—Terminal Espacial de Gipline —dijo la seca voz metálica del traje.
—Perfecto. Traje, llévanos allí y procura que tengamos el aspecto más normal y legal posible.
—Trayecto iniciado —dijo el traje—. Tiempo de Llegada Aproximado, cuarenta minutos.
El sonido de fondo de la aeronave se alteró haciéndose un poco más agudo. El suelo tembló de forma casi imperceptible. La pantalla situada al final del compartimento mostró una imagen de la aeronave ascendiendo y deslizándose sobre los bosques que cubrían las colinas.
Dio un breve paseo por la aeronave para confirmar que no había nadie más a bordo y acabó sentándose junto a Beychae. Miró al anciano, se dio cuenta de lo cansado que estaba y pensó que el día había debido parecerle muy largo.
—¿Estás bien?
—No intentaré ocultar que me alegra mucho poder estar sentado.
Beychae se quitó las botas.
—Te traeré algo de beber, Tsoldrin —dijo. Se quitó el casco y fue hacia el bar automático—. Traje… —dijo. Acababa de tener una idea—. Conoces los números de Solotol que permiten ponerse en contacto con la Cultura, ¿verdad?
—Sí.
—Conecta con uno de ellos mediante los sistemas de la aeronave.
Se inclinó sobre el bar automático y empezó a inspeccionarlo.
—¿Y cómo funciona esto?
—El bar automático se activa mediante la vo…
—¡Zakalwe! —La voz de Sma se impuso a la del traje haciéndole dar un respingo—. ¿Dónde…? —Sma no llegó a terminar la pregunta y guardó silencio durante unos momentos—. Vaya, veo que has conseguido una aeronave, ¿eh?
—Sí —dijo él, y lanzó una rápida mirada de soslayo a Beychae. El anciano le estaba observando—. Vamos hacia Puerto Glipine. Bien, ¿qué ha ocurrido? ¿Dónde está ese módulo? Ah, Sma, estoy ofendidísimo. No has llamado, no has escrito, no has enviado flores…
—¿Y Beychae? —preguntó Sma con voz apremiante—. ¿Está bien?
—Tsoldrin se encuentra estupendamente —replicó él, y sonrió sin apartar los ojos del anciano—. Traje, haz que este bar automático nos prepare un par de bebidas refrescantes pero fuertes.
—Está bien… Magnífico. —Sma suspiró. El bar automático emitió una serie de chasquidos y gorgoteos—. No hemos llamado porque si lo hubiéramos hecho se habrían enterado de dónde estabais —siguió diciendo—. Perdimos el haz de comunicación protegido cuando la cápsula quedó averiada. Zakalwe, fue ridículo… Después de que la cápsula liquidara al camión en el Mercado de las Flores y tú derribaras ese caza todo se convirtió en un auténtico caos. Es una suerte que hayas conseguido escapar con vida. Bien, ¿dónde está la cápsula?
—En el observatorio de Srometren —replicó él. Bajó la mirada y vio abrirse una pequeña compuerta en un lado del bar automático. Cogió la bandeja con las dos bebidas, fue hasta el sofá y tomó asiento junto a Beychae—. Sma, saluda a Tsoldrin Beychae —dijo mientras le entregaba su copa al anciano.
—¿Señor Beychae? —dijo la voz de Sma desde el traje.
—¿Me oye? —replicó Beychae.
—Es un placer poder hablar con usted, señor Beychae. Espero que el señor Zakalwe le esté tratando bien. ¿Qué tal se encuentra?
—Cansado pero entero.
—Confío en que el señor Zakalwe haya tenido tiempo de explicarle lo seria que es la situación política actual del Sistema.
—Sí, lo ha hecho —dijo Beychae—. Estoy… Estoy tomando en consideración la posibilidad de acceder a sus peticiones y por el momento no deseo volver a Solotol.
—Comprendo —murmuró Sma—, y se lo agradezco. Estoy segura de que el señor Zakalwe hará cuanto pueda para asegurar su bienestar mientras decide qué debe hacer… ¿No es así, Cheradenine?
—Por supuesto, Diziet. Y ahora, ¿dónde está ese módulo?
—Debajo de las nubes de Soreraurth, donde estaba antes. Tu peculiar sistema de huida discreta categoría nova ha conseguido que toda la superficie se pusiera en estado de alerta máxima. No podemos mover nada sin que lo vean, y si se dan cuenta de que estamos interfiriendo en sus asuntos quizá acabemos ahorrándoles el trabajo de desencadenar la guerra global. Vuelve a explicarme con más exactitud dónde está esa cápsula. Tendremos que usar los sistemas de desplazamiento pasivo del micro-satélite y guiarla a distancia desde allí para eliminar las pruebas. Mierda, Zakalwe… Estamos metidos en un buen lío.
—Oh, disculpa —dijo él, y tomó un sorbo de su bebida—. La cápsula se encuentra debajo de un árbol de hojas amarillas bastante grandes que está a…, entre unos ochenta y unos ciento treinta metros del observatorio yendo en dirección noreste. Oh, y el rifle de plasma se encuentra… entre unos veinte y unos cuarenta metros de distancia en dirección oeste.
—¿Has perdido el rifle de plasma?
Sma parecía incapaz de creerlo.
—Pues sí —admitió él, y bostezó—. Me cabree tanto que lo arrojé lo más lejos posible. Quedó efectorizado, ¿sabes?
—Te advertí que era una antigüedad sacada de un museo —dijo otra voz.
—Cállate, Skaffen-Amtiskaw —dijo él—. Bien, Sma…, ¿y ahora qué hacemos?
—Supongo que lo mejor será utilizar la Terminal Espacial de Gipline —replicó la mujer—. Intentaremos conseguiros pasaje en algún vuelo hacia Impren o un sitio cercano. En el peor de los casos tendréis que aguantar un viaje civil que durará varias semanas como mínimo: si tenemos suerte acabarán anulando el estado de alerta y el módulo podrá venir a rescataros. En cualquiera de los dos casos lo que ha ocurrido hoy en Solotol quizá haya hecho que la guerra esté más próxima. Piensa en eso, Zakalwe.
El canal de transmisión se desactivó.
—Parece enfadada contigo, Cheradenine —dijo Beychae.
Miró al anciano y se encogió de hombros.
—Eso no es ninguna novedad —suspiró.
—Lo siento muchísimo, gentilespersonas; esto no había ocurrido nunca, se lo aseguro, y les repito que lo lamento de veras. Lo siento, créanme… No consigo entenderlo… Yo… Hum… Intentaré… —El joven pulsó los botones de su terminal de bolsillo—. ¿Oiga? ¡Oiga! ¡oiga! —Sacudió la terminal y la golpeó con el canto de la mano—. Esto es…, es…, no había ocurrido nunca, nunca; realmente no entiendo qué…
Contempló a los turistas agrupados a su alrededor como pidiéndoles disculpas. La mayoría de miembros del grupo estaban mirándole fijamente. Algunos intentaban activar sus terminales con tan poca suerte como él, y un par observaba el cielo como si el último manchón de luz rojiza que se estaba desvaneciendo hacia el oeste pudiera devolverles mágicamente la aeronave que parecía haber tomado la inexplicable decisión de largarse dejándoles abandonados.
—¿Oiga? ¿Oiga? ¿Me están escuchando? Por favor, conteste si hay alguien escuchándome…
El joven guía parecía encontrarse al borde del llanto. El último atisbo de luz se esfumó del cielo y el pálido brillo de la luna arrancó reflejos a las delgadas hilachas de una nube. El haz de la linterna estaba empezando a debilitarse.
—¡Por favor, contesten! ¡Oh, por favor…!
Skaffen-Amtiskaw volvió a ponerse en contacto unos minutos después para decirles que él y Beychae tenían camarotes reservados a bordo del clíper Osom Emananish que no tardaría en partir para el Sistema de Breskial, a sólo tres años luz de Impren, aunque aún no habían perdido la esperanza de que el módulo pudiera llegar hasta ellos antes. La unidad opinaba que probablemente no tendría más remedio que hacerlo, pues estaban casi seguros de que no tardarían en dar con sus huellas.
—Quizá fuese buena idea que el señor Beychae alterara su apariencia física —les dijo la unidad con su voz impasible de costumbre.