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Ella no vaciló, moviéndose alrededor Esteban, agarró la muñeca de Julio. Él la hizo pivotar y la colocó detrás de él. Ella esperó que él se moviera de inmediato, pero él permaneció sentado, mirando a Esteban debajo del borde de su sombrero. Los dos hombres se observaron el uno al otro por un largo y tenso momento. ¿Estás bien, Margarita?” Julio le preguntó.

Puso sus brazos alrededor de su cintura, apoyó la cabeza en la espalda y asintió con la cabeza para que pudiera sentir el movimiento. Una vez más sintió la extraña reacción, su piel se quemaba desde el momento en que toco a Julio. Ella retiró la mejilla de su espalda, y levantó una mano hacia Esteban como si nada estuviera mal y, sin pensar, en silencio instó al caballo a que saliera de la cuadra. Julio no estaba preparado para el movimiento repentino del caballo, pero era un excelente jinete y se movió con el animal.

"La próxima vez me adviertes."

Ella apretó los brazos con más fuerza para decir que lo sentía.

Padre me envió. No le gusta que Esteban este en la propiedad. Todavía está empujando la idea de nosotros dos. Tuve un infierno de charla, Margarita, acerca de cómo estoy permitiendo que un tesoro se me escape. Él le acarició las manos con los dedos enguantados. ¿Hizo lo mismo con usted?" Había simpatía en su voz.

Ella asintió con la cabeza, una vez más contra su espalda. Aquella horrible quemadura era mucho más aguda ahora y comenzaba a extenderse por sus brazos, aunque su piel estaba cubierta con la tela de su blusa. Incómoda, aflojo su agarre, usando sus rodillas para mantenerse. La montura de Julio era tan suave que dudaba que hubiera necesitado tomar esa precaución.

Julio siempre la hacía reír. Ella lo amaba y no tenía ninguna duda de que él la quería feroz y protectoramente, tal vez aún más. Julio era uno de los mejores hombres que conocía. Pero habían sido criados desde el nacimiento junto y cada vez que alguien les sugería que se emparejaran, se reían histéricamente. Aunque recientemente, desde que Esteban había entrado en el cuadro, que Cesaro insistiera que se juntaran, se sentía incómodo.

"He tratado de explicarle, pero se preocupa mucho ahora que tu padre se ha ido. Esteban no tiene cabida en nuestro mundo".

Sacó su pluma y papel. Por suerte, el viaje fue sin problemas y se le hizo fácil escribir. Era incapaz de guardar secretos, y mucho menos uno tan grande como la familia De La Cruz y lo que son.

Si se casara fuera de la hacienda, ella tendría que irse ya que nunca sería capaz de divulgar los secretos de su familia a su esposo. Su asociación con los Cárpatos sería vigilado de cerca. Sabía que no recordaría a los hermanos De La Cruz, todos los recuerdos se eliminaría antes de salir de la propiedad.

"Él no pertenece a este mundo. ¿Por qué vino a nuestro pequeño pueblo, Margarita? Las personas que vienen aquí están desesperados por otra vida. Ellos por lo general no tienen nada. Él tiene dinero y, para mí, eso significa que se está escondiendo de algo.

Ella lo pensó por un momento y luego garabateo otro mensaje. Me preguntó si podía influir en la gente como lo hacía con los caballos. ¿Por qué iba a preguntar eso?

"No sé. No me gusta eso. Los hermanos De La Cruz pueden influir en la gente y han utilizado sus habilidades para obtener más bienes para sí mismos y para nosotros, la mayoría como sabes están aquí. Es posible que se pregunte cómo hemos sido capaces de conseguir nuestras tierras y con tales incrementos. "

Ella confiaba en el juicio de Julio, como había hecho siempre. Julio no era complicado y no tenía intereses ocultos. Si él tocaba a su ventana a mitad de la noche para ir a montar, realmente era para ir a montar. Si decía que quería mostrarle algo, siempre había algo especial-por lo general algún tipo de fauna que había visto. Más de una vez se habían colado juntos para ir a la selva para seguir a algún animal.

"Te voy a llevar de regreso a la casa una vez que lo vea salir", dijo Julio. "Tenemos todo arreglado, pero me sentiría mejor contigo adentro. Nosotros podríamos ser atacados esta noche. "

La posibilidad de que un vampiro ataque mientras Un de La Cruz este en la residencia es mucho más alta que cuando ellos se encuentran lejos.

¿Lo has visto? Julio preguntó. Tiene que ser el mayor o el ganado y los caballos no reaccionarían de esa forma. Nunca en realidad he hablado con él.

Ella no quiso mentir así que simplemente asintió con su cabeza. Julio la miró sobre su hombro y levantó las cejas. El miraba su pálido rostro constantemente. Ella no podía mirarlo a los ojos, así que dejo que su mirada se deslizara lejos.

¿Eso te da miedo?

Ella asintió con la cabeza.

Julio suspiró. ¿Vas a estar bien?

Ella presionó sus labios con fuerza y escribió una respuesta corta. Él no me notará -Espero. Ella consideraba decirle a Julio la verdad, pero él se pondría todo machista con ella e insistiría en protegerla contra la cólera de Zacarías. Tan asustada como estaba-había desobedecido una orden directa- no podía permitir que cualquier persona fuera castigada por sus pecados. Ella enfrentaría a Zacarías sola e intentaría a explicarle. Tenía afortunadamente hasta el ocaso para encontrar las palabras correctas y ella lo escribiría todo. No esperaba que el Cárpato entendiera-ella no se entendía a sí misma-pero haría todo lo posible por dejarlo ver que no había tenido la intención de retarlo.

Ella asintió con la cabeza y Julio volvió su atención al caballo al atravesar los patios, poniendo su caballo en varios pasos diferentes, mostrando que podía controlar su caballo con las manos y las rodillas. Echaba de menos a reír. Ella abrió la boca, pero ningún sonido salió y tomó un poco de la alegría que deseaba compartir con Julio.

Sólo cuando el vehículo de Esteban desapareció en el camino Julio la llevó de vuelta a la casa. Extendió el brazo para que ella pudiera desmontar más fácil, pero retuvo la posesión de su mano cuando fue a darse la vuelta. La misma sensación de ardor se deslizó por su brazo. Alzó la vista hacia el chico-no, al hombre que había sido su confidente y compañero desde que nació. Él la miró fijamente, directo a sus ojos.

¿Qué está mal, pequeña hermana? Te conozco demasiado bien para que puedas fingir conmigo. ¿Esteban hizo algo que te asustó? ¿O se trata de De La Cruz?

Tragó saliva. Ella amaba a Julio. Se negaba a mentirle abiertamente. Sacudió la cabeza lentamente, mientras trataba de apartar suavemente la mano de la suya.

Julio aumentó su apretón y la sensación ardiente se hizo más dolorosa, una marca profunda que pareció ir hasta sus mismos huesos. Ella tuvo que luchar para impedir llorar y tirar para alejarse.

"Dime. "

Ella presionó sus labios juntos y despacio tiró hasta que Julio le permitió escabullirse. Ella sacó su pluma y papel y garabateó, sin saber si decía la verdad o no.

Estaré bien, Julio. Le amo muchísimo, pero usted se preocupa demasiado.

Siguió mirándola a la cara durante un buen rato y luego se tocó el sombrero. "Te quiero, también, hermanita. Si me necesitas, suena la campana y voy a venir corriendo. "

Ella le sonrió, el calor entrando en sus fríos huesos. Por supuesto que vendría si sonaba la voz de alarma que habían improvisado. Julio era la persona con quien siempre había contado y ella sabía que él iría en contra del código de su familia si fuera necesario para protegerla. Puso su mano sobre el corazón y lo vio cabalgar, su profundo afecto por él hizo que le ardieran los ojos y las lágrimas obstruyeran su garganta.

Poco a poco, entró en la casa, su corazón latía tan fuerte, que temía que le diera un derrame cerebral. Las vacías habitaciones en silencio, la acusaban, y ella recorrió el lugar, sintiéndose un poco pérdida en su propia casa. Al final, el sabor del miedo desapareció y ella se cocinó algo de comer y pasó el resto del día escribiendo largas cartas a Zacarías, tratando de explicarle en la medida de su capacidad por qué ella lo había salvado contra su voluntad, y luego las desechaba.