Выбрать главу

… Aunque víamos algunas acciones a nuestro parecer imprudentes, juzgábamos que no lo eran y que quizá las acía con intención de probar nuestro rendimiento, siendo estas cosas de poca importancia y no en ninguna que pueda haver reparo en si hera ofensa de Dios…

… Después de haverse fundado este convento y pasado para ello artos travajos y disgustos, y llegando a profesar contentas de verle ya hecho y deseosas de que llegase a mucha perfección, estando descuydadas el día de la Natividad de nuestra Señora vimos a una Religiosa hacer tales visages, dar tales golpes arrojando las reliquias y imágenes que juzgábamos que estava loca. Llamose al Doctor, fue curándola y a dos días nos dijo que según las cosas que hacía y decía, y lo buena que quedava arratos, le parecía no era mal natural y que así se procurase curalla con conjuros…

… Nuestro confesor y superior entró dentro del convento a ver qué hera lo que el Dotor decía, y por haver curado algunos endemoniados tenía experiencia del modo de conocer si lo estava. Comenzó a conjurarla y al punto se manifestó ser demonio el mal que tenía, y conocíase tan claro en la ferocidad del rostro, en las palabras y en todas sus acciones…

… Sucediome que me empecé a ver tal y a sentir dentro de mí un modo y una cosa que totalmente juzgava que no hera cosa natural la que me causaba aquellos sentimientos. Hice muchas oraciones pidiendo a Dios me librase de tan grande trabajo. Viendo que continuava lo que sentía, pedí al Prior me conjurasse diversas veces, él, no queriéndome admitir, procurava disuadirme de aquello diciendo era imaginación, y yo hacía cuanto podía para creerlo, pero el mal hacíame experimentar otra cosa…

… En un instante me vi casi privado el sentido y haciendo acciones y diciendo cosas que en mi vida a mi imaginación abían llegado. Naturalmente he sido tan asegurada que aun siendo niña no lo parecía en mis acciones, porque ni juegos ni burlas ni travesuras propias de aquella edad nunca las tuve, y verme cuando tenía más de veinte y seis años con las obligaciones de Religiosa (que solas esas bastaban) hacer locuras y acciones que desdecían a todo lo que se devía hacer… Vastantemente se podía conocer que no era cosa natural la que me movía…

… En mi acusación se me dice que era muy verisímil que todo lo que decíamos que eran Demonios era embuste y embeleco que yo y las demás abíamos hecho para lograr algunos fines de vanagloria y para poseher los ánimos de mis súbditas y otras personas graves. Cosa es esta que da vien a entender la presunción, pues si éramos treinta religiosas y las veinte y cinco eran cómplices, quales eran las súbditas a quienes quería ganar, porque de las cinco que quedaron las tres eran las mayores amigas que yo tenía, y para ganar los ánimos de los de fuera, mal embeleco era decir estaba endemoniada pues les dava más motivo a que huiesen de mí…

… Las acciones y palabras que decíamos quando estábamos poseídas del mal espíritu no fueron libres y de propio albedrío sino forçadas, compelidas a decirlas por causa interior y superior a nuestras fuerzas. No tengo que responder a todos los cargos que se me hacen de dichos y acciones a los quales sólo Dios puede responder por mí pues save mi coraçón y lo fuera que estube de los cargos que se me hicieron, puestos con tal trabazón y malicia que a mi raçón y verdad del suceso acobarda por no allar palabras para declararla. También se me hace cargo de un apostolado que el Demonio Peregrino dixo que avía de haver en once de nosotras; el mismo cargo me descarga porque si el Demonio lo dijo, qué culpa tengo yo. Quando esto dixo, el demonio estaba tanvién manifiesto en mí, y así no me acuerdo bien de lo que pasó…

… Nunca llegó a mi imaginación que fuese menester segunda redempzión, que la primera era suficiente para redimir mil mundos y que una sola gota de sangre vastaría para redimirlos, que tiene precio infinito; esto me enseñaron de niña, esto creí cuando pasavan estas cosas de que me acusan, esto creo ahora y daré mil vidas en defensa de esta verdad…

… Peregrino, que era él solo casi siempre el que de noche delante del Santísimo Sacramento se manifestaba, allí decía todas las cosas de mis cargos de la muerte del Papa y las demás cosas. Fray Francisco estava de hordinario disputando con él, y él le dava raçón de todo y hacía una exclamación a Dios y llorava unas lágrimas que es increhíble cómo eran, quexándose que le avía Dios mandado decir tales cosas…

… Algunas totalmente las tuve por mentira, en otras suspendí el juicio, ni podía decir será o no será, porque como naturalmente podían ser y no eran contra nuestra Santa fee, dexávalas correr. Fray Francisco de ordinario nos decía que eran padres de mentiras, que ellos no podían decir verdad pero que muchas veces se abía visto que compelidos de Dios la decían, y para esto solía gostar artos ratos en decirnos ejemplos de cosas que se habían visto que los demonios habían dicho parafines de la onrra de Dios y del vien de las almas y con ejemplos de la Sagrada escriptura, pero que era menester mucha atención para conocerlos, porque eran sus astucias grandes y que él estava siempre mirando…

… En el cargo que se me hace de oyr Dogmas y Doctrinas a fray Francisco de verdadero alumbrado como eran que los tactos y ósculos libidinosos no eran pecado y que antes ayudavan a la perfección, esto lo niego todo porque juro devajo de los juramentos que se pueden hacer que tal cosa no oy jamás y que toda la Doctrina que lo oy era la misma que enseña en los Púlpitos la Santa Madre Yglesia, y así en esta parte ni aun ignorancias confieso. Imprudencias sí que tuve, tantas y algunas acciones con menos atención que deviera que pudieran causar, a las que con malicia las miraron, juzgarlas menos puras de lo que delante de Dios, que save la intención más secreta del coraçón, fueron. Era persona que su trato ordinariamente era tan llano que a todas llamava de tú y tomaba las manos y llegava a los rostros, y esto tan enteramente y con tanta compostura y tanta severidad que a nadie vi jamás que reparase en ello asomo de pecado, por la opinión tan recivida como se ha visto en otros muchos Santos Religiosos que han hecho lo mismo, y a no tenerla yo, juzgara por muy mucho y desde mil leguas no lo consintiera…

… Bien savia que mientras se vive no está ninguno conservado en gracia, pero entendía que era uno de los varones perfectos que havía en el mundo, a él yba con quantas cosas me pasaban. Siempre dava gracias a Dios que me le abía dado, con esta fee nunca reparé en si eran malas o buenas las caricias que me hacía. Alguna vez podía ser que le llamase de tú, pero teníale tan grande reverencia que serían pocas veces. Conmigo tenía de ordinario tanta severidad que fuera largo de referir lo que me hiciera padecer, pero en espacio de ocho años que le traté nunca me dijo cosa por donde pudiesse juzgar su trato por impuro. Llamávame muchas veces mi Reyna, mi Chiquilla, y eso mismo llamava a todas…