiera a John. Se soltó de un tirón de su apretón y volvió corriendo junto a John, que ya avanzaba hacia ella. "Rápido, tenemos que huir de él. ¡Está loco!"

John la tomó de la mano y comenzó a abrirse camino por entre la muchedumbre. Belle miró atrás. Spencer acortaba la distancia entre ellos. Alex y Emma le seguían los pasos, pero como pareja no podían moverse tan rápidos como él solo. "Vamos demasiado lento," dijo Belle, nerviosa. "Nos alcanzará antes de que lleguemos a la puerta."

John no contestó. Apresuró el paso, su pierna herida protestaba por la tortura.

"John, no vamos lo bastante rápidos. Tenemos que llegar allí." Belle señaló las puertas que se entreveían al otro lado del salón de baile. Entre ellos y su posibilidad de escape mediaban cientos de damas y caballeros bailando.

"¿Y cómo propones que lleguemos allí? ¿Bailando? "

Belle parpadeó. "¡Claro, sí!" Con la fuerza nacida de la furia y el terror, logró que John se detuviera, plantó su mano sobre su hombro, y comenzó a bailar el vals.

"¿Estás loca, Belle? "

"Limítate a bailar. Y condúcenos al otro extremo del salón. Estaremos allí en un periquete. Ni siquiera Spencer se atrevería a cruzar por en medio de la pista de baile."

John obligó a su pierna herida en entrar en acción y despacio comenzó a bailar, abriéndose paso a través del salón con cada giro.

En su prisa, Belle le clavó los dedos en el hombro, tratando de impulsarlo hacia delante.

"¿Me dejarás llevarte?" le siseó él, seguido de un, "Lo lamento," cuando chocaron con otra pareja.

Ella estiró el cuello. "¿Puedes verlo? "

"Trata de alcanzarnos rodeando el salón. No lo conseguirá. Un plan magnífico, mi amor, si se me permite decirlo."

"John, no somos lo suficientemente rápidos." Giraron frenéticamente, sus apresurados giros ejecutados de forma poco convencional, pero momentos más tarde, alcanzaron el otro lado del salón de baile. "¿Qué vamos a hacer ahora? " le preguntó Belle.

"Te llevaré a casa. Y después voy a informar a las autoridades. Debería haberlo hecho hace mucho, pero no creí que pudieran hacer nada ante las amenazas verbales. Pero, clavarme un arma en el estómago… eso debería mantenerlo fuera de circulación durante algún tiempo, al menos."

Ella asintió, siguiéndolo en dirección a la puerta. "Puedo ser tu testigo. Y estoy segura de que Alex, Emma y Dunford también querrán declarar." Exhaló un suspiro de alivio, feliz de que John no planeara tomarse la ley por su propia mano. Si mataba a Spencer, lo ahorcarían.

Acababan de salir al aire frío de la noche cuando Dunford de repente los llamó. "¡Esperad! " gritó, deteniéndose para recuperar el aliento. "Tiene a tu madre, Belle."

"¿Qué? " La sangre abandonó su rostro. "¿Cómo? "

"No tengo ni idea, pero lo vi salir del salón con ella hace unos momentos, y la sujetaba muy cerca de él."

"Oh, John, tenemos que hacer algo. Debe estar tan asustada."

"No creo que exista una persona más capaz que tu madre," dijo John, tratando de calmarla. "Probablemente lo tendrá desarmado, atado y listo para las autoridades en cuestión de minutos."