La cuarta modificación consiste en haber suprimido -o, mejor dicho, en no haber traducido- los seis poemas y esbozos de poemas atribuidos a B. Soares y reunidos en apéndice por los editores. Se trata de poesías poco significativas -salvo, si queremos, de que Soares no era poeta -que, cuando no recuerdan al Pessoa ortónimo, hacen pensar en los heterónimos Ricardo Reis o C. Pacheco.
La prosa del Libro del desasosiego es en ocasiones difícil, no sólo de traducir, sino también de entender, debido tanto a su calidad innovadora como a la provisionalidad -ya irremediable- de gran parte de ella, que sólo ha sido abocetada. De ahí que el lector vaya a encontrarse con frases incompletas -ya por no haber sido completadas por Pessoa, ora por haber resultado imposible leerlas enteras-, con algunos anacolutos y con no pocas ambigüedades. Nada de lo cual obsta, en una visión de conjunto, a la extraordinaria calidad de este libro; es más, debido a un verdadero prodigio artístico, las frases incompletas o abocetadas llegan a convertirse, en esta prosa admirable, en recursos estilísticos, tal vez no queridos por su autor, y hasta en insólitas figuras de dicción (o de no dicción). De ahí que, al hacer la traducción, haya respetado escrupulosamente, y sin pretender completarlas o aclararlas, las lagunas y las ambigüedades del texto original.