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Mientras las montañas relajan nuestras mentes, el agua en todas sus formas y estados nos complace. El movimiento del mar estimula pero calma la mente, dandole profundidad a nuestros pensamientos. El mirar fijamente sobre un mar verde alza nuestros espiritus. El observar un mar azul afecta nuestro estado de ánimo, y la felicidad se asienta sobre nosotros.

Todos los colores de la naturaleza son altamente evocadores. Para plasmar el suave calor de la primavera, un poeta chino alguna vez escribio, “La brisa de la primavera sopla en la ribera sur de un río.” Otro poeta improvisó sobre estas líneas, cambiándolas a: “La brisa de la primavera le da el verde a la ribera sur de un río.” Esta frase posee mucha mayor energía vital, mas chi. Esta ayuda a nuestras mentes a visualizar no sólo la calmada y tibia brisa, sino tambien el verde pasto moviéndose con el viento y las flores floreciendo.

Hoy en día, la vida es complicada y confusa y nuestras mentes pueden volverse un tanto inestables y sobrecargadas con toneladas de trabajo, actividades diarias y luchas permanentes. Trabajamos por muchas horas y quedamos exhaustos. Así que nos vamos de vacaciones cada año para descansar y viajar, para ir a las montañas o a la playa en el mar para regenerarnos y recuperarnos del todo. Necesitamos ver colores que no vemos normalmente para alcanzar el equilibrio entre el alma y el cuerpo y para estimular nuestra energía. Este cambio lleno de color es, en cierta forma, todo un placer.