Durante aquellos últimos meses del año 1914, Pessoa se refiere una vez más a su falta de «sosiego de espíritu» (carta del 4 de diciembre) y, en una de estas epístolas, escrita el 19 de enero del año siguiente, hace esta confidencia a Côrtes-Rodrigues: «…vivo desde hace meses en una continua sensación de incompatibilidad profunda con las criaturas que me rodean -incluso con las cercanas, amigos, literarios es claro, porque los otros no son individuos con quien yo tenga que poder tener intimidad espiritual- y por eso, como, en materia de relaciones sociales, me llevo bien con todo el mundo, me llevo bien con ellos». Es algo que el lector encontrará afirmado en el Libro del desasosiego, atribuido, ahora, a Bernardo Soares. Pero antes de esta atribución ha habido otras que considero de gran interés, puesto que Pessoa pensó atribuirlo -parece que antes que a cualquier otro de sus personajes- al heterónimo, poco importante por lo que de él sabemos, Vicente Guedes. No me resisto a traducir, dada la luz que vierte sobre nuestro asunto, y sobre la heteronimia en general, este escrito pesoano, titulado «Aspectos», posterior a 1915 pero de fecha indeterminada, pensado, al parecer, para encabezar a sus obras completas:
La obra compleja, cuyo primer volumen es éste, es de substancia dramática, aunque de forma varia -aquí de trechos en prosa, en otros libros de poemas o de filosofías.
………