La importancia del color en el bienestar de la China y de todo el universo puede ser trazada hacia la leyenda de un carácter fantástico y heróico, NuWa. Nacida en el tercer milenio a. de C., despues de tres milagrosos meses de su hermano Fu Hsi, emperador y creador del ba-gua, NuWa poseyó un sin número de identidades: diosa de “go-betweens”, hija del espíritu del agua, alma del bosque, y mujer caracol, descrita como una mujer que tiene el cuerpo de un caracol o el de una serpiente unido a una cabeza humana.
NuWa era acreditada por tener toda una serie de talentos. Cuando Fu Hsi se convirtió en emperador, NuWa lo aconsejaba para establecer un código de moralidad que prohibía bodas intrafamiliares y no permitía el arreglar compromisos, a traves de “go-betweens”, para servir como la base del matrimonio. Una vez heredó el trono de su hermano, ella fue retada por un rebelde fracasado, quien huyó a la montaña que soportaba los ocho pilares de piedra que sostenian el toldo del cielo (canopy of heaven). Furioso por su propio fracaso, este rebelde sacudió fuertemente un pilar, el cual, mientras caía, desplomó una esquina del cielo, creando un inmenso orificio negro de donde surgieron vientos y lluvias inconcebibles. Para reparar el daño, NuWa derritió piedras con los cinco colores. Luego, para enderezar los cuatro vertices del mundo (considerada como cuadrada en ese entonces), ella le cortó a la tortuga celestial sus patas – una criatura espiritualmente dotada con fuerza y longevidad. Por muchos siglos después, las tortugas celestiales se tallaron, simbolizando la resistencia y balance, las cuales hicieron parte de columnas de construcciones imperiales.