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– -Me palpita un poco.-

– -Tengo una foto que me gustaría mostrarle.- Eve le ofreció el impreso de Dana Buckley. -¿La reconoce? Alguien que podría haber visto en el ferry.-

– -Yo no creo… – Ella levanto su mano hacia el vendaje de la frente. -Yo no creo… -

– -Había un montón de gente.- Steve inclino la cabeza para mirar la foto.

– -Nosotros mirábamos el agua la mayor parte del tiempo.- El le dio una mirada consternada al monitor cuando el pulso de su esposa salto. -Está bien, cariño, tómalo con calma.-

– -No recuerdo. Eso me asusta. ¿Por qué me asusta?-

– -No la mires mas.- Will puso la foto fuera de su vista. -No la mires, mama. No la asusten mas.- El empujo la foto hacia Eve. -Ella estaba en la foto.-

– -¿Disculpa?-

– -La señora. Aquí.- El saco una cámara de su bolsillo. -Nosotros tomamos fotos. Mi papa me dejo sacar algunas. Ella está en la foto.- El encendió la cámara, comenzó a pasar las fotos hacia atrás. -Tomamos un montón. Las estuve mirando cuando se llevaron a mama para las pruebas. Ella está en la foto. ¿Ve?-

Eve tomo la cámara y miro una foto de la muchedumbre, mal recortada, con Dana Buckley sentada en un banco sorbiendo de un vaso desechable. Con un maletín en su regazo.

– -Si, la veo. Necesito llevarme esto por un rato, ¿okay? Te la devolveré.-

– -Puede quedársela, no me importa. Solamente no asuste a mi mama.-

– -Yo no quiero asustar a tu mama. No es por eso por lo que estoy aquí, – dijo Eve, directamente a Carolee.

– -Lo sé. Lo sé. Ella- ¿ella es la que fue herida?-

– -Sí. Le altera mirar su foto.-

– -Me aterroriza. No sé por qué. Hay una luz,- dijo ella después de una vacilación.

– -¿Una luz?-

– -Un fogonazo brillante. Un fogonazo blanco. Después de ver su foto, y estoy asustada, tan asustada. Hay un fogonazo blanco, y no puedo ver nada. Ciega, por un minuto. Yo… Esto suena disparatado. Yo no estoy loca.-

– -Shh.- Pete empezó a acariciarle el cabello. -Shh.-

– -Voy a hablarle al doctor. Si Carolee está bien, quiero llevármela junto con nuestros hijos de regreso al hotel. Lejos de esto. Pediremos servicio de habitación.-

Steve le hizo un guiño a Will. -Películas en la habitación.-

– -Dios, si, – Carolee aspiro. -Me sentiré mejor una vez que salgamos de aquí.-

– -Vayamos a buscar al doctor-, sugirió Eve y le dio una mirada a Roarke. El asintió, y se acerco a los pies de la cama cuando Steve salió con Eve.

– -Así que, Sra. Grogan, ¿donde se quedarían aquí en Nueva York?-

Esto tomo otros treinta minutos, pero Roarke no preguntó nada hasta que estuvieron fuera del centro de salud. -Y entonces, ¿cómo está la dama?-

– -Hice que el doctor me lo dijera con términos simples. Él le estaba dando la información al esposo-que también es doctor-en términos más complicados.-

– -Puedes mantenerlo simple para mi también.-

– -Ella está bien, – le dijo Eve, -ningún daño serio o duradero. La contusión, leve conmoción cerebral, y lo más interesante es lo que me simplificó al término simple de una 'mancha' en sus nervios ópticos. Parecía que quería hacerle otra prueba, pero ya había vuelto a chequear y como la mancha estaba empezando a disiparse, no creo que Steve fuera a permitirlo.

Además de esto, el escaneo cerebral mostro algo flojo en la sección de la memoria-un punto luminoso, pero fue resuelto, también, en una segunda prueba. Su prueba de tóxicos está limpia, – agrego Eve mientras regresaba al auto. -No hay rastros de nada, lo que es jodidamente malo, ya que ahí es adonde la lógica me estaba llevando.-

– -Un supresor de la memoria podría haber sido lógico. Y quizás todavía.- El sacudió la cabeza ante la mirada de ella. -Tendremos algunas cosas que chequear cuando lleguemos a casa. ¿Tu posiblemente tendrás que hacer un seguimiento con los Grogan?-

– -Si.-

– -Entonces los encontraras en el Palace. Ellos se estarán mudando allá esta noche.-

– - ¿Tu hotel?-

– -Parece que están un poco apretados en una habitación por el momento, y se me ocurrió que podrían tener un espacio un poco mejor por sus problemas. Además la seguridad es mejor allí. Considerablemente.-

– -Voy a ponerles vigilancia, – comenzó Eve, luego se encogió de hombros. -Es mejor.- Ella abrió su enlace para poner al corriente a sus hombres del cambio. -Vamos a casa y empecemos a entrar a chequear.'-

CAPITULO SEIS

SUMMERSET, EL HOMBRE DE ROARKE para cualquier cosa, no estaba acechando en el gran vestíbulo cuando Eve entro. Ella miró al gato gordo, Galahad, quien estaba encaramado en el poste de la escalera como una gárgola peluda. El parpadeo dos veces con sus ojos bicolor, después salto hacia abajo con un golpe sordo para acercarse a Eve y restregarse contra sus piernas.

– - ¿En dónde está el Sr. Macabro?- pregunto Eve mientras rascaba al gato entre las orejas.

– -Para ya.- Roarke ni se molesto en suspirar. El molestarse y pincharse entre su esposa y su padre sustituto no parecía que fuera a terminar en un tiempo cercano.

– -Summerset está arreglando cosas en mi oficina privada. Necesitamos usar el equipo no registrado, – el continuó cuando ella frunció el ceño. -Cualquier búsqueda seria de datos de tu víctima va a poner sobre aviso a algunos individuos. Y hay mas.-

El tomo su mano para llevarla escaleras arriba.

– -Si yo no busco información de la victima a través de los canales apropiados, esto va a parecer muy extraño.-

– -Tienes a Peabody en eso, – le recordó el. -Y tú puedes hacer algo por tu cuenta. Pero no vas a encontrar lo que estas buscando a través de canales legítimos. Comienza tus seguimientos, en Buckley, los Grogans, las causas posibles de esa mancha óptica. Todas las cosas que harías rutinariamente. Luego subes a encontrarte conmigo.-

Él le levanto la mano para besarle los dedos. -Y haremos la búsqueda real. Ella es una espía y asesina independiente, Eve, quien trabaja para el mejor postor o por gusto. Ese trabajo podría incluir definitivamente ciertas áreas del gobierno de los Estados Unidos. No llegaras lejos por tu cuenta.-

– - ¿Que es el 'mas'?- Ella odiaba esa mierda de hacer las cosas de forma clandestina. – ¿Dijiste que hay más?-

Pero el sacudió la cabeza. -Empieza a hacer tus seguimientos. Iremos sobre lo que yo he oído, lo que se, lo que sospecho.-

Ya que no había razón para perder el tiempo, Eve camino hacia su oficina para empezar los múltiples seguimientos e investigaciones. Envió un e-mail a la Dra. Mira, la mejor perfiladora y psiquiatra de la NYPSD, para preguntarle sobre la validez de la hipnosis en masa. Esto la hizo sentir tonta, pero quería una solida opinión de una fuente que ella respetaba.

Antes de compilar y actualizar sus anotaciones, chequeo con Peabody, y leyó todos los informes iniciales del laboratorio y de los barredores. Ningún testigo se había acercado para declarar que había visto algo inusual, incluyendo cualquier individuo transportando un cuerpo muerto. Lo que era muy malo, reflexionó ella. También estaba el reporte de que las tuberías y las rejillas de ventilación eran demasiado pequeñas para haber servido como una ruta de escape.

Paredes sólidas, sin ventanas, una puerta, decidió ella. Y eso significaba, aunque improbablemente, que ambos, el asesino y la víctima habían salido a través de la puerta.

El no había entrado en el remolino de Peabody, no había empleado un haz transportador extraterrestre o agitado una varita mágica. El había usado la maldita puerta. Ella solo tenía que averiguar cómo.

Se dirigió a la oficina privada de Roarke, uso la almohadilla para la palma de la mano y el reconocimiento de voz para entrar. El estaba sentado detrás de una consola en forma de U con los botones del color de las joyas y los controles guiñando sobre la elegante superficie negra. Las pantallas de privacidad protegían las ventanas y permitían que los últimos rayos de sol se filtraran en la habitación bañándola de oro pálido. Una pequeña mesa estaba puesta entre esas ventanas, en la que habían colocado platos con sus domos plateados, una botella abierta de vino, el brillo del cristal.