—Las señales pueden desplazarse hacia adelante en el tiempo a través de un agujero de gusano. Así es como vemos el pasado. Pero cuando hice un intento de enviar una señal de vuelta en el tiempo, hubo realimentación. Imagina un fotón que sale de la boca de mi agujero de gusano unos segundos en el pasado: puede volar hacia la boca del futuro, viajar hacia atrás en el tiempo y surgir de la boca del pasado en el preciso instante en que empezara su viaje. Vuelve a pasar sobre el fotón que él mismo era antes…
—…y duplica su energía.
—En realidad, hace más que eso, debido a efectos Doppler. Es un bucle de realimentación positiva. Ese pedacito de radiación puede viajar a través del agujero de gusano una vez y otra, acumulando energía que extrae del agujero mismo de gusano. Con el tiempo se vuelve tan fuerte que destruye el agujero de gusano… una fracción de segundo antes de operar una máquina completa del tiempo.
—Y así tu agujero de gusano de prueba hizopum.
David contestó secamente:
—Con más vigor que el que yo había previsto. Parece que el viejo Hawking tuvo razón respecto de la protección de la cronología: las leyes de la física no permiten las máquinas del tiempo que operan hacia atrás. El pasado es un universo relativista en bloque, el futuro es incertidumbre cuántica y los dos se unen en el presente, lo que, supongo, es una interfaz de gravedad cuántica… Lo siento. Los detalles técnicos no importan. El pasado, ves, es como un manto de hielo que avanza y va invadiendo el futuro fluido; cada suceso queda congelado en su sitio dentro de la estructura cristalina, queda fijado para siempre.
“Lo que importa es lo que yo sé, mejor que cualquier otro ser humano del planeta: que el pasado es inmutable, inalterable, que está abierto a nuestra observación a través de los agujeros de gusano, pero que es fijo. ¿Entiendes cómo me hace sentir esto?
Bobby caminó por el departamento, pisando sobre las montañas de papeles y libros.
—Es claro que estás sufriendo. Utilizas una abstrusa física como terapia. ¿Y qué hay sobre tu familia? ¿Alguna vez nos dedicas un pensamiento?
David cerró los ojos.
—Dime. Por favor.
Bobby tomó aire.
—Bien, Hiram se fue a un escondite aún más recóndito pero planea ganar una mayor cantidad de dinero todavía, a partir de los pronósticos meteorológicos, predicciones enormemente mejoradas sobre datos precisos de siglos de antigüedad, gracias a la cámara Gusano. Piensa que hasta puede ser posible desarrollar sistemas para el control del clima, dada la nueva comprensión que tenemos de los cambios climáticos a largo plazo.
—Hiram es —David buscó la palabra adecuada—… un fenómeno. ¿Es que no hay límites para su imaginación capitalista? ¿Y las noticias sobre Kate?
—El jurado está en receso.
—Creí que las pruebas eran circunstanciales.
—Lo son. Pero verla realmente en su terminal en el momento en que el delito se cometió, ver que tuvo la oportunidad… Creo que eso influyó sobre muchos de los miembros del jurado.
—¿Qué harás si la declaran culpable?
—No lo he decidido.
Lo que era cierto. El final del juicio fue un agujero negro esperando consumir el futuro de Bobby, de manera tan inevitable y tan inoportuna como la muerte. Así que él puso lo mejor de sí mismo para no pensar en ello.
—Vi a Heather —dijo, cambiando de tema—. Está bien, a pesar de todo. Publicó su biografía verdadera de Lincoln.
—Un buen trabajo. Y sus escritos sobre la guerra en el mar de Aral fueron notables. David miró atentamente a Bobby. —Tienes que estar orgulloso de ella… de tu madre.
Bobby meditó sobre eso.
—Supongo que debiera estarlo. Pero no estoy seguro de cómo se supone que me tengo que sentir respecto de ella. Ya sabes, la miré cuando estaba con Mary; a pesar de toda la fricción, hay un vínculo entre ellas. Es como una cuerda de acero que las conecta. Yo no siento cosa alguna como ésa. Probablemente es mi culpa…
—Dijiste que las miraste, ¿tiempo pasado?
Bobby lo miró de frente.
—Imagino que no me oíste: Mary abandonó el hogar.
—…Ah. Qué lástima.
—Sostuvieron una pelea final sobre la manera en que Mary estaba usando la cámara Gusano. Heather esta preocupada, al borde de la desesperación.
—¿Por qué no localiza a Mary?
—Lo intentó.
David resopló de furia.
—¡Eso es ridículo! ¿¡Cómo puede alguno de nosotros esconderse de la cámara Gusano!?
—Evidentemente, hay maneras de hacerlo… Mira, David, ¿no es hora de que te vuelvas a incorporar a la especie humana?
David entrelazó los dedos de una mano con los de la otra; era un hombre corpulento profundamente angustiado.
—Pero es tan insoportable —dijo—. Seguramente es por eso que Mary escapó. Traté, recuerda, traté de encontrar el modo de arreglar las cosas… de arreglar el pasado. Y descubrí que ninguno de nosotros tiene oportunidad alguna con la historia. Ni siquiera Dios. ¡Tengo pruebas experimentales! ¿No te das cuenta? Mirar toda esa sangre, esa rapiña y ese saqueo y esos asesinatos… Si tan sólo pudiera desviar la espada de uno solo de los cruzados, salvar la vida de un solo niño arahuaco…
—Y por eso te estás escapando hacia el terreno de la árida física.
—¿Qué sugieres que haga?
—No puedes arreglar el pasado… pero te puedes arreglar a ti. Incorpórate al trabajo sobre los Doce Mil Días.
—Ya te dije…
—Te ayudaré. Estaré ahí. Hazlo, David: ve y encuentra a Jesús. —Bobby sonrió. —Te desafío a hacerlo.
Después de un prolongado silencio, David le devolvió la sonrisa.
21. CONTEMPLAD AL HOMBRE
Extraído de la introducción que hiciera David Curzon para Los Doce Mil Días: Comentario Preliminar, S. P. Kozlov y G. Risha editores, Roma 2040:
El proyecto escolástico internacional que se conoce entre el público en general como Los Doce Mil Días llegó a la conclusión de su primera fase. Fui uno de los componentes de un equipo (en realidad, un poco más que eso) de doce mil observadores con cámara Gusano de todo el mundo, a los que se encomendó la tarea de estudiar la vida y la época histórica del hombre a quien sus contemporáneos conocieron como lesho Ben Pantera, y generaciones posteriores como Jesucristo. Es un honor que se me hubiera pedido que redacte esta introducción…
Siempre hemos sabido que cuando encontramos a Jesús en los Evangelios, lo vemos a través de los ojos de los redactores del Evangelio. Mateo, por ejemplo, creía que el Mesías iba a nacer en Belén, tal como parecía haber predicho el profeta Miqueas en el Antiguo Testamento y, por eso, informa que Jesús iba a nacer en Belén (aunque, en verdad, Jesús de Galilea nació, como es natural, en Galilea).
Entendemos esto; lo compensamos. Pero, ¿cuántos cristianos de todos los siglos anhelaron encontrarse con Jesús por sí mismos a través del medio neutral de una cámara… o, mejor aún, cara a cara? ¿Y cuántos hubieran creído que la nuestra habría de ser la primera generación para la cual un encuentro así iba a ser posible? Pero eso es exactamente lo que sucedió.
A cada uno de nosotros, los Doce Mil, se nos asignó un único Día de la breve vida de Jesús, un Día que habríamos de observar con la tecnología de la cámara Gusano en tiempo real, de medianoche a medianoche.
De esta manera se pudo recopilar con rapidez un primer borrador de la verdadera biografía de Jesús. Esta biografía visual e informes anexos no son otra cosa que un primer borrador: una simple observación, una exhibición de los acontecimientos de la trágicamente breve vida de Jesús. Todavía hay que realizar mucho de investigación auxiliar: por ejemplo, hasta hay que establecer la identidad de los catorce Apóstoles (¡No doce!), y el destino que corrieran sus hermanos, hermanas, Su esposa e hijo, sólo se conocen de manera superficial. Después vendrá la configuración organizada de los sucesos del relato humano central, tal como se dieran, sin tapujos, en función de las diversas narraciones, canónicas y apócrifas, que sobrevivieron para hablarnos de Jesús y de Su ministerio.