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«Oh, mierda.»

«Creo que nos hallamos ante un ser humano del sexo femenino extremadamente irritado, Skaffen-Amtiskaw.»

«No me digas… ¿Tienes alguna idea?»

«Ni una. Lo dejo en tus campos. Voy a sacar mi culo de pez de aquí lo más rápidamente posible.»

«¡Nave! ¡No puedes hacerme esto!»

«Puedo y voy a hacerlo. Es tu prototipo, ¿no? Ya hablaremos luego. Adiós.»

El sensor con forma de pez se quedó repentinamente fláccido en la pata que lo sostenía. Sma lo dejó caer sobre los charcos de agua que cubrían el suelo.

La unidad decidió prescindir del disfraz y flotó hacia el rostro de Sma con todos los campos puestos al mínimo de intensidad. Inclinó unos centímetros su parte delantera y se quedó totalmente inmóvil en esa posición.

—Sma —dijo en voz baja—. Lo siento… No te he mentido, pero te he engañado.

—Mi camarote —dijo Sma con voz tranquila después de haber guardado silencio durante unos momentos—. Disculpadnos —le dijo a Disgarve y Hrine, y se alejó hacia su camarote seguida por la unidad.

* * *

Estaba flotando sobre la cama en la posición del loto desnuda salvo por los pantalones cortos. El traje de Xenito yacía en el suelo. Sus glándulas estaban produciendo «Calma» a toda velocidad, y parecía más entristecida que furiosa. Skaffen-Amtiskaw había esperado una discusión a grito pelado, y el enfrentarse con una decepción tan mesurada había hecho que su preocupación y abatimiento alcanzaran nuevas cimas.

—Pensé que si te lo decía te negarías a venir.

—Unidad… Es mi trabajo, ¿no?

—Lo sé, pero parecías tener tan pocas ganas de marcharte que…

—¿Qué esperabas? Llevaba tres años allí, y ni tan siquiera os tomasteis la molestia de avisarme con tiempo. Pero, aun así, ¿cuánto tardé en acceder incluso después de que me hablaras del sustituto? Vamos, unidad… Me explicaste cuál era la situación y la acepté. No había ninguna necesidad de ocultarme que Zakalwe había logrado escapar a la vigilancia.

—Lo siento —dijo la unidad en voz muy baja—. Ya sé que pedirte disculpas no arregla las cosas, pero… Lo siento muchísimo, de veras. Por favor, di que podrás perdonarme algún día.

—Oh, tampoco hace falta que lleves demasiado lejos el numerito del arrepentimiento. Limítate a contarme lo que nos espera en el futuro.

—De acuerdo.

Sma dejó que su cabeza se inclinara sobre su pecho durante unos momentos y volvió a erguirla.

—Puedes empezar contándome cómo se las arregló Zakalwe para darnos esquinazo. ¿Con qué le estábamos vigilando?

—Con un proyectil cuchillo.

—¿Con un… proyectil cuchillo?

La expresión de perplejidad de Sma estuvo a la altura de la que podía esperarse ante semejante revelación. Alzó una mano y se frotó lentamente el mentón con ella.

—Un último modelo, para ser exactos —dijo la unidad—. Nanoarmas, efector, unidad deformante de monofilamentos… Cerebro valor coma siete.

—¿Y Zakalwe logró darle esquinazo a semejante bestia?

Sma parecía estar a punto de soltar la carcajada.

—No se limitó a darle esquinazo. Se lo cargó.

—Mieeeeerda… —jadeó Sma—. No le creía tan listo. Oye, ¿fue un caso de auténtica inteligencia o fue pura suerte? ¿Qué ocurrió? ¿Cómo lo hizo?

—Bueno, es muy secreto, compréndelo… —dijo la unidad—. Te ruego que no hables del asunto con nadie.

—Palabra de honor —dijo Sma con sarcasmo poniéndose una mano en el pecho.

—Bueno… —dijo la unidad dejando escapar una especie de suspiro—. Necesitó un año entero para prepararlo, pero el sitio donde le dejamos después de que hiciera su último trabajo para nosotros… Verás, los humanoides de ese planeta comparten el espacio vital con mamíferos marinos de gran tamaño e inteligencia similar a la suya. Es una relación simbiótica altamente viable con una gran cantidad de intercambios entre las dos culturas. Zakalwe utilizó lo que le habíamos pagado por su trabajo para comprar una empresa que fabricaba sistemas láser usados en la medicina y los aparatos de guía y señales. Su trampa era muy complicada, y exigía utilizar el hospital que los humanoides estaban construyendo en la costa de un océano para tratar las enfermedades de esos mamíferos marinos. Uno de los equipos médicos que estaban probando era un Scanner Magnético de Resonancia Nuclear…, uno muy grande.

—¿Un qué?

—Es la cuarta forma más primitiva de examinar las entrañas de un ser acuático promedio.

—Sigue.

—El aparato utiliza campos magnéticos extremadamente potentes. Se suponía que Zakalwe debía probar un láser incorporado a la máquina, ¿comprendes? La prueba tenía que hacerse un día en el que todo el personal estaba de vacaciones. Zakalwe se las arregló para atraer al proyectil cuchillo hasta allí…, y activó la máquina.

—Creía que los proyectiles cuchillo no utilizaban ningún tipo de magnetismo.

—Y no lo utilizan, pero la estructura del proyectil contenía la cantidad de metal suficiente para que cualquier intento de moverse demasiado deprisa provocara remolinos magnéticos que podían resultar altamente nocivos para su integridad física.

—Pero seguía siendo capaz de moverse, ¿no?

—No lo bastante deprisa para escapar al láser que Zakalwe había colocado en un extremo del scanner. Se suponía que el láser debía servir para funciones de iluminación y que ayudaría a producir hologramas de los mamíferos marinos, pero Zakalwe instaló un artefacto de potencia militar… El proyectil cuchillo acabó literalmente frito.

—Uf. —Sma asintió con la cabeza y clavó la mirada en el suelo—. Ese hombre nunca dejará de sorprenderme… —Alzó los ojos hacia la unidad—. Zakalwe debía de tener muchas ganas de escapar a la vigilancia, ¿no?

—Sí, eso parece —dijo la unidad.

—Así que… Quizá no quiera volver a trabajar para nosotros. Puede que no desee volver a tener noticias nuestras.

—Me temo que debemos tomar en consideración esa posibilidad.

—Incluso si logramos encontrarle.

—Así es.

—¿Y lo único que sabemos es que se encuentra en algún lugar de un Grupo Abierto llamado Crastalier?

La incredulidad que sentía resultaba claramente audible en su tono de voz.

—Bueno, sabemos algo más que eso —dijo Skaffen-Amtiskaw—. Si se largó inmediatamente después de freír al proyectil cuchillo y subió a la nave más rápida disponible el número de sistemas en los que puede estar se reduce a unos diez o doce. Por suerte el nivel tecnológico de esa metacivilización no es tan alto… —La unidad vaciló y siguió hablando—. Voy a serte sincero, Sma. Si hubiéramos actuado enseguida utilizando todos los medios a nuestro alcance quizá habríamos conseguido atraparle, pero creo que las Mentes encargadas de controlar este tipo de situaciones quedaron tan impresionadas por el truco de Zakalwe que… Bueno, pensaron que merecía salirse con la suya. Mantuvimos una vigilancia general sobre todo el volumen, pero la búsqueda sólo ha alcanzado niveles de intensidad realmente serios en los últimos días. Hemos empezado a traer naves y gente de todas partes. Estoy seguro de que acabaremos encontrándole.

—¿Has dicho diez o doce sistemas, unidad? —preguntó Sma meneando la cabeza.

—Veintitantos planetas y puede que unos trescientos habitáculos espaciales lo bastante grandes como para ser tomados en consideración…, sin incluir las naves, naturalmente.

Sma cerró los ojos y volvió a menear la cabeza.

—No puedo creerlo.

Skaffen-Amtiskaw pensó que sería mejor no decir nada.