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Jack la empujó en sus brazos y la apretó enérgicamente contra si, envolviendo sus manos alrededor de la cabeza mientras sollozaba contra su pecho. El sonido desgarró su corazón y causó estragos en sus emociones normalmente inexistentes. Demonios. La mujer lo iba a convertir en un ser débil. Apoyó la cabeza en la de ella, sujetándola fuerte.

– Para, cielo. Te vas a poner enferma. Nada de eso importa ahora. Estamos aquí y podemos hacer de nuestras vidas lo que queramos. No va a tener a nuestro bebé -puso la boca contra su oído y susurro-. ¿Me oyes? Nunca nos va a quitar a nuestro bebé y experimentar con él.

Levantó la cabeza para mirarle.

– Lo siento. Deben ser las hormonas. No suelo llorar como una niña.

Sus dedos se enredaron en su espeso cabello. Parecía tan desesperada, sus ojos demasiado grandes en su cara, todavía nadando en lágrimas. Por años pensó que toda la gentileza había sido expulsada para siempre de él, pero estaba allí, escondida profundamente dentro, rebelándose tan rápido como cada instinto protector. Lo que quiera que Whitney les hubiera hecho tenía que ver con sexo e ir junto con el deseo, pero para Jack, la relación con Briony se estaba desarrollando como algo totalmente diferente. Sus sentimientos por ella eran cada vez más fuertes y reales que la necesidad de sexo. Briony se las había arreglado para pasar sus defensas y encontrar la chispa de pequeña humanidad, de ternura que nunca había sabido que existiera.

Jack no quería pensar con detenimiento en como sus emociones habían empezado a mezclarse con la química violenta que chisporroteaba entre ellos, pero sabía que era peligroso para un hombre como él encariñarse con alguien. No era normal y nunca sería normal, no importaba cuanto deseaba ser diferente. Había dejado de querer ser diferente hasta que se había alejado de Briony.

– Solo estas cansada -murmuró.

– Me gustaría decirte que lo siento por estar embarazada. Debería haber sido cuidadosa. Nunca se me ocurrió que podría intimar con alguien, sin hablar de que pierdo la habilidad para pensar en algo tan importante como la protección. No tenía ni idea de que las píldoras no fueran reales.

Jack sintió el alivio barriendo su cuerpo. Ella intimando, incluso pensar en que pudiera intimar con otro hombre podría haber hecho que el otro hombre muriera. Tomó aire y lo dejó salir lentamente para impedir que sus pensamientos fueran en esa dirección. Recorrió hacia abajo con los dedos su cara solo porque tenía que tocarla.

– La idea de que intimes con otro hombre es algo que no estoy dispuesto a considerar.

Briony vaciló, frunciendo el ceño.

– No puedo estar alrededor de mucha gente sin que me afecte psíquicamente. No parezco poder desarrollar las barreras que otra gente tiene para mantener fuera los sonidos y las emociones, y lo he intentado -inclinó la cabeza hacia atrás, mirándole, se trago las últimas lágrimas, determinada a recuperar el control-. Cuando estoy contigo, es más fácil. Mi mente puede descansar. Estoy tratando de entender lo que Whitney me hizo, y espero que puedas explicármelo mejor de lo que lo hizo el archivo. No entendía ni la mitad.

– Definitivamente ayuda que sea un ancla y pueda filtrarte todo -igual que su hermano. La idea de que Ken pudiera filtrar para ella igual de bien vino de ninguna parte, y se avergonzó de la ráfaga de adrenalina que surgió en su cuerpo tan deprisa. Lo que quiera que Whitney les hubiera hecho para juntarlos era potente y peligroso-. Atraigo las emociones y los sonidos de ti a mí.

– ¿Pero cómo? He tratado todo tipo de ejercicios porque he tenido que actuar con mi familia en público, pero era demasiado doloroso. Terminaba con dolores de cabeza terribles. Si puedo averiguar como lo haces, tal vez puedas enseñarme a sobreponerme al dolor antes de que el bebé llegue -su breve descripción no empezaba a describir la agonía por la que pasaba antes de cada actuación, y estaba asustada por pensar que si tenía al bebé, no sería inmune a la angustia del niño.

Jack retiró hebras perdidas de cabello de su cara.

– Pareces cansada ahora y tienes dolor de cabeza, ¿verdad?

Ella se encogió de hombros.

– Llorar como un niño no ayuda. Estuve confinada en un sitio pequeño con Jeb por horas. Está realmente asustado por mí y salía de él en oleadas.

Jack comprendió que había pasado horas en un avión también. Y era increíblemente honesta con él. No había esperado que fuera tan comunicativa. No confiaba en él o en sí misma. Las sombras en sus ojos le decían eso. Cada vez que la tocaba, se ponía rígida por un breve momento, aunque estaba tratando de esconder lo incómoda que estaba.

– Déjame llevarte hasta la casa -la instó.

Briony presionó las dos manos contra el estómago protectoramente. El bebé era la única persona que tenia, su único aliado, la única familia. Ya podía encontrar comodidad en presencia del niño.

La mano de Jack se tensó alrededor de su muñeca.

– Me gusta que seas telepática -adoraba la intimidad de su comunicación con ella. Era familiar para él. Jack y Ken habían usado la telepatía desde que podía recordar y era familiar para él.

Ella retorció la muñeca en una tentativa sutil para que la dejara ir. No pareció notarlo.

– Soy un montón de cosas -dijo-. Ahora mismo, cansada es la cosa número uno que soy. Necesito descansar -necesitaba desesperadamente estar sola.

Él se giró hacia la casa, tirando de su muñeca para que le siguiera.

– Mantente en este camino.

– ¿Tienes trampas en tu propiedad?

Se encogió de hombros.

– No me gustan las visitas.

– Eso es ridículo. Algún campista podría accidentalmente tropezar con tu tierra sin darse cuenta de que no es parte del bosque nacional.

– ¿Por qué no notarían las doscientas señales que Ken puso por todas partes?

Había un rastro de humor en su voz, pero sus rasgos permanecieron sin expresión.

Ella le dirigió una pequeña sonrisa.

– ¿Un niño perdido?

– Si un padre pierde a su hijo en el camino hasta aquí, el niño está mejor sin ellos.

– ¿Muertos mejor? -se quedó absolutamente quieta, estudiando su cara, su corazón golpeando demasiado rápido-. Si realmente crees eso…

La diversión se arrastró en sus ojos brevemente, pero se fue tan rápido que no estuvo segura de haberla visto.

– Nada letal. Solo algo divertido para hacer sonar la alarma y que retrasarían a cualquier vecino que quisiera tomar prestadas las herramientas.

El alivio se cernió sobre ella.

– Estoy segura que pasa a menudo. No me tomes el pelo con eso.

Además de Ken, no había bromeado con nadie que pudiera recordar, pero se sentía bien. Solo teniéndola allí se sentía bien.

– Jebediah me dijo que Ken era tu gemelo idéntico. ¿Se parece mucho a ti?

– No -la voz de Jack se tornó brusca. Era casi como si pudiera leer su mente incluso con las barreras en alto-. Es más encantador. Te gustará -su estómago se retorció de nuevo.

Dijo la verdad. Ken era duro, pero siempre había sido el gemelo social, el que era más reflexivo y agradable. La gente gravitaba naturalmente hacia Ken, y era más sensible que Jack. Jack respetaba y admiraba a muy poca gente; Ken estaba en lo alto de la lista. No había considerado que Briony pudiera poner a Ken en lo alto de su lista.

Realmente vaciló, parándose abruptamente en el camino que se dirigía hacia la casa. No podía sentir celos de su propio hermano. No podía concebir tal cosa. Briony estaba confundiendo su pensamiento si estaba llegando tan lejos.

¿Qué es? Ken lo alcanzó del modo en que lo había hecho desde que estaban en pañales. Cuando uno estaba en problemas el otro lo sabía inmediatamente.