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El reportaje siguiente mostró como Nicosar aniquilaba a su oponente en la modalidad singular del juego. Había primeros planos del Emperador caminando de un extremo a otro del tablero o firmando algunos documentos en un despacho y otros planos tomados desde una distancia bastante mayor que volvían a mostrarle en el tablero mientras un comentarista explicaba entusiásticamente lo bien que había jugado.

Después llegó el ataque contra Gurgeh. Ver el incidente en la pantalla le dejó asombrado. Todo terminó en un instante. Un salto, Gurgeh cayendo al suelo, la unidad desapareciendo en las alturas, unos cuantos destellos, Za emergiendo de entre la multitud, confusión y movimiento y luego un primer plano de su rostro, un plano de Pequil yaciendo en el suelo y otro plano de los cadáveres. El comentarista explicó que Gurgeh se encontraba algo aturdido pero que la rápida acción policial le había permitido salir ileso del atentado. La herida de Pequil no era grave. Le habían entrevistado en el hospital y Pequil pudo explicar cómo se encontraba delante de las cámaras. En cuanto a los atacantes, el comentarista dijo que eran unos extremistas.

Eso significa que luego quizá decidan afirmar que eran revs dijo Za. Desactivó la pantalla y se volvió hacia Gurgeh. ¿No te ha parecido que actué muy deprisa? preguntó, sonriendo alegremente y extendiendo los brazos a los lados. ¿Has visto como me moví? ¡Fue soberbio! Za rió y giró sobre sí mismo. Después medio caminó y medio bailó hasta llegar al asiento amoldable y se dejó caer en él. Mierda, fui allí con la idea de ver qué clase de chiflados habían sacado del zoo para que se manifestaran en contra de tu presencia, pero… ¡Uf, cómo me alegro de haber ido! ¡Qué velocidad! ¡Jodida gracia animal, maestro!

Gurgeh estuvo de acuerdo en que Za se había movido muy deprisa.

¡Veámoslo otra vez, módulo! gritó Za.

La pantalla del módulo se activó y Shohobohaum Za rió y aplaudió mientras observaba los escasos segundos de acción. Hizo que la pantalla volviera a pasarlos unas cuantas veces a cámara lenta sin dejar de aplaudir y pidió otra bebida. El segundo cuenco humeante llegó bastante más deprisa que el anterior, lo cual indicaba que los sintetizadores del módulo habían sido lo bastante prudentes para no borrar el código. Gurgeh se dio cuenta de que Za tenía intenciones de quedarse un buen rato y volvió a sentarse. Pidió algo para picar. Za acogió las bandejitas con un bufido despectivo y fue masticando las morillas asadas que acompañaban su cóctel humeante.

Contemplaron los programas imperiales mientras Za iba bebiendo lentamente de su cuenco. Un sol se ocultó detrás del horizonte y las luces de la ciudad empezaron a brillar en la penumbra. Flere-Imsaho apareció sin su disfraz Za ni se enteró, y anunció que iba a hacer otra de sus incursiones entre la fauna con alas del planeta.

Oye, ¿crees que ese trasto se tira a los pájaros? preguntó Za después de que la unidad hubiera desaparecido.

No dijo Gurgeh, y tomó un sorbo de su copa de vino.

Za lanzó un bufido.

Eh, ¿te apetecería volver a salir conmigo? Esa visita al Agujero fue demasiado… Puede que te parezca extraño, pero confieso que casi la disfruté. ¿Qué opinas de eso? Pero esta vez tenemos que hacer auténticas locuras. Les demostraremos a esos cerebros estreñidos cómo son los tipos de la Cultura cuando deciden soltarse el pelo.

Creo que prefiero no salir de noche dijo Gurgeh. No después de lo que ocurrió la última vez.

¿Quieres decir que no te lo pasaste bien? preguntó Za, y puso cara de asombro.

No mucho.

¡Pero si fue estupendo! Nos emborrachamos, perdimos el control, echamos… Bueno, uno de nosotros echó medio polvo y a ti te faltó muy poco… Nos metimos en una pelea y ganamos, maldita sea, y luego salimos por pies… Mierda santa, ¿qué más quieres de una noche?

No es que quiera más. Quiero menos. Y recuerda que tengo otros juegos de los que ocuparme.

Estás loco. Fue una noche… maravillosa. Fue realmente maravillosa.

Apoyó la cabeza en su asiento y tragó una honda bocanada de aire.

Za… Gurgeh se inclinó hacia adelante, apoyó el codo sobre una rodilla y puso el mentón en la mano. ¿Por qué bebes tanto? No lo necesitas. Tienes todo el surtido habitual de glándulas. ¿Por qué lo haces?

¿Por qué? preguntó Za. Irguió la cabeza y miró a su alrededor como si acabara de recordar dónde estaba. ¿Por qué? repitió. Eructó. ¿Me has preguntado por qué bebo tanto?

Gurgeh asintió.

Za se rascó un sobaco, meneó la cabeza y le contempló como pidiendo disculpas.

Perdona, ¿te importaría repetirme la pregunta?

¿Por qué bebes tanto?

Gurgeh le sonrió para demostrar que no estaba enfadado.

¿Y por qué no? Za alzó los brazos. Quiero decir que… ¿Nunca has hecho algo sólo…, sólo porque sí? Quiero decir que es…, eh…, empatia, ¿comprendes? Es lo que hace la gente de aquí, ya sabes. Es su forma de escapar a la realidad y al puesto que les han asignado en la gloriosa máquina imperial…, y aparte de eso es una posición jodidamente soberbia que te permite apreciar sus aspectos más delicados… Verás, Gurgeh, todo tiene sentido. He logrado resolver el enigma. Za asintió con cara de saber muy bien de qué hablaba y se golpeó muy lentamente una sien con un dedo bastante fláccido. He logrado resolver el enigma. Piensa en ello, ¿quieres? La Cultura no es más que sus… El dedo giró en el aire. Toda la Cultura se basa en las glándulas. Cientos de secreciones y miles de efectos; cualquier combinación que puedas desear y absolutamente gratis, pero el Imperio… ¡Ah, el Imperio! El dedo señaló hacia arriba. En el Imperio tienes que pagar. Escapar es una mercancía, como todo lo demás. Y la forma de escapar es beber. Aumenta el tiempo que necesitas para reaccionar, hace que las lágrimas broten con más facilidad… Za alzó dos dedos temblorosos y se los llevó a las mejillas. Hace que los puños estén más sueltos… Tensó las manos, fingió que estaba boxeando y lanzó unos cuantos puñetazos al aire. Y… Y al final acaba matándote. ¿Comprendes? Extendió los brazos a los lados y dejó que cayeran fláccidamente sobre el asiento. Aparte de eso… No tengo todas las glándulas habituales.

Gurgeh alzó los ojos y le miró con cara de sorpresa.

¿No?

Nanay. Demasiado peligroso. Si las tuviera el Imperio me habría hecho desaparecer para convertirme en la estrella de la autopsia más concienzuda que te puedas imaginar. Tienen muchas ganas de averiguar cómo es un Culturnik por dentro, ¿comprendes? Za cerró los ojos. Tuvieron que sacarme casi todas las glándulas y luego… Cuando llegué aquí el Imperio me sometió a montones de pruebas y exámenes y tomó montones de muestras… Teníamos que permitir que averiguaran lo que deseaban sin obligarles a provocar un incidente diplomático. La desaparición de un embajador…