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– Venga ya… -susurró Kelly, aunque parecía brillar con los cumplidos. Comprobó su reloj y suspiró-. Me tengo que marchar.

– Pero si acabas de llegar.

– Le prometí a Randi que cuidaría de J.R. ¿Tiene ya nombre?

– Según dice mi hermana, «está en ello». Hasta que llegue el momento, todos seguiremos llamándole J.R. A Randi no le gusta mucho, pero no le queda más remedio.

– Aún no he tirado la toalla sobre lo de encontrar a la persona que ha estado amenazándola -dijo Kelly-. Simplemente estaré trabajando con Kurt en vez de con el sheriff.

– Lo atraparemos -prometió Matt-. Juntos, igual que lo haremos todo a partir de ahora.

– ¿Todo? -replicó ella. Sus ojos pardos relucían de aquel modo tan pícaro que a él le resultaba tan embriagador.

– Todo.

Matt lo decía en serio. Para demostrarlo, la apretó contra la pared y le dejó sentir el deseo que tenía hacia ella.

– Oh… oh…

La besó, y Kelly se deshizo por completo.

– ¿Y qué pasará cuando tengamos hijos y el niño necesite comer o cambiarse de pañal a la una de la mañana? -preguntó ella cuando Matt levantó la cabeza.

– No tengo ningún problema con eso.

– Has hablado como un hombre de verdad. ¿Y qué harás cuando tengamos que recorrer con ellos todo el condado porque tengan piano y fútbol y tú tengas que ocuparte de un caballo enfermo o de una vaca que se haya escapado por un agujero de la valla?

– Ayudarte.

– ¿Y cuando…?

– ¿Qué te parece si tú y yo dejamos de preocuparnos por lo que ocurrirá cuando tengamos hijos y nos empezamos a concentrar en hacer uno?

– ¿Ahora? -le preguntó ella mientras Matt le besaba la mejilla.

– Ahora.

– ¿Aquí?

– En cualquier parte.

Matt le rozó los labios suavemente con los suyos. Cuando se inclinó para tomarla en brazos, sintió que la hebilla que su padre le había regalado se le clavaba en los músculos del abdomen.

– En cualquier lugar, en cualquier momento, de cualquier modo… Siempre que seamos tú y yo.

– Tú lo has dicho, vaquero -susurró Kelly.

Entonces, le quitó el sombrero y, antes de colocárselo ella sobre su propia cabeza, lo besó como si no fuera a parar en toda la eternidad.

Lisa Jackson

***