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49. Aprende a saber esperar sabiamente: Es una señal de nobleza el tener el don de la paciencia sabia. Nunca estar de prisas, nunca ser esclavo de las pasiones. Primero domínate a ti mismo si quieres dominar a los demás. Debes de pasar por la circunferencia del tiempo antes de llegar al centro de la oportunidad. Una espera sabia sazona los objetivos y madura los medios. El efecto del tiempo es implacable, Dios castiga con el tiempo. “El tiempo y yo contra todos”. La Fortuna se le entrega al que sabe esperar sabiamente.

50. Ten aplomo: Es el producto de la buena disposición del alma. Debido a esta vivacidad y alerta no hay miedo al peligro. Muchos reflexionan demasiado, solo para acabar mal y otros obtienen su objetivo sin meditar las cosas. Hay caracteres paradójicos que trabajan mejor en una emergencia: tienen éxito en lo que hacen sin pensar pero fallan en lo que hacen meditando. La presteza gana el aplauso porque demuestra notable capacidad, sutileza de juicio y Prudencia en la acción.

51. Se lento y seguro: Las cosas se hacen lo suficientemente rápido si se hacen bien. Si las cosas son rápidamente hechas pueden ser rápidamente deshechas. Durar una eternidad requiere una eternidad de preparación. Solo la excelencia cuenta, solo los logros perduran. Una Inteligencia profunda es la única base para la inmortalidad. Lo que vale mucho cuesta mucho.

52. No emplees mas fuerza de la necesaria: No hay necesidad de mostrarle tu habilidad a nadie. No permitas que haya gasto innecesario de conocimiento ni de poder. Si muestras mucho hoy no habrá nada que mostrar mañana. Siempre ten una novedad con la cual deslumbrar a los demás. Mostrar algo fresco cada día mantiene viva la expectación y oculta los limites de tu capacidad.

53. Siempre termina bien: En la casa de la Fortuna si entras por la puerta del placer saldrás por la puerta del dolor y viceversa. Por eso piensa en el final y dale más importancia a una salida feliz que a un aplauso a la entrada. Es común que el entupido tenga una buena entrada y un mal final. Lo importante no es el aplauso del vulgo a la entrada -eso le toca casi a todos- sino la sensación general al final. Pocos en la vida son aclamados al final. La Fortuna rara vez acompaña a alguien a la puerta de salida.

54. Se excelente en lo que es excelente: Es una rareza entre las excelencias. Eminencia en una alta posición te distingue del vulgo y te hace excepcional. Distinguirse en un puesto pequeño te hace ser grande en lo pequeño, entre mas comodidad menos gloria.

55. Rodéate de buenos asistentes: Se pone a prueba tu inteligencia por las deficiencias de tus asistentes. La excelencia del ministro no disminuye la grandeza de su señor. Toda la gloria de las hazañas se refleja en el actor principal, así también la culpa. La Fama solo tiene tratos con los principales. La Fama no dice: “Este fue bueno, aquel tuvo malos asistentes” sino “Este fue bueno, aquel fue malo, sean quien fueren sus asistentes”. Selecciona y pon a prueba a tus asistentes, porque les tienes que confiar el destino de tu fama.

56. Se el primero: Dar el primer golpe es una gran ventaja cuando los contendientes son iguales. Muchos pueden haber sido únicos si hubieran sido los primeros. Los primeros son los herederos de la fama. Los otros son segundones, pericos imitadores. El sabio encuentra un nuevo camino a la eminencia y la Prudencia los acompaña todo el camino. El sabio trata de ser siempre el primero. Hay quienes prefieren ser primeros en asuntos de menor importancia que segundos en grandes hazañas.

57. Evita preocuparte: Este aspecto de la Prudencia trae su propia recompensa. Es compañera de la comodidad y de la felicidad. Tampoco des ni recibas malas noticias a menos que te ayuden a un fin. Hay gente cuyos oídos están llenos de dulce adulación, otros con amarguras, mientras otros no pueden vivir sin molestias. No tiene caso llevar una vida de problemas y preocupaciones pensando en disfrutar en la otra vida. Nunca eches a perder tus oportunidades por darles gusto a otros que dan consejo pero se mantienen a distancia.

58. Cultiva el buen gusto: Puedes entrenarlo como al intelecto. El conocimiento despierta el deseo e incrementa el disfrute. Conocerás un espíritu noble por lo elevado de sus gustos. Solo algo extraordinario puede satisfacer a una gran mente. Cosas grandes para las mentes grandes, cosas nobles para almas nobles. Ante su juicio, los más valientes tiemblan, los más perfectos pierden confianza. Pocas cosas son de primera importancia. El buen gusto puede ser impartido con la relación personal, es una gran fortuna asociarse con el mejor de los gustos. Pero no tomes la costumbre de estar insatisfecho con todo, es el extremo de la tontería, y es mas odioso si es por afectación que por ideales inalcanzables.

59. Asegurarse que las cosas terminen bien: Algunos consideran más el rigor de la competencia que el hecho de ganarla, pero para el mundo el descrédito del fracaso final acaba con el reconocimiento de pasadas hazañas. El victorioso no necesita dar explicaciones. La gente no pone atención en los detalles de las medidas empleadas sino en los buenos o malos resultados. Un buen final adorna todo, por mas insatisfactorias que sean las medidas tomadas. A veces debes transgredir las reglas si no puedes terminar bien de otra forma.

60. Elige una ocupación que te haga ganar distinción: Muchas cosas dependen de la satisfacción de otras personas. La estimación es a la excelencia lo que el viento a las flores: el aliento de vida. Hay algunas ocupaciones que ganan la estimación de todos, mientras que otros más importantes no gozan de crédito. Entre los príncipes, los conquistadores son los más celebrados y por eso el rey de Aragón se gano el aplauso como guerrero, como conquistador y como gran persona. Una persona inteligente preferirá una ocupación que lo distinga, para que sea inmortalizado por la opinión general.

61. Es mejor ayudar con Inteligencia que con memoria: La memoria solo necesita el recuerdo, la Inteligencia requiere del pensamiento. Comparte la luz de tu Inteligencia cuando la tengas y pédela cuando no la tengas -en el primer caso hazlo cautelosamente y la segunda con avidez. La mayoría de las cosas no son obtenidas porque no se intenta conseguirlas.

62. No des rienda suelta a los impulsos: Sabio es el que no se deja influenciar por las impresiones de los demás. La propia reflexión es la escuela de la sabiduría. Conocerte a ti mismo es el inicio del automejoramiento. No te entregues a excesos que no solo debilitan tu voluntad, todo el poder de raciocinio se pierde cuando el deseo y el conocimiento jalan en direcciones opuestas.

63. Aprende a decir “No”: No debes de ceder en todo ni a todos. Saber rechazar es tan importante como saber aceptar. Todo depende en como lo hagas. El ‘no’ de algunos es mas meditado que el ‘si’ de otros, por lo que un ‘no’ adornado es a veces mas satisfactorio que un ‘si’ seco. Tu rechazo no necesita ser rotundo, deja que la desilusión aparezca gradualmente. Tampoco dejes que tu rechazo sea final -esto destruiría la dependencia, así que deja que quede un poco de esperanza para ablandar el rechazo. Deja que la Cortesía y las buenas palabras compensen los hechos. “Si” y “No” se dicen pronto, pero dejan mucho a que pensar.

64. Se confiable: No dejes que tus acciones sean anormales ni por disposición ni por afectación. El sabio es consistente con sus mejores cualidades, por esto obtiene la fama de ser confiable. Si cambia, es por una buena razón y después de meditarlo bien. En asuntos de conducta el cambio es odioso. Hay gente que es diferente todos los días -su inteligencia varia, aun mas que su voluntad, y por esto también su fortuna cambia. Para ellos el blanco de ayer es el negro de hoy, el no de hoy es el si de ayer. Este tipo de gente destruye el crédito que tiene con otras personas.