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Su boda fue el primer trabajo que realizó Chaz después de terminar sus estudios de cocina. En lugar de trabajar en un restaurante de lujo, como siempre había planeado, Chaz los sorprendió a todos decidiendo abrir su propio negocio de comida por encargo.

– Me gusta estar en la casa de otras personas -explicó ella.

Chaz se detuvo al lado de Bram.

– Iris está a punto de explotar. Será mejor que hagas algo, y rápido.

– O podría quedarme aquí y ver cómo vuelve loca a Georgie.

Bram cogió un canapé y señaló la zona de la piscina, donde el antiguo asistente personal de Georgie estaba enfrascado en una apasionada discusión con April y Jack Patriot.

– ¿Cuándo sacarás a tu enamorado de su miseria casándote con él?

– Después de que haya ganado su segundo millón.

– Siento darte la noticia, pero creo que ya lo ha hecho.

Aaron había creado su propia compañía de videojuegos y había logrado un gran éxito con un juego llamado Force Alpha Zebra. Con su musculoso cuerpo, su autoconfianza y su recién descubierto interés por la moda masculina, había cambiado incluso más que Chaz. Bram cogió otro canapé.

– Tardasteis lo vuestro en daros cuenta de que estabais enamorados.

– Yo tenía que madurar un poco. -La mirada de Chaz se suavizó mientras observaba a Aaron-. Me casaré con él uno de estos días, pero de momento me divierto mucho manteniéndolo en vilo.

Paul vio a su infeliz nieta y se separó de su mujer, pero era demasiado tarde. Iris ya había elegido una mesa, una de hierro forjado situada justo en el centro del atestado jardín, y se estaba subiendo a ella.

– ¡Iris! -Georgie intentó acercarse, pero un columpio y su movidito hijo se lo impidieron-. ¡Iris! ¡Baja de ahí!

La niña fingió no oírla, sorteó el vaso olvidado de alguien, extendió los brazos y se dirigió a los invitados con una voz decidida y demasiado potente para un cuerpo tan pequeño:

– ¡Escuchadme todos! ¡Voy a cantar!

Aaron se llevó los dedos a los labios y silbó.

– ¡Vamos, Iris!

Bram avanzó entre la multitud hasta donde estaba Georgie y cogió a su hijo en brazos justo cuando Iris abría su diminuta boca y empezaba a cantar. Cuando llegó al estribillo de su vigorosa y afinada interpretación de la canción inicial de Annie, ni Bram ni Georgie tuvieron el valor de interrumpirla.

– ¿Qué vamos a hacer con ella? -preguntó la madre exhalando un suspiro.

– Supongo que, a la larga, tendremos que dejarla en manos de la abuela Laura. -Bram besó la sudorosa cabeza de su hijo-. Ya sabes que Laura y Paul se mueren por hacerle una prueba a Iris.

– Todos sabemos cómo saldrá esa prueba. Estará fabulosa.

– Es realmente buena, ¿no crees?

– Ni una nota desafinada. Iris ha nacido para interpretar. Y la verdad es que no necesitamos a otro niño estrella en la familia.

Bram dejó a su escurridizo hijo en el suelo.

– La buena noticia es que ella nunca creerá que tiene que interpretar para ganarse el cariño de nadie.

– Es cierto. Aquí hay cariño de sobra.

Los dos estaban demasiado enfrascados sonriéndose el uno al otro para darse cuenta de que su hijo se había dejado caer sobre su trasero y había empezado a batir palmas a un ritmo perfectamente acorde con la canción de su hermana. La voz de Bram se volvió ronca, como solía hacer cuando era consciente de su suerte.

– ¿Quién podía haber imaginado que un tío como yo tendría una familia como ésta?

Georgie apoyó la cabeza en su hombro.

– Skip no lo habría hecho mejor. -Entonces hizo una mueca-. ¡Oh, cielos…! ¡Ahora viene el zapateado!

– Al menos no se ha quitado la ropa.

Pero Bram había hablado demasiado pronto. Un pequeño vestido floreado voló hasta un rosal.

– Eso lo ha heredado de su madre -murmuró Bram-. No he conocido a ninguna mujer que le guste tanto quitarse la ropa.

– No es culpa mía. Tú eres muy persuasivo.

– Y tú eres irresistible.

Skip Scofield eligió aquel momento para darle un golpecito en el hombro a Bram.

«¿Quién se lo habría imaginado? Después de todo, te has convertido en un hombre de familia.»

¡Y menuda familia!, pensó Bram mirando alrededor.

Iris realizó una reverencia y se dispuso a interpretar su siguiente número. Su hijo se revolcó por el suelo y su esposa, su mujer, se puso de puntillas y le susurró al oído:

– Éste es el mejor espectáculo de reencuentro del mundo.

Bram no podía estar más conforme.

Nota de la autora

Todos mis personajes ficticios existen en un mismo universo creativo, así que las lectoras astutas se habrán dado cuenta de la reaparición de algunos de esos personajes, como April Robillar y Jack Patriot, de Nacida para seducir; Fleur, Jake y Meg Koranda, de Niña de purpurina. No puedo resistir la tentación de reencontrarme con los viejos amigos y tengo planeado seguir haciéndolo.

Algunas personas muy especiales me han ayudado mientras escribía esta novela. Doy las gracias a Joseph Phillips, por compartir sus conocimientos sobre California del Sur con esta oriunda del Medio Oeste; a Julie Wachowski por guiarme por el moderno universo cinematográfico; a Jimmie Morel, cuyas percepciones siempre me ayudan a profundizar en mi trabajo; y a Dana Phillips, quien ha dejado de editar películas temporalmente para cuidar a los dos niños más adorables del universo. Por desgracia, cualquier error es sólo mío. (¡Aunque también podéis culparlos a ellos!)

Mi gratitud a Carrie Feron, mi editora de toda la vida y una querida amiga; y también a Steven Axelrod y Lori Antonson, de la agencia Axelrod. Mi extraordinaria ayudante, Sharon Mitchell, es inapreciable. Abrazos para mi familia, mi hermana, Dawn y las Chili Babes, Kathy y Suzanne, mis colegas de caminatas; Kristin Hannah y Jayne Ann Krentz; y las Sepis del tablón de anuncios de mi página Web. Todas las escritoras deberían tener tantas animadoras estupendas como tengo yo.

Por último, un caluroso aplauso a todos los empleados de William Morrow y Avon Books, y un aplauso extra para Lisa Gallagher. Siempre tengo presente lo afortunada que soy por formar parte de un equipo editorial tan entusiasta y con tanto talento.

Susan Elizabeth Phillips

www.susanelizabethphillips.com

Susan Elizabeth Phillips

Susan Elizabeth Phillips es autora de numerosas novelas que han sido best-séllers del New York Times y se han traducido a varios idiomas. Entre ellas se cuentan Toscana para dos y Ella es tan dulce, publicadas por Vergara, y Este corazón mío, por Zeta Bolsillo.

Phillips ha ganado el prestigioso premio Rita, y mereció en dos oportunidades el premio al Libro Favorito del Año de Romance Writers of America. Romantic Times la hizo acreedora del Career Achievement Award, un premio a su carrera literaria.